El amor vence en Céfiro Parte 3 Las chicas y Látiz recorrieron los pasillos del palacio en completo silencio. El trecho hacia elcuarto de Caldina era interminable y sin duda Anaís y Marina se habían cansado de caminar. -El castillo es mucho más grande de lo que pensé!!!!! mis pies me están matando!!!!!!!!- dijo Marina para romper el silencio. Anaís fue más discreta y se limitó a decir con tono amargo: -Marina, no te quejes tanto. Tienes razón, el palacio es enorme, pero no es para armar un escándalo. -Anaís, ¿te ocurrre algo malo?- preguntó Marina. Lucy se dispuso a contar lo sucedido con Paris: -Lo que sucede es que...-. Anaís clavó sus ojos vedes en Lucy, y la pelirroja intuyó que lo mejor era callar; la curiosidad y la preocupación por Anaís se apoderaron de Marina: -¿Qué es lo que pasa con Anaís? Lucy dijo lo primero que se lo cruzó por la cabeza: -Lo que sucede es que Anaís está cansada de atenderme, la pobre recorrió todo el palacio, preparó comida para mí, y ahora está exhausta. Marina no quedó convencida con esa respuesta, y miró a Anaís como para comprobar si el comentario de Lucy era verdad. Anaís captó el gesto de Marina y fingiendo una sonrisa dijo: -Así es. La respuesta de Anaís tranquilizó a Marina. Sin darse cuenta, los cuatro ya habían llegado al cuarto de Caldina, quien dijo: -Hola chicas!!!!!!!! Qué bueno que vinieron!!!!!!!!!!! Las tres en coro dijeron: -Hola Caldina, gracias por recibirnos en tu cuarto. La aludida dijo: -Gracias -Creo que yo mejor voy con Guru Clef y Presea por el asunto de mi espada- dijo Látiz. La pelirroja, pretendiendo tranquilizar a Látiz dijo: -Nos vemos luego amor. -Adios!!!!!!!!!!- dijeron Caldina, Marina y Anaís. -Adios, nos vemos- dijo Látiz. -Muy bien, ahora les voy a entregar la ropa que les preparé- dijo Caldina sacando nueve prendas -aquí tienen, hay tres prendas para cada una, las rojas pastel son para Lucy, las azules para Marina y las verdes pastel para Anaís-. Las chicas quedaron encantadas: *una de las prendas era un vestido en forma de camisa de manga corta, pero en vez de botones se ataba con dos lazos (los de Lucy eran rojos, los de Anaís verdes y los de Marina celestes), y el vestido venía con una remera larga de manga corta, del mismo largo que la camisa; las dos prendas largas hasta cubrir la rodilla *otra de las prendas era también un vestido de escote en V, mangas cortas y corto (no llegaba a cubrir la rodilla) *por último, había un vestido de fiesta: era largo hasta tapar los pies, con escote recto, unas mangas extañas (eran rectas cayendo desde el antebrazo hasta un poco abajo del codo), era ajustado de arriba y la pollera era abombada. Las chicas estaban maravilladas, la ropa les quedaba perfecta y era maravillosa. Pero no entendían para qué era el vestido de fiesta, Marina se adelantó y dijo: -Gracias Caldina, los vestidos están preciosos, ¿pero por qué nos diste a cada una un vestido de fiesta? La aludida estaba sorprendida: -¿Es que acaso no sabían? en 10 días se dará una fiesta en el palacio. Lucy se entusiasmó: -Eso es sencillamente genial!!!!!!!!!!!!!!!!! Anaís quiso quitarse una duda: -¿Cuál es el motivo de la fiesta? Caldina dijo: -En esa fiesta, Paris será coronado rey de todo Céfiro, y dará a conocer el nombre de su prometida. El terror se apoderó de Anaís, ¡lo perdería para siempre!. Ella sabía que ese momento llegaría, pero jamás imaginó que tan pronto. No conciliaba la idea de que su gran amor Paris se casaría con una auténtica cefiriana, o sea, Amaya. La bailarina recordó algo: -Oh, por cierto, Paris necesita aprender a bailar. Amaya también, y le enseñará Ascot. Pero no encontramos a alguien que cante y baile lo suficientemente bien como para enseñarle. Las miradas de Cldina, Lucy y Marina se clavaron en Anaís, quien se sintió invadida por una inmensa alegría, ¡era su oportunidad para recuperar a Paris!. No vaciló un instante y conteniendo su alegría dijo: -Creo que yo puedo ayudar a Paris, pues estoy en un coro y además he bailado n muchas fiestas. La bailarina observó una chispa de felicidad en la mirada de Anaís y dijo: -¡Perfecto!, las clases empezarán mañana. -No tengo problema-, dijo Anaís. Marina se acercó a la puerta, y antes de abrirla recordó a Ascot: -Caldina, tu mencionaste que Ascot le enseñaría a Amaya a bailar, ¿él está aquí?, yo no lo he visto. La aludida dijo: -Oh sí, precisamente ahora tiene que venir para traerme unas telas que confeccionó uno de sus monstruos. En ese instante, alguien golpeó la puerta, Marina se alejó de un salto, un muchacho tímido abrió la puerta: -Hola Marina, hola Anaís y Lucy. -Hola Ascot!!!!!!!!!!!! Qué bueno que estás aquí!!!!!!!!- contestaron Lucy y Anaís. Marina abrazó fuerte a Ascot y, como es su costumbre, él se sonrojó. -Oh Ascot, no sabes cuánto me alegra verte!!!!!!!!!! Por toda respuesta, Ascot dijo: -Estoy muy feliz de que hayas vuelto. El muchacho le entregó las telas a Caldina, las chicas se fueron a cambiar y luego los cinco fueron al comedor. Paris y Amaya ya habían llegado al comedor. Amaya abrazó a Paris y le dijo: -Amor, estoy muy feliz por tí, finalmente anunciarás nuestra boda y serás coronado rey de Céfiro!!!!!!! El aludido forzó una sorisa y dijo: -Yo también, pero jamás dije que me casaría contigo-, él estaba pensando en Anaís, la esposa perfecta para él era Anaís. Amaya se sintió amenazada por la respuesta de Paris y dijo: -Yo creo que sí, tu me amas, no lo niegues. Paris, para cortar el tema dijo: -Lo veremos en el baile. Guru Clef, Látiz y Presea se sentaron a la mesa, minutos más tarde llegó Ráfaga y por último Caldina, Lucy, Anaís, Marina y Ascot. Paris miraba fijamente a Anaís, y ella se dio cuenta, pero, para evitar que sus miradas se cruzaran, comía despacio para no comer demasiado. Al ver la escena, Ráfaga, que se enteró de la decisión de Anaís de ayudar a Paris con sus lecciones de baile, dijo: -¿Y quién le enseñará a Paris a bailar? Todas las miradas se dirigieron hacia Anaís, quien sin demostrar todo el entusiasmo que llevaba dentro dijo: -Yo. Los ojos de Paris brillaron ¡estaba más que feliz! ¡era la oportunidad perfecta para declararle su amor a Anaís y proponerle matrimonio!. Amaya dio un alarido de furia, se levantó y dijo recuperando su típica calma arrogante: -Bueno, me retiro a dormir. No pasaron diez minutos cuando todos terminaron de comer, y Guru Clef, con un conjuro que pronunció, puso todo en orden, como si nadie hubiese tocado un plato. Marina quedó maravillada, y no paraba de aplaudir y alabar a Guru Clef, él no demostraba emoción alguna, era algo enigmático, y pronto Marina se decepcionó. Paris corrió tras Anaís y le dijo: -Gracias por ofrecerte a darme clases, fue muy atento de tu parte. Fríamente, la aludida contestó: -Lo hice porque soy la más experimentada en baile y canto. Paris captó la frialdad de Anaís y se limitó a decir: -Entonces mañana a las 10 de la mañana, comienza la primera clase. Me voy a dormir. ¡Hasta mañana!- y se alejó corriendo por el pasillo dejando sola a Anaís, quien murmuró: -Hasta mañana. Fin de la parte 3