Juan Joaquín Péreztejada



La casa de la pereza

Índice de secciones:

El jardín de los arcángeles
Carteles
Manuscritos de Cintio Lujama



El jardín de los arcángeles





a María




Mas un día el murmullo cederá
al arcángel que todo inmoviliza

Alí Chumacero




Cuando nos avergonzamos
de nuestros cuerpos
fuimos arrojados del paraíso

Ahora avergonzados
de nuestros sentimientos
adónde iremos




El jardín de los arcángeles

I

Los celos de la azalea
abren la jaula de la plaza
y emigran los arcángeles

El sol deshebra la frescura del jardín

Un pájaro suicida orna de augurios la bugambilia

El deseo gana su porción de poema
en el despilfarro de la tarde

Al parque
una banca le colma de alegría




Anunciación

II

Arropado por el índigo y con oro enarenado
breve ángel posa su cuerpo sobre el esquife
Pienso
"Es un pelícano celeste"
Extiende sus alas y al moverlas enturbia el paisaje
"Es un alción del paraíso"
Un aroma a edén oscurece mis sentidos
"Una sirena vestal caída del cielo"
Su voz anuncia en cantos de estío
"Las estaciones del amor causan la travesía"
Y ovilla su presencia al evangelio de una nube




Anunciación

III

Hija de la virgen sirena
y de la gracia de un arcángel
el personaje femenino
sin poseer cola de pez
ni ayuda de alas
abierta de luces sobre mí
baja de las alturas
y con voz de vértigo
anuncia mi retorno al Paraíso
Arranca con su boca de fuego
hasta la última línea de este poema





Carteles





Pretendía que el mundo acabaría,
no por medio de un bello libro, sino
por medio de un bello anuncio del
infierno o del cielo.

André Bretón




Compite, pues, poeta con los
rótulos de los perfumistas.

Guillaume Apollinaire




Estudio de luz y agua

Brota la fuente alumbramiento

En el domingo del cuerpo
la luz es la anunciación de la lluvia

Al final la humedad destila un resplandor

Inclusive del fango paleamos destellos

La cascada eclosiona en lucernas

La ola es un haz de luz no logrado

La lluvia es una estrella extinguida

Las mareas son las alhajas de la luna

¡Flash! La luz cae en tus ojos

El río amanece cuando lo nombro

Gotas de luz pacen en el beso

Los sueños húmedos son creaciones de una hoguera

Al ojo del agua florece la luz

La acuarela enciende el paisaje

Los diferentes estados del agua
dicen del apellido de la luz

El sol se ahoga en un vaso de nube

La laguna cría relámpagos

El cometa es una gota de agua muy prendida

La luz es playa en la vista

Las cataratas y la nube son enfermedades de la luz

El diluvio sueña en arcoiris

Los cocuyos nacen del rocío

Si en el ojo no hubiera humedad
quién se abriría a la luz

No hay más luz que la del agua

La fuente viste de luces la plaza

La luz goza su hidrofilia

Los luceros estanque trinan

El estero mesa sus soles y sus olas

Cuánta luna lleva el río en su cauce

La luna rebana en lascas el mar

El agua y la luz
adolescentes

La sombra es la humedad de la luz

El linde entre el agua y la luz
está marcado por la palabra




Breves abismos

I

El poema es el único lugar abierto a la hora de la escritura

La creación nunca es redonda termina en un abismo

El verso apaga el eco del reflejo de un silencio

El poema es la heráldica del fallecimiento

La vida es el anagrama del nombre de Dios

¿Qué es la creación?
La doma del estruendo hasta volverse silencio

La poesía desnuda de semánticas crea ambientes

El poema es el anfitrión del perezoso

La palabra rompe con la armonía de la mirada

Escribo luego soy un farsante

La tarea encomendada:
buscar en el nombre el silencio original

El poema alienta las fragancias del deseo

El caos precede a la creación

El poema le arranca las plumas a los demonios

El arte desemboca en el silencio

Escribir viola el silencio
es el primer acto violento ante la violencia del mundo

El poema
garañón
su emblema

La palabra cumbia en la poesía

La tensión en el poema está escrita
por la lejanía de las palabras

Al poema hasta las cenizas le responden

¿Qué se necesita?
No un poema
Una palabra vasta para vivir

El poema inventa su propia aereolínea

La distancia nace en el sinónimo del verso

El poema es una ausencia que produce

El lenguaje camina con muletas
el poema ensaya un vuelo

Un poema es un deseo no encarnado

Escribir deja constancia del otro reino

Quien cambia de idioma para escribir
escucha de otra manera

Empeñar la palabra
para ganar unos cuantos versos

El poema describe un acto soberbio
el fracaso frente a los instantes

Quien escribe un poema asume
la irresponsabilidad de Faetón y Luzbel
(ambos consumidos por el fuego)
el orgullo de querer saberse otro

El silencio es la última palabra del poeta

Quien da su palabra guarda silencio

Estas palabras están en el espejo
nunca son lo que reflejan
se reflejan otras
Estas palabras promulgan otras
que son ellas mismas




II

El papán riza las bondades de la luna

El caracol arroyo de palabras para escuchar el mar

El manila tumbao de sol bambolea su infancia

Sirena morena mina de luna serena

La noche es la pijama del sol

El domingo pone zancadillas al día hábil
con una carcajada de semana mayor

La jacaranda desvanece el marín de la virgen

Al filo de la duermevela
la realidad después de afeitarse
escarmena la imaginación

Las alas del albatros rayan en lo acuático




III

La playa luce el silencio de las orillas

El amanecer es un relámpago abierto al insomnio

El silencio es un caracol en ninguna parte

El trueno da el tono del agua

Una parvada de ángeles anuncia el olvido

El cielo se evapora en reflejos

Legañas: restos del naufragio de un sueño

La paciencia es amiga inefable de la mortaja
El silencio y el olvido
viven en el mismo patio de vecindad

Espumas cenizas llagan la playa
convirtiéndola en cementerio de sirenas

El silencio entierra sus frutos en un beso

Entre una orilla y la otra
siempre se puede escoger
¡Qué hacer cuando es La orilla?

Ascesis
Quien contempla al verbo no escribe



Manuscritos de Cintio Lujama


Noticia de Cintio Lujama

"Ha sido buen presagio ver cómo los mamíferos venían a
guiar nuestro barco hasta el puerto"
Dijo uno de mis compañeros de viaje que considera mis
acciones un poco abtrusas
He venido hasta aquí en la víspera de afrontar las más
arduas de las tareas encomendadas a mortal o hijo de
dios alguno
La doma del necrosonte
La instrucción del manejo de la espada a quien desee
aprender --un voluntario un hombre varón o hembra
sin fortuna y con el nombre por hacer-- para sitiar
juntos el Paraíso
La encarnación en un cuerpo donde no exista linde entre
lo temporal y lo eterno
"¿Quién es éste que se anuncia como emprendedor de
estos trabajos de la misma sierpe de los prodigios?"
"¿A qué nombre responde este semejante que lleva
embarradas en sus manos religiones pueriles?"
"¿Qué oficio ostenta con el arpón de la niñez clavado en su
frente este hedonista ignorante de cuestiones
estéticas?"
"¿Por quién desea pasar el seductor de la transparencia de
una mala mujer?"
"Realizar anhelos no lo encontrarás aquí no busques entre
los puertos la aliteración de una ensenada ni la
asonancia de alciones
vuelos osados ante la bugambilia soledad de barcas
mecidas por el sueño de sus hombres"
Yo soy de quien se dijo "Que se quede hasta la Parusía"
He visitado distintas ciudades y aprendido las costumbres
de sus hombres
Respondo por Cintio Lujama albañil y traductor en Babel
Tejedor de enebros silencios con rueca de luna traficante
de relámpagos y lucernas por donde la belleza cierne
la vida
Al cultivar Cyperus papyrus conozco la faena de ungir
profecías
Mis creencias no me impiden disfrutar los cantos rúnicos
Nunca he tenido otras opciones pastorear místicas malvas
encender el trueno con el brío del coral
descubrir visiones sobre elogios y vientos
Para llegar a estas tierras he debido olvidar los nombres
de mi gente
Durante el rojo de mi infancia vi languidecer el amarillo y
nacer los verdes más robustos
Anduve suelto en esa hora de giros y faros para escribir
sentencias --cenizas ardientes de naturaleza
marina-- en un muro
Homenaje al escriba a sus grafitos dictados por un dios
anónimo
Mi temple está dado por la ingenuidad de estrellas
pluviales para decidir el peso de mis huellas
el semblante de mis emociones y la máscara a utilizar ante
la tijera de la última de las moiras
El auriga fustiga con riendas venas las imágenes corceles de
un rayo para llevar advertencias al reino de quien ha
dado noticia de sus proyectos
Ánfora colmada por ineludibles peticiones pero
¿no se trata tan sólo de una labor lúdica?




Coro

El agua nace sabia en la fiesta de las fuentes
cuando sucede la desnudez de un lied
El olvido ejerce supremacía en el ayuntamiento
de los recuerdos
Nadie posee memoria de esos
precipicios ahora derruidos
Hoy en la noche de San Juan brota el líquido
de gestas olvidadas




I

Los hombres de esta tierra han construido una ciudad
con el único anhelo de contemplar una estrella
lacia
cuya luz produce vértigo y sus hálitos trocados los
ladridos de un relámpago en un raspador de
sueños
Aralia es el nombre de ese lucero pródigo en silencios y
distancias
hasta el día en que surja quien responda preguntas tales
como
¿qué color lleva el vuelo del lenguaje hecho de barro y
piedra de ligeros júbilos y linaje aéreo?
¿Dónde están los demonios Rojo Negro Amarillo cuando
resplandece el último glifo esculpido en las
entrañas violentas del desperdicio?
¿Por qué las larvas y el moho sobre los cuerpos del
olvido y la ausencia?
¿Cuántas veces más este despojo de la belleza enferma
desnutrida
famélica?
Ha de llegar un día una mañana en que la voluta
dibujada frente a los labios de cualquier habitante
de estos tiempos baldíos será sólo luz
Así como ellos hombres y mujeres de este pueblo de
pescadores fui bautizado por la nube y el mar
pero la causa de mi empresa no tiene relación alguna
con mi vida
su único fin es su realización una razón poco plausible
por lo demás
y sin embargo ¡ay de mí si no llevara a cabo lo que han
tenido a bien confiarme!
Porque las cosas de la naturaleza regida por leyes sabias
no poseen otra obligación si no es la de cumplirse
y así como el recolector toma los frutos de la tristeza de
los hombres para ordenarlos y armonizarlos
así he de hacer yo mismo para recobrar el equilibrio
Nada de esto es motivo de gloria es un deber que me
incumbe y ha sido escrito de seguro en alguno de
los libros sagrados de la humanidad
Ahora mismo veo retozar a los dioses salvajes por los
jardines con un fondo de mar
El recuerdo de las largas rampas en espiral de aquella
torre enorme
vaga con facilidad por efecto del vino mientras disfruto
de mi estancia en este remanso y escucho a los
costeños alrededor de la fogata enunciar sus haikús




II

¿Qué es un necrosonte?
Cuando comienza la cesura se le puede ver pasar desde
el mar hacia el interior de uno
En esa llanura donde el espacio y el tiempo
se han convertido en un albañal
y la oquedad acrece el sentimiento de orfandad
Ahí en esos sitios de polvo almagre habita este ser ajado
cúmulo de cuerpos cenizos
El necrosonte avanza tras su presa
ondean sus belfos
la brama más exacerbada de una fiera
Con el hedor de la monta el cebo en el miembro listo
y ese sudor fétido y excitante de quien labora
desde la albura hasta el hervor del día para pagar
la hembra de buen pelambre
Para su doma se necesita la siesta de un fauno
el consejo pertinaz de un hierofante
el alma inmaculada de una virgen edénica
Saber diferenciar el brillo lunar del lomo indómito
de las mareas deslindar los espacios entre el aire del eco
y su aliento
La sevicia de la legión de Baal y su sortija
los arreos de los equinos del carruaje del sol
la palidez de una aria sacra y las leyendas escritas
en un rincón del amén
Ya come de mi mano la bestia domada a destajo




III

Toma la espada
Aprieta el escombro de la torre babelónica
Encierra en una brisa el aliento del ciclón nacido de una
trémula timidez
Empuña con fuerza el chisporroteo de un sueño avivado
por el viento en flor
Haz un giro
otro más
involucra al cielo en este temblor testereado por
puestas de sol
Mece en un instante el fuego intranquilo de mariposas
fluorescentes
Procura un trueque con el guijarro y el vaho de un
respiro jovial
Así
ándale
La imaginación de frente el costado en una playa repleta
de chachalacas agorzomadas donde figuras oseznas
crían el último rizo de un volován taciturno
en el vórtice de los duelos
Cierra los ojos permite a la llaga de los sentidos abismar
plenilunios
Vociferar en los diferentes tonos de la sangre hasta
imponer su poder a quien ignora este blandir de
diluvios
mientras una lasca de luz revolotea atrapada en un
prisma matinal
Ahora bruñe con el filo de la espada una estampida de
mareas
y mira cómo vienen a morir en este mar cerrado donde
fósiles y reliquias poseen brillos de pergamino
Observa por medio de la palabra este mundo abierto
a tus nuevas calidades
adiestradas durante el sigiloso paso de nocturnos
alternos
Cántaro de versos lámpara pletórica de la sal del hierro
de la que brotan un estruendo y una espiga de
frases frescas
Aquí está este seglar del verbo a quien la madrugada
impone sus singladuras con calina de
introspección
Presto antes que nadie a las nuevas fiestas de la mirada




Cintio Lujama incursiona en el paraíso

IV

"¿Qué estás viendo Cintio Lujama ante el umbral
luminoso?"
Una glorieta de relámpagos sin descanso
cascadas de humos fatigados
Éste es el lugar donde cruje y se agrieta el vértigo
Aquí se construye el mascarón del verso
La palabra madura en el almendro de vapor
Ése es mi sitio en el mundo y no es el mundo
Los dones amainan sus estrellas
Perito en lindes por mi boca la oración tiende lánguida
el énfasis de la clarividencia
Una laguna de bruma férrea
un rumor divulgado por el estero y la orquídea

La infancia es un pueblo de pescadores
cuando el mar es su ascendiente

El azul apóstol de cielo se achanta en la luz diseminada
de esta playa
El paraíso no es un jardín es un balneario con campanas
Hay una grieta de solsticios entre las bruscas mojigangas
del aire

Mis labios pronuncian libres sombras de grana
Aquí le volaron la tapa de los sesos al paisaje
Los principios nacen de esta arena y descienden
al mundo por una liana de brizna
Semejante al origen es esta voz por la cual hablan mis
ojos abiertos acerca de la presencia primitiva
única proeza de la fuente original donde se alojan
el silencio y la escritura en constante metáfora
Prodigiosa es esta alianza

Al mar no le guía un camino para llegar a las playas
En el intento de ser mueren olas en esta orilla
Las márgenes están cubiertas de nubes
Veo un médano insolente afinar aquella isla afilada por
el azul
Un rayo pasa sigiloso más altivo entre la vegetación
y el sol
El barro duerme a la intemperie sin figura
Una colmena de bríos dormida en fulgores
ha de paladear la gracia
Debemos discurrir esta senda para llegar a la galería
de ángeles
Alcanzar aquella ribera a bordo de esta panga de
transfiguraciones para darnos cita con el ser
de las orillas
El verbo y el náufrago
Veo aquel muladar desbordado y devuelvo la pregunta
¿por este reino deshecho tanta nostalgia?




Final

En la memoria del delta
las astas luminosas del sepelio
el frágil romance del acero en la boca de los jarros
el estertor solitario de los nomeolvides
zampados como lajas de auroras
Toda una alharaca se enturbia en este baño de azaleas
por la luz de los cocuyos detenidos en la suave
tautología de sus emblemas fosforescentes
invitación a elevar la elegancia de los finales
(la consecuencia se viste de gala para asistir
a los cortejos fúnebres)
La oración esparce su aroma para cazar madréporas
y su silueta gira envuelta de azules extraviados
Nadie sabe dónde beber el más índigo corintio
el menos áspero de los murmullos
el candente piélago desafortunado
cuando zurcir islas era el más entrañable de los deseos
Las palabras dan vuelta en espiral
la roca se dobla un sinnúmero de veces
hasta volverse líquido pétreo
Yo quiero nombrarte rosa y digo luz y no digo nada
en este cáliz
mi cuerpo y mi sangre








La casa de la pereza, de Juan Joaquín Péreztejada,
se terminó de imprimir el día 10 de julio de 1996,
en los talleres de Ediciones Ducere, México, D.F.
La edición consta de 1000 ejemplares más sobrantes para reposición.

La edición virtual ha sido visitada desde el 25 de noviembre de 1998.





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