Más de lo mismo

Pedro Pablo

El Presidente y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, formado en la escuela de la IV República, mostró que aprendió muy bien la lección que enseñó Rómulo Betancourt para controlar a los militares. Habiendo estado toda su vida en el perímetro cuartelero, cerrado y ajeno al mundo real, sabe al dedillo como manejar a sus pares y lo ha demostrado claramente con esto del Plan Bolívar 2000 y las denuncias de corrupción.

El ambiente estaba raro. El malestar de la gente es creciente, las presiones se acentúan y, siguiendo el ejemplo que Chávez dio, entre los militares había fuerte ruido de sables. Como marca la tradición latinoamericana de hace dos siglos, para Venezuela la solución de cualquier problema pasa ahora por un golpe de estado dado por los militares ya que el único soporte real y verdadero de este gobierno es la Fuerza Armada. Claro que también hay algunos veteranos "revolucionarios", que siempre han estado listos para agarrar tajada de poder, sean Petkoff antes o Miquilena - Rangel ahora, pero que no cuentan sino como tontos útiles. El verdadero soporte de este gobierno son los militares, como lo es o fue para Pinochet, Castro o Fujimori. ¿Y el Soberano?... esa es una fábula que sólo sirve para dormir a Rosines, la hijita de Águila 1.

En fin, varios de los uniformados estaban considerando seriamente la posibilidad de encumbrarse, al punto que hubo que sacar a José Vicente Rangel de Relaciones Exteriores y ponerlo en Defensa para parapetear la situación. Pero el resultado fue peor, los jefes castrenses se arrecharon y ni siquiera le dieron una oficina. Casi tuvo que pedir una mesita a los buhoneros de Sabana Grande para armar su despacho. Entonces el Comandante sacó su as de la manga.

En el 2000 y aprovechando el chorro de dólares, en Miraflores se inventó el Plan Bolívar para repartir reales entre la militarada, manejados sólo por ellos y sin tener que dar cuenta a nadie. Todos, toditos todos, chavistas y antichavistas, revolucionarios u oligarcas, invasores o ganaderos, de la IV o de la V República, clérigos o civiles, supimos desde el primer momento que el Plan Bolívar era una sociedad de beneficencia militar, que los encachuchados se iban a coger los reales, se los están cogiendo y van a seguir. Por supuesto, Águila 1 también lo sabía y los mandó seguir.

¿Qué pasó cuando la cosa se puso difícil? Que el mismo JVR, Ministro de la Defensa, llamó al sumiso Contralor, esa anima bendita que todavía no pudo dar ninguna información de los robos del FUS, de la reconstrucción de Vargas, de la estafa de la elección frustrada del "28, el 28, el 28", de los 40 mil millones que se llevó Gruber Odreman, ni siquiera de la denuncia aquella del Comandante Urdaneta, y sacaron a la luz pública un voluminoso informe en el que se muestra que hasta el perro del último teniente se robó una perrarina que regalaron los españoles con motivo de las inundaciones del litoral. De pronto, a todos y cada uno de los milicos les apareció una espada de Damocles en la cabeza colgada de un hilito muy finito, muy finito y Chávez con una tijera en la mano.

Entonces el Comandante hizo con Rangel la segunda movida: salieron a defenderlos poniendo las manos en el fuego por ellos. Pero claro es que todos, toditos todos, sabemos que eso no es de gratis. Si quieren evitar que pasen a ser crucificados como los culpables de la corrupción, que el gobierno tanto necesita, deben ponerse en fila, callar los reclamos, suspender las pretensiones de golpe, marchar al compás del líder del Proceso. Más cuando está en curso el Plan Bolívar 2001, con otro cargamento de billete a disposición. La pelota está de su lado y si fastidian saben que pueden pasar a ser el centro de un escándalo de corrupción, con castigo ejemplarizante, por que no hay nadie que esté limpio.

Lo que viene, también lo sabemos. Los pundonorosos oficiales se van a cuadrar, no hablarán más porque tendrán la boca cerrada con el bozal de arepas y hasta terminarán haciéndole la venia a José Vicente, como alguna vez se la hicieron a Blanquita. Así se mantiene el principal soporte de la V República. El presidente, con este apoyo, podrá seguir jugando a ser un jefe revolucionario tipo gallina de campo, un pasito, una c......, un pasito, una c......¿Y el Soberano? Bájate de esa nube. Hasta el 2007 no hace falta y, si se pone protestón, ya está en la calle la Guardia Nacional, que las balas de la V matan igual que lo hicieron las de la IV. Chávez, hijo de copeyanos, líder de la revolución, aprendió bien la lección de los adecos, y seguramente la aplica con el asesoramiento de su aliado en la Asamblea Nacional, Ramos Allup, a quien el gobierno (vía CNE) acaba de obsequiar con los jugosos despojos del ex-partido del pueblo.

¿Imposible salir de esto, cambiar algo y que no sea más de lo mismo?... l@s anarquistas pensamos que si hay alternativas, y para conocerlas un buen comienzo es leer Bitácora de la Utopía: Anarquismo para el S. XXI, que ya está en Internet y pronto en edición impresa.