Piel de mar
Regresos y navegaciones
Fragmentación del crepúsculo
Piel de mar
La ciudad de los náufragos
a Lulú
1
Vuelvo a la memoria
la tarde cae al mar
con su lamento de espuma y pájaros
Vuelvo cuando el otoño
le da de beber a la lluvia tu recuerdo
Cubierta por el tiempo
esta imagen es una caída de hojas
Nace tu cuerpo del mar
Estas palabras son un legado del silencio
polvo acumulado playa vieja
La memoria es un movimiento del mar
palabra que la tarde deja caer sobre la piel
como tardía caricia
La memoria es un espejo
2 He vuelto a la tarde El mar se hunde en tus ojos Te buscaría: Las palabras son mis ruinas Tu sonrisa salta del alba El día comienza a disiparse
El crepúsculo parecía estar lleno de ti
Dibujo I Dibujo tu nombre
Dibujo II Dibujo una gaviota sobre la arena blanca del Pacífico
Dibujo III Dibujo más gaviotas
Tu piel es partidaria del mar
José Carlos Becerra
1 Yo sé de la fragilidad de la tarde Es triste la luz del crepúsculo En las habitaciones No hay lugar para la memoria en los labios Después crece la soledad Entre los pechos de la amada A oscuras el silencio nos aguarda Los cuerpos antiguos navegantes
2 La palabra se ilumina Amanece la mar bajo su luz El viento es una canción En ti coinciden los puertos Tu cuerpo luna del alba Recuerdo de los puertos La mirada nubla los pájaros
3 Testigos de este crepúsculo La luna cae de la noche El otoño desnuda la ciudad Amaneces dentro El alba también es crepúsculo
4 Náufrago de los días La lluvia cierra los labios Es una caricia la luna Viajan barcos
5 Tu ausencia vive en esta imagen El crepúsculo se extingue Es la hora de encender velas Hubo noches tibias entre tus labios
6 El día sueña el lecho del mar Canta la ciudad sus llamas La ciudad es una abandonada casa Los crepúsculos arden como viejas hogueras De los cuerpos queda el mar profundo
7 La noche se arranca la máscara Oyes la música y el agua de la luna
8 Bajo la luz de la luna La noche escribe estas palabras Aparecen de nuevo caracoles Como antigua piel
9 Mis palabras te buscan Eres esa brisa que sueñan los árboles La ciudad se ciñe el atardecer A oscuras la luz vela unos ojos Escucho este silencio que penetra Hablo del silencio diciendo sueño
10 Amanece El mar repite incansablemente la desnudez de tu cuerpo Anochece
11 Con la misma postura de las palabras El mar levanta una lágrima Veo una sombra en tus labios La noche se lleva sin piedad los recuerdos
12 Como un barco la tarde se hunde en tus ojos El mar y el cielo son un mismo abismo Navega la vida como una gaviota muerta La lámpara ilumina la lluvia
a Max
La mañana dibuja el rostro de los náufragos En la región más oculta de la razón Cada palabra mía es un silencio de tus labios Juega la luna con el mar Bosteza la madrugada entre los pechos de la noche Ahora juega la tarde con los náufragos Bajo la piel del mar fluyen las corrientes del deseo Todo está igual que el primer día La noche levanta el rostro
III Nadie sale ni entra a la ciudad de los náufragos bajo las enormes olas del mar Llueve y la lluvia es el mito de los dioses Después de la tormenta los pájaros vuelven
IV Se cierra la noche como un gran libro Se cierra la noche y la ciudad despierta
Neftalí Coria, verano 1993
Página al aire desde el 2 de agosto de 1998.
canta la tristeza de sus olvidados
Las luces de los autos se pierden en la bruma
los contemplo desde el asidero
donde tu rostro se levanta
tu recuerdo es un rito de memoria
La lluvia cierra tus labios
Los sueños cuelgan del tiempo
en la profundidad de páginas en blanco
en el olor de la ciudad vencida por la lluvia
en el crepúsculo que hace niña a la luna
en la máscara que disfraza las palabras
en la luz de mi lámpara y madrugada
en el quejido de tus labios cuando los pájaros emigran
El sueño de tus labios
dibuja la mañanaFragmentación del crepúsculo
La fragmentación del crepúsculo
hasta que los pájaros se estrellaron
quebrando a la tarde en pedazos
sobre la superficie del espejo azul
Gaviotas de luz iluminan tu cuerpo
mariposas de sal tu risa
La mañana
la soledad y el calor se enredan en mi cuerpo
En la cresta de las olas beben el mar las gaviotas
Hay extraviada una mía que vuela a ti
en la sombra del crepúsculo
La luna es la canción de los amantes
y en su melodía oigo tus ojos
que lloran la espera del amante perdido Piel de mar
después de haber amado
los cuerpos tiemblan como una vela
ni tibia humedad para los cuerpos
la luz del día se apaga
afuera la noche es una llama temblorosa
contempla su belleza
que murmuran las olas a la playa
eres la solución al acertijo del náufrago
Caricia del mar Beso de agua
La palabra Repentina Se oscurece
inclinas tus labios a mi memoria
Perla hundida en tus ojos
Isla extraviada en la mirada
Emerge del mar la luna
ilumina las ruinas
te apagas en mi piel
desde tus ojos emigran los pájaros
me ahogo en la ciudad
La tarde apresura el horizonte
El día también se ahoga
La tarde entra a tus manos
se pierde en tu piel
Nubes navegan los muelles vacíos
La tarde es la única región
donde la memoria toma la forma de tu cuerpo
muere en esta página para comenzar en otra
de iniciar el insomnio
incendios tristes alboradas
y ciertas naves que yo nunca haré zarpar
imágenes golpeadas por navíos
donde los pájaros lloran
He aquí al suicida
al personaje enterrado en su máscara
Volvemos al mar
al antiguo llanto de las gaviotas
a la estancada agua de la memoria
Son la señal durante la tormenta
La brisa marina Los caracoles
cuando cruza el espejo
Va como un silencio en los cerrados labios
como una ave rota que al mar cae
tu cuerpo es una invención del agua
/escapan a su silencio/
pájaros marinos
Bestias del deseo reflejadas por nuevos espejos
La luna hace extrañas señales al movimiento del mar
Vuelve a oírse a lo lejos el viento
sobre el mar se mece la luna
el mar aún no ha escrito tu nombre
ardes como la invención del crepúsculo
como un niño que se ha puesto a pensar en la lluvia
como la sonrisa que resbala del silencio
tu mano cuida que siga encendida la luna
hasta unos ojos de viento
paisaje de una voz ligera como la sonrisa
diciendo el árbol con un labio de mar y otro de noche
Eres la que amorosamente blande la espada del deseo
Eres quien viene a sacudir los restos del naufragio
La que dibuja en mis manos la silueta de su cuerpo
Los trazos suaves de sus senos
Las tibias líneas de sus caderas
con letras antiguas
un horizonte de olvidos
Superficie de ausencias
ruta que insinúa la imagen de dos lunas
como un jardín de otoño
en un humo de rostros
otra tarde a la deriva
El dolor por la memoria es la piel del mar
El mar brilla en la lámpara que acaba de encenderse
en sus aguas el horizonte inventa tu lejanía
La noche es un árbol que el otoño no puede sacudir
que cuelga desde lo alto de las ruinas
La ciudad resiste el oleaje del tiempo
Tu cuerpo despiertaLa ciudad de los náufragos
I
el viento alejó la palabra aún no dicha
por nadie como navío en altamar
Era la palabra la noche
y la ciudad el náufrago mayor entre todos
estos hombres a la deriva
en el rincón oculto de la memoria
la brisa de la soledad parece inventar
su duermevelas para que el náufrago perezca
para que los ahogados asomen la mirada
entre las llamas de lo dicho
y así las frases emerjan por el peso del tiempo
II
como una madre con su hijo
la palabra busca su alimento en su propio vacío
en el sueño doloroso que el hombre no puede medir
antes de dejarlos partir a la deriva
el viento es todavía un pájaro asustado
el crepúsculo una hoguera consumiéndose en sí misma
El cuerpo de la mujer tiembla en las manos de aquél
que navega su desnudez
no hay fuga posible los ojos
de la ciudad
nos siguen a todas partes
Ya nada responde: el mar transcurre vendado por la lluvia
una burbuja de vida parece surgir de otro
que respira allá dentro
su sonrisa parece viajar quién sabe a dónde
el mar lo acecha todo su piel tiene forma de abismo
La tempestad parece crecer
el olor tibio y dulce de tus labios
el olvido de tanta vida es la creación de tanta muerte
ya no quedan palabras ni fechas ni cantos de caracol
El agua escurre como palabras perdidas
como vigías olvidados
con un rechinar de enmohecida alegría
las olas acarician suavemente la playa
Los náufragos caminan por la ciudad
sueñan apoyando los codos en la tristeza
como una advertencia
en la ciudad los náufragos cantan
Allá a lo lejos el mar espera con su calma de siglos
Como si el cielo fuese nombrado por la memoria del mar, y las palabras -a modo de cuña- fueran puestas entre la piel de estos dos azules animales para que sangren una sola verdad, es la extraña tarea de las manos del poeta.
Piel de mar se terminó de imprimir
el día 25 de septiembre de 1993 en
los talleres de Impresos AMSA,
19 de Julio-A, Querétaro, Qro. La
edición consta de 1000 ejemplares
más sobrantes para reposición.