El 14/9 en Capital

Nos negamos a optar

entre morir degollado

o morir ahorcado

El 24 de agosto pasado, la abrumadora mayoría del pueblo de la ciudad le dio la espalda a los principales candidatos que van a disputarse ahora la conducción de la Municipalidad. Pese a la antidemocrática campaña mediática, que pretendió imponer la idea de que sólo existían cuatro candidatos, silenciando por completo la existencia de los demás; pese a los millones invertidos en publicidad con que se abrumó a la población desde radios, TV, gráfica y callejera, Macri obtuvo el apoyo del 25,4% del padrón e Ibarra el 22,7% (36,4 y 32,5% de los votantes, respectivamente).

Por muchos esfuerzos que hagan desde el poder, es inocultable el hecho incontrastable que se viene expresando desde el 19-20 de diciembre de 2001: hay un profundo divorcio entre las necesidades y aspiraciones de la mayoría de la sociedad, con las instituciones del Estado y sus agentes políticos. Así es que tenemos un Presidente que llegó al poder con el 22% de los votos, por lo que su apoyo no fue suficiente para catapultar a su ahijado Ibarra. Y así es que ahora quieren convencernos de que es imprescindible que “optemos” entre una de dos variantes igualmente nefastas para el pueblo trabajador. Si Macri pudiera ponerle rueditas a la Ciudad, se la llevaría íntegra para colocarla a interés en algún banco del exterior, para seguir engordando los bolsillos de una de las familias arquetipo del saqueo de los ’90. Y el “progre” Ibarra ya mostró a lo largo de tres años su capacidad como garroteador de vendedores ambulantes y de trabajadores del Subterráneo cuando les vetó la ley que les devolvía la jornada de 6 horas. Y también mostró su inquebrantable voluntad de respaldar, junto a la “justicia”, el derecho de propiedad del estafador Jacobo Brukman mientras las obreras que hicieron funcionar la fábrica durante 18 meses siguen en la calle reclamando sus puestos de trabajo.

Ahora necesitan legitimar a uno de los dos contendientes, y para eso requieren de nuestro apoyo. Pero, ¿por qué tenemos que optar entre morir degollado o morir ahorcado, si no queremos ni lo uno ni lo otro? Quieren convencernos de que ésa es la única forma que tenemos de “expresarnos, participar y representarnos”, eligiendo algún supuesto “mal menor”.

Pero el único mal menor para el pueblo trabajador, es lograr que ninguno de los dos candidatos pueda gobernar diciendo que tiene el suficiente respaldo social para administrar la miseria y la represión que se acrecentarán mientras el poder siga en manos de los megamillonarios nacionales y extranjeros y el Estado que los sostiene. Por el contrario, tenemos que hacer esfuerzos para vaciarlos de legitimidad, ya que cuanto menor sea el respaldo social con que asuman, mayores serán nuestras posibilidades de tenerlos contra las cuerdas e incluso de echarlos cuando instrumenten la política antiobrera y antipopular que ambos candidatos llevarán adelante. Por eso llamamos a anular el voto o votar en blanco el 14 de septiembre, para que ninguno pueda alcanzar la mayoría de votos que necesita.

Desde la Liga Socialista Revolucionaria seguimos opinando que no puede haber una ciudad mejor en un país que se cae a pedazos, sometido al saqueo de la deuda y de los grandes monopolios. La salida para la ciudad y para el país es una sola: triunfar con la lucha extraparlamentaria por “que se vayan todos”, en el camino de la revolución socialista, o sólo tendremos más miseria, más represión y más barbarie capitalista.

A quienes compartan estas ideas, los invitamos a anular su voto poniendo en la urna la misma boleta que presentamos el pasado 24 de agosto.

4/9/03

LSR - Liga Socialista Revolucionaria

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