Convocatoria para la Primera Jornada de Debates Internacionales por la Reconstrucción de la IV Internacional
La Liga Bolchevique Internacionalista de Brasil y el Partido Obrero Revolucionario de la Argentina, después de un rico proceso de discusión y acción políticas, resuelven sumar sus esfuerzos militantes en la convocatoria común de Jornadas de Debate Internacionales. El objetivo central de estas jornadas es instalar un espacio de atracción para los militantes y organizaciones revolucionarias que vienen combatiendo en forma dispersa y aislada al revisionismo. Se trata de avanzar en la discusión hacia la construcción de una nueva Tendencia Cuarta Internacionalista, como un paso concreto para dar continuidad a las enseñanzas político-programáticas de Trotsky y de la IV Internacional, fundada en 1938.
Tanto la LBI como el POR comprenden que la realización de estas Jornadas es apenas un primer paso en un largo y paciente proceso de reagrupamiento de genuinos revolucionarios, que no se dejan vencer por el peso de los aparatos contrarrevolucionarios (como el stalinismo, la socialdemocracia, el nacionalismo burgués y pequeñoburgués, y las distintas variantes del frentepopulismo).
Por lo tanto, tenemos la osadía de estar en la certeza, de que esta iniciativa está basada en el método del debate franco y leal, en la dura y rica polémica de clarificación política, que marcan las mejores tradiciones del marxismo, que sellaran la unidad de la III Internacional. Este método significa, en la práctica, una ruptura con las fusiones y reagrupamientos centristas (tanto con cara oportunista como sectaria) que campean en el arco que se auto-entitula trotskysta. La decisión de convocar a estas Jornadas, sin ningún espíritu autoproclamatorio o sectario, esta basada en la experiencia victoriosa que nuestras propias organizaciones vienen desenvolviendo desde que ambas rompieran con las corrientes internacionales que integráramos anteriormente.
A pesar de provenir ambas corrientes del altamirismo (Causa Operaria, en el caso del núcleo que da origen a la LBI, y el Partido Obrero, en el caso del POR), la aproximación tiene como base un proceso de mutuo conocimiento reciente, que tuvo su inicio cuando el POR argentino, en una inflexión política hacia la izquierda, comenzó a romper públicamente con la política del POR boliviano, especialmente en cuanto a su concepción idealista y menchevique de partido, a su desprecio a toda lucha por reconstruir la IV Internacional, y a su arbitraria y antimarxista definición de la "excepcionalidad boliviana", con las consiguientes adaptaciones al régimen burgués, bajo un barniz pretendidamente ultraizquierdista. La LBI, por su lado, había recién procesado su ruptura con el PBCI argentino, denunciando las posiciones pro-sionistas de esa corriente y su desvío demagógico obrerista que en la práctica significaba una cortina de humo para encubrir un fuerte espíritu de secta aislada de la vanguardia y de las masas.
Las duras polémicas trabadas anteriormente (entre la LBI y el lorismo -en especial su sección brasileña- ; entre el POR y el PBCI; e incluso aquéllas producidas más de una década atrás, cuando ambos núcleos militaban en el seno del altamirismo), lejos de enturbiar con prejuicios las relaciones, sirven como base para profundizar el debate, que en este momento proponemos que se amplíe para los militantes y organizaciones que se orientan a reconstruir la Cuarta Internacional y a luchar por la revolución proletaria, en una abierta delimitación con la síflis del revisionismo que busca manchar el legado de Trotsky.
La resolución de convocar a estas Jornadas está al servicio de debatir con la vanguardia de izquierda que se reivindica trotskysta (o que sin reivindicarse directamente, se abre a un proceso de investigación del balance histórico acerca del aporte de Trotsky, la Oposición de Izquierda y la IV Internacional), un programa para intervenir en la lucha de clases en el plano internacional, forjando un verdadero polo político revolucionario que, a pesar de sus limitaciones, se lance como alternativa a las diversas variantes pseudo-trotskystas. En este sentido, la LBI y el POR presentan puntos programáticos de acuerdo entre ambas organizaciones, que deben servir como plataforma política para orientar el debate de las Jornadas.
DEFENSISMO REVOLUCIONARIO
Ambas corrientes convergen en la caracterización que los ex Estados Obreros del Este Europeo y de la URSS, aún burocratizados por la casta stalinista contrarrevolucionaria, eran conquistas históricas de la humanidad frente al capitalismo, y debían ser defendidos incondicionalmente. La liquidación de estos estados configura un proceso contrarrevolucionario que liquidó las inmensas conquistas políticas y sociales que la humanidad había producido desde la Revolución Bolchevique de 1917. Es objeto de discusión las particularidades y el ritmo del proceso restauracionista, así como las distintas posiciones tácticas que corresponda tener en cada circunstancia. Pero en cualquier caso, ambas corrientes coinciden en que la piedra de toque es la defensa incondicional de las bases sociales de los Estados Obreros.
Estos acontecimientos abrieron una etapa de ofensiva política, ideológica y militar del Imperialismo en todo el planeta, donde las masas resisten como pueden en defensa de sus conquistas, siendo sistemáticamente traicionadas por las direcciones socialdemócratas, neo-stalinistas, nacionalistas y la burocracia sindical de distinto pelaje.
Para ambas corrientes, solamente una revolución política que barriese con la casta burocrática colocando al frente del Estado Obrero un auténtico partido revolucionario que represente los intereses históricos del proletariado, podría significar un triunfo para las masas en camino al socialismo.
En el Este Europeo y en la URSS ocurrió lo opuesto: fueron aplastadas la tendencias a la Revolución Política (golpe de Jaruselzky en Polonia, derrota de la Primavera de Praga, etc), y se impuso la restauración capitalista y el retorno a la propiedad privada. En lugar del stalinismo, ascendieron al frente del Estado gobiernos y regímenes totalmente subordinados al Imperialismo, orientados a destruir la estructura económico social heredada de los antiguos estados obreros, transformando en ejemplos literales de la barbarie capitalista, marcados por el hambre, la miseria, el desempleo y la prostitución. No hubo nada de progresivo en la caída del Muro de Berlín y en el fin de la URSS, al contrario de lo que pregonan diversas corrientes "trotskystas".
La tarea de los revolucionarios y de la vanguardia es la de defender incondicionalmente los Estados Obreros aún existentes frente a la contrarrevolución interna impulsada por sectores de la burocracia ligados directamente al Imperialismo o frente a la agresión militar capitalista. El mantenimiento de las conquistas de la revolución sólo pueden ser aseguradas por el proletariado a través de el derrumbe del stalinismo por un partido revolucionario, y el restablecimiento de la democracia obrera de los soviets: es decir, por la revolución política.
CUESTIÓN NACIONAL
Ambas organizaciones se colocan por la defensa incondicional de las naciones oprimidas por el Imperialismo, luchando para que el proletariado y el campesinado pobre construyan una línea de frente de defensa de esas naciones y de los derechos democráticos de las masas, presentando como alternativa política un programa revolucionario que una la defensa de la nación oprimida a la lucha por la toma del poder por parte de los explotados.
Caracterizamos que las burguesías nacionales de los países semi-coloniales son históricamente incapaces de encabezar una auténtica lucha antimperialista, al mismo tiempo que defendemos que sólo el proletariado puede dirigir consecuentemente la lucha contra la opresión nacional y realizar las tareas democráticas pendientes.
No negamos la posibilidad de establecer frentes únicos antimperialistas (incluso con sectores de la burguesía nacional), frente a agresiones imperialistas concretas, pero concebimos esos frentes como instancias tácticas de unidad de acción contra ataques imperialistas, y nunca como frentes estratégicos o programáticos de gobierno o coaliciones entre partidos obreros y burgueses para salvar al Estado Burgués en bancarrota.
Es tema de debate para las Jornadas si las Tesis de Oriente (aprobadas por la III Internacional), en las que se desarrolla en términos comparados la táctica del Frente Unico (proletario, para los países capitalistas avanzados, antimperialista para las colonias y semicolonias), dejan abierta una posibilidad concreta para una interpretación etapista de la revolución, y acaban posibilitando la adopción de una política frente populista que subordina al proletariado al nacionalismo burgués.
CONCEPCIÓN DE PARTIDO
La construcción de partidos bolcheviques de combate en cada país como parte de la lucha por la reconstrucción de la Cuarta internacional, entendido como un Estado Mayor de la Revolución Proletaria, es un acuerdo básico entre la LBI y el POR. Esta concepción leninista de partido nos hace delimitar de todos los grupos que repudian la idea que los revolucionarios deben ser militantes profesionales que dedican lo mejor de su tiempo y energías a la construcción del partido y de la Internacional. Independientemente de que los cuadros de dirección sean profesionalizados financieramente o no, entendemos como un partido de militantes profesionales aquel que tiene como objetivo la toma del poder por el proletariado, no subordinando sus acciones a los límites de una pretendida ética supra-clasista, independiente de los objetivos revolucionarios y de los intereses históricos del proletariado.
De la misma forma comprendemos que el partido revolucionario funciona de arriba hacia abajo, en un proceso vivo y dialéctico de discusiones políticas, orientadas por el régimen centralista democrático, que respeta y garantiza la discusión interna, pero que antes que todo asegura una firme unidad de acción contra la burguesía. La construcción de un auténtico partido revolucionario debe tener un carácter conspirativo, que combine la lucha legal e ilegal por la toma del poder político por la vía insurreccional a través de la revolución proletaria.
Comprendemos los fundamentos político-organizativos del leninismo (centralismo democrático, partidos de cuadros y de combate, disciplina y jerarquía militante), como los principios centrales que deben orientar a la militancia revolucionaria, independientemente de la forma organizativa que el partido pueda adquirir en el curso de su desenvolvimiento.
ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA
Consideramos que la tarea central de los partidos revolucionarios es la lucha por la instauración del poder de la clase obrera a través de revolución proletaria. Afirmamos que la actualidad de la revolución socialista como vía obligatoria para conquistar la dictadura del proletariado, comprendida como una etapa transicional indispensable entre el capitalismo y el socialismo.
Negamos y denunciamos todos los fetiches de la democracia burguesa y del reformismo que presentan la vía electoral y las instituciones pseudo-democráticas del régimen capitalista como una alternativa política para los explotados. Rechazamos la adopción de la vía institucional como un medio "táctico" de obtener el poder político para la clase obrera. Para nosotros, no cabe la reforma del Estado Burgués y su democratización. Al contrario, la clase obrera y sus aliados, el campesinado pobre y la pequeña-burguesía arruinada, deben luchar por su completa destrucción revolucionaria.
En la lucha por destruir el modo de producción capitalista, la clase obrera y su partido deben ser los más destacados luchadores por la destrucción de todo aparato militar y policial del Estado Burgués, sustituyéndolo por la milicias armadas de todo el pueblo. Sobre la base de esta estrategia principista, es un tema importante de debate para las Jornadas, las tácticas que los revolucionarios nos debemos dar para intervenir desde el propio vientre de las instituciones del Estado Burgués (Parlamento, Fuerzas Armads y de Seguridad, Justicia, etc.), a fin de profundizar el trabajo subversivo hacia su destrucción.
REPUDIO AL MÉTODO DE LAS PROVOCACIONES Y LAS CALUMNIAS
Justamente en el momento en que comienza a esbozarse el surgimiento de un nuevo polo revolucionario internacional a partir de las iniciativas comunes de la LBI y el POR, esfuerzo al que convocamos a otras organizaciones a sumarse, es que reafirmamos que las Jornadas deben también pronunciarse contra toda forma de calumnia, difamación y provocación, que están orientadas a impedir el avance del debate programático y la clarificación política.
Particularmente, repudiamos esta conducta (típica del stalinismo) contra la LBI el POR por parte del lorismo, y más particularmente de la T.POR brasileña, que ha lanzado una campaña desesperada de calumnias, difamaciones y provocaciones.
Este expediente liquidacionista no es nuevo en la historia del revisionismo en el trotskysmo.
Procesos de difamación y calumnias (seguidos o no por expulsiones sumarias), han mansillado la bandera de la Cuarta Internacional: ¡Ahí están los ejemplos del húngaro Varga, del peruano Napurí, el boliviano Bacherer, y en nuestra propia historia en el altamirismo! El rico proceso de debate entre nuestras dos corrientes, de cara al conjunto de la vanguardia y a una experiencia común de intervención en la lucha de clases, nos ofrece un nivel de cohesión política mútua que posibilita enfrentar y combatir todo tipo de provocaciones.
LUCHAR POR RECONSTRUIR LA CUARTA INTERNACIONAL
Como queda expuesto en los puntos anteriores, los importantes acuerdos existentes entre la LBI y el POR no excluyen diversas áreas de debate y de divergencia entre ambas corrientes.
Porque no comprendemos las Jornadas Internacionales como un foro de discusiones académicas, sino como un espacio privilegiado para que las corrientes que se reivindican revolucionarias clarifiquen sus posiciones políticas, es que esas cuestiones en discusión o en divergencia serán ampliamente debatidas.
El método de discutir abiertamente acuerdos y divergencias frente a la vanguardia militante es lo que nos posibilita tener la certeza que estamos en el camino correcto en la lucha por un reagrupamiento trotskysta principista y ortodoxo que avance sin ultimátums, y libre del espíritu de secta, en la tarea de reconstruir la Cuarta internacional. La presente convocatoria se hace en un momento crucial de la situación política internacional: como expresión de la crisis capitalista, la barbarie imperialista descarga su descomposición bajo la forma de bombas y misiles sobre la nación oprimida yugoeslava, como antes lo hiciera sobre Irak. La definición de Lenin de esta época histórica como "de guerra y revoluciones" tiene más vigencia que nunca. Y sólo la movilización obrera internacional con los métodos de acción directa de masas puede frenar las guerras de expoliación imperialista. Y es éste el camino de la revolución socialista.
La LBI y el POR comprenden que la realización y el suceso de estas Jornadas de Debate Internacional es un deber militante de toda organización que lucha por romper la dispersión de los genuinos revolucionarios, y que en cada país desenvuelven una lucha sin cuartel contra el revisionismo, el reformismo y las diversas variantes pseudo-trotskystas que capitulan a los aparatos contrarrevolucionarios. Estas Jornadas son una pequeña pero importante iniciativa que busca mantener viva la lucha por la defensa de la vigencia del Programa de Transición, de la Teoría de la Revolción Permanente, y de las enseñanzas de la III y IV Internacionales.
Convocamos a las organizaciones y militantes revolucionarios que se orientan en el sentido de construir un partido revolucionario internacionalista a participar activamente de estas Jornadas de Debate Internacional. En breve, la comisión preparatoria de las Jornadas publicará un Boletín de Discusión, que estará abierto a las contribuciones políticas de las organizaciones o militantes que deseen integrarse a las Jornadas, y también será divulgado un calendario, con los diversos detalles organizativos bajo los cuales se realizará esta importante actividad internacionalista y revolucionaria.
3 de abril de 1999
Liga Bolchevique Internacionalista (LBI- Brasil)
Partido Obrero Revolucionario (POR- Argentina)