LA FUERZA DEL CORAZÓN Capitulo II A Trabes De Los Sueños y Presentimientos. El día ye estaba llegando a su termino, el sol descendía indicando que dentro de una hora llegaba la oscuridad. En las calles una hermosa joven de cabello laceo largo de un color azul cielo recogido en una cola alta, corría por las calles hacia la gran torre de Tokio a cumplir un compromiso de gran importancia para ella. En su afán la joven esbelta, elegante, de movimientos delicados, no se daba cuenta de las miradas de admiración que despertaba en los demás al caminar. Por fin llego a su destino. Con su mirada recorría a su alrededor en busca de su amiga que en cuanto la vio se acerco y la llamo. - Lucy " se dirigió a ella y la abrazo - Marina que gusto verte - Si, ha pasado un mes a pesar de que nos hablamos casi todos los día se me hizo eterno este encuentro. - A mí también " Se abrazaron nuevamente y sus recuerdos se centraron en una joven rubia de ojos verdes. - Crees que hoy vengo " Enseguida Lucy supo de quien hablaba era de Anaís - No lo se es posible que nos dé una sorpresa. No hay que perder las esperanzas. - Es posible que no pueda o no sepa como llegar a nosotras. - Lo dices por lo de anoche. - Sí. Cuenta que te paso. Ambas comentaron lo sucedido anoche en el sueño y confirmaron la sospecha de ambas, era el mismo y muy posible el de Anaís. - Ella estuvo ahí Lucy - Si de eso estamos seguras, al menos sabemos que esta bien y eso me tranquiliza un poco. - Aunque reacciono muy extraño cuando le pregunte dónde estaba. - Es muy probable que volvamos a comunicarnos con ella, como lo hacíamos en Céfiro. - No perdemos nada con intentarlo. - Otra cosa, debemos aclarar o de esa voz. - Vamos a la cafetería halla podremos hablar con más tranquilidad. Las dos jóvenes se dirigieron a unos de los están de postres y tortas que se encuentran en la torre a conversar. * * * - Que crees que esta pasando, hace casi un año que no sabemos nada de ellas. Dijo un hombre alto y apuesto, sus movimientos eran firmes pero suaves, sus ojos grises mostraban siempre seguridad aunque a veces mostraban un brillo temerario que resaltaba con sus cabellos negros. . Se encontraba en una habitación amplia con sillas de un blanco muy brillante suspendidas en el aire donde estaba sentado otro hombre con expresión seria en sus rostros era también atractivo y sus facciones de la cara eran delicadas. Por su mirada penetrante de ojos azul cielo mostraba ser una persona mucho mayor en lo que realmente aparentaba. . - No lo sé. Anoche tuve un extraño presentimiento - Yo también - Tenemos que hallar la manera de comunicarnos con ellas. Y advertidles que estén preparadas. - Tal vez si utilizamos a... - Podemos intentarlo, es mejor que busques a Paris y hablemos con él, este es un tema que también le interesa. - Sí En cuanto Paris recibió la llamada de Guro Clef se presento en el gran salón del trono donde lo esperaban. Como los demás. El príncipe de Céfiro había tenido un extraño presentimiento la noche anterior. Estaba preocupado, aunque para él ya era costumbre desde el día en que discutió con Anaís y ella regresara a Tokio no había tenido tranquilidad. “No debí haberla dejado ir” Pensó, sabía que algo ocurriría, conocía bien sus instintos por ellos siempre había sobrevivido y por una vez en su vida no le había hecho caso por su estúpido orgullo y ahora que pasaba casi un año sin rastro de Anaís se arrepentía de ello. - Hola ocurre algo. Dijo mientras entraba al salón donde Latís y Guro Clef lo esperaban y se serraba la puerta tras de sí. * * * Anaís se encontraba en la ciudad de Honshu, estaba de compras. Ella vivía a las afueras de la ciudad en una casa de reposo desde que salió del hospital sin memoria. Unos meses después de su instalación tubo un hermoso bebe al que amaba mucho. Su rostro era delicado se parecía mucho a ella a acepción sus ojos. En vez de verdes eran de un color ámbar iguales a los del joven de sus sueños, en su interior sabía que existía y que no eran fantasías y lo amaba, pero algo lo tenía apartado de su memoria. Al salir del almacén provista de provisiones para la semana (pañales leche y otros productos) se encamino al parque a unas tres cuadras del almacén donde quedo de encontrarse con Javier que la esperaba impaciente sentado en una banca. - Ya estoy aquí, espero no haberme demorado - Descuida acabo de llegar, ¿conseguiste todo lo que necesitabas? - Sí y tu, ¿cómo te fue? Siguieron conversando de banalidades mientras se dirigían al interior del parque, a veces solían tomar ese camino para llegar más pronto a la casa. Anaís conoció a Javier en el hospital donde despertó sin memoria, él era uno de los dueños de la casa de hospedaje que el hospital solía utilizar en algunas ocasiones, con pacientes que necesitaban reposo y descanso. Mientras caminaban se internaban al bosque donde acortaban camino hacia las afueras de la ciudad donde las esperaba un transporte que los llevaría a la posada. A pesar de que el solo brillaba con toda su intensidad el bosque se hallaba a oscuras por la frondosidad y espesuras de sus árboles que obstaculizaban la luz. - Hay mucho silencio por aquí, es mejor que nos demos prisa. - ¿Silencio? “ Este es el bosque del silencio" La palabra flotó extrañamente en la cabeza de Anaís picoteando la capa superior de su memoria, de un momento a otra su mente se vio traslada al pasado donde tres niñas atravesaban un extraño bosque. - Anaís te sientes bien " pregunto Javier al escuchar un murmullo de su voz y al ver sus ojos tan distantes del presente - El bosque del silencio. - ¿De que estas hablando? Es mejor que nos apresure... Fue interrumpido por la voz de un hombre a su espalda que dijo con un tono sarcástico - valla, valla tenemos visitas - Bien creo que deben acompañarnos un rato. No tengan tanta prisa- dijo un segundo hombre que se acercaba a ellos. - No se preocupe que ya nos vamos, dijo Javier ocultando su miedo ideando la forma de salir ilesos. - Pero si aquí nadie se preocupa, - Basta de estupideces- Anaís y Javier se encontraron rodeados de tres hombres el cual el más grande que había permanecido callado escuchando la burla de sus compañeros se acercó " bueno esto no es una visita social, sugiero que nos den todo lo que lleven encima. El hombre grande espero a que sus compañeros se acercaran a vaciar los bolsillos de aquella pareja. Algo en la mirada de la joven mujer lo sorprendió, no reflejaba temor era como si no estuviera ahí trato de azuzarla para que se diera prisa pero se contuvo cuando ella le dirigió una mirada segura y sin ningún temor. En realidad Anaís no se encontraba en ese momento, estaba en el bosque del silencio, (Un lugar especial para ella pero aun no definía él por que y el dónde se hallaba aquel bosque) en su mente aparecieron extrañas criaturas que venían a atacarlas viéndose que ella y sus amigas se veían rodeada de monstruos las tres comenzaron a atacar para sobrevivir. Sin darse cuenta Anaís tomo un palo el que blandió ágilmente como una espada y ataco a los hombrees a los que sorprendidos de su agilidad no reaccionaron a su debido tiempo y fueron derribados en poco tiempo. A pesar de que era una mujer no muy fuerte sabía dar unos golpes bien certeros que dejaron a los bribones inconsciente en el suelo, o gimiendo. Se acerco a los paquetes que estaban en el suelo que había tirado durante la lucha y los recogió ignorando la cara de asombro de Javier. - Salgamos de aquí antes de que reaccionen o vengan más. Dijo Anaís con toda tranquilidad. Sin decir palabra Javier la siguió y llegaron a la posada aun sin salir de su asombro, no podía creer que alguien saltara tan alto y rápido y con simple palo derribara a tres hombres de una constitución fuerte. - Que esta ocurriendo, como fue que derribaste ha esos tres hombres.- dijo Javier - No lose solo reaccione al peligro - Solo reaccionaste al peligro – su voz sonó alterada. - Que esta pasando. Que ocurrió Javier porque estas tan alterado. Pregunto una mujer mayor que salió con Daniel el hijo de Anaís en sus brazos. Anaís presurosa cogió al niño y se retiro a su habitación a descansar dejando a Javier diera las explicaciones a la Señora MacGaren. Tenía la cabeza un nuevo recuerdo el bosque del silencio donde aparecía la imagen de sus dos amigas, supo lo especial que era ese lugar. Fue donde conoció a Paris, aunque no estaba segura de donde se encontraba aquel bosque. Llego la noche en Tokio y Honshu Tres jóvenes del mundo místico dormían apacibles en sus camas dos de ellas esperando un encuentro. Lucy se encontraba en el dogio durmiendo junto Hikary su adorable perro que dormía junto a ella. En el sueño, Lucy se encontraba en la torre de Tokio esperando a sus amigas, como todas las tardes desde hace más de 6 años. Estaba apoyada contra uno de los ventanales mirando el paisaje. - ¿Lucy? Dijo una voz tímida e insegura que se dirigió a ella voltio y ahí estaba Anaís que la miraba con inseguridad. - Anaís, pudiste venir lo sabía hemos esperado este momento por meses- dijo Marina que apareció de la nada junto a Anaís. Las tres se abrazaron llorando, y por primera vez Anaís tubo plena seguridad de que lo que estaba pasando no era un sueño común y corriente, estaba ahí sus mejores amigas adultas y no un sueño donde aparecían tres niñas en un extraño mundo. - Donde has estado - En Honshu, no saben cuanto las he extrañado - Porque no has regresado hemos estado tan preocupadas - Tuve un accidente que causo un bloqueo en mi memoria y no he tenido el menor recuerdo hasta anoche donde nos reunimos. - Aun no estoy segura de sí esto es un sueño - Si lo es, hemos logrado una comunicarnos, siempre lo hemos hecho con sensaciones o presentimientos. – dijo - Siempre alguna estaba en peligro la otra lo sentía y acudía en su ayuda - Si siempre hemos estado unidas y siempre lo estaremos, lo prometimos. Alrededor de cada una comenzó tornarse oscuro y a regresar esa fría sensación que les oprimía el corazón, sintieron que esa presencia maligna regresaba y las separaba. - No otra vez dijo Anaís - Que esta ocurriendo, ¿quien eres, porque te metes en nuestro sueño? - JA, ja, ja. Niñas del mundo místico - Basta no lo permitiremos, no nos separaras de nuevo.- dijo Lucy Las tres jóvenes se tomaron de las manos y con el deseo de sus corazones de permanecer juntas lograron sentir que el frío las dejaba. Sus cuerpos brillaban un aura blanca las rodeaba creciendo y cubriendo el espacio, no dejaba que se acercara, la voz que se oía en sus mentes y esa risa desapareció pero la oscuridad persistía tratando de destruir esa barrera luminosa que las rodeaba. - Este es nuestro sueño y aquí hacemos lo que queremos- dijo Anaís usando su lógica para darles confianza. De pronto Lucy se soltó y con una mirada decidida grito al compás de unos movimientos de sus brazos - Flecha de fuego. Las chicas se vieron rodeadas de fuego que extinguió la oscuridad que amenazaba con volver. Dejándolas de nuevo en la torre de Tokio. Habían tomado el control de su sueño pero algo les decía que no sería por mucho tiempo. - Desapareció - Es muy extraño esto que esta pasando - Creo que debemos estar preparadas. - Ahora estamos juntas, no nos preocupemos, - Si tienes razón aprovechemos el tiempo que nos queda antes de despertar. 77"< Notas de la autora Hola, aquí esta el segundo capitulo, ojalá les halla gustado. La ciudad de Honshu donde se encuentra Anaís queda cerca a Tokio en Japón, es una ciudad turística donde se encuentra el monte Fuji. Espero sus comentarios quejas o felicitaciones ya sea el caso a esta dirección auram90@latimail.com