Elección de los animales representantes de las casas
Helga Hufflepuff fue a los valles transversales (actual IV región) y quedó asombrada con el pequeño ser que cruzó por su camino. Lo tomó en sus manos y vió que era un ave, independiente y libre. Preguntó por su familia y este bebé apuntó a los cielos a sus ruidosos padres. Las nubes entonces abrieron sus compuertas y la atmósfera se humedeció con el suave aroma de la tierra agradecida. Hufflepuff comprendió como amaban la lluvia estas aves y decidió que el Queltehue representaría su casa.
Salazar Slytherin sintió una extraña sensación, algo que venía de los bosques de la gran isla de Chiloé. Esa sensación le invadió el cuerpo y con rapidez surcó los cielos para viajar en busca de esa maldad y astucia. Esa tierra tan rica en magia aumentaba su curiosidad y en los bosques encontró un animal astuto, sigiloso... se trataba del Zorro Chilote. El animal lo saludó, y Slytherin complacido sintió su energía. En ese momento decidió que esta criatura representaría su casa.
Godric Griffindor viajó a las alturas (zona precordillerana de la XI región) y llegó a un lugar silencioso y de una belleza salvaje y luchadora. Sintió el viento austral en sus cabellos y fijó su mirada en el felino que lo observaba, majestuoso e imponente en la fría belleza de las Torres del Paine. La mirada transmitió como se parecían sus naturalezas, valientes y gloriosas, y decidió que el Puma representaría su casa.
Rowena Ravenclaw cerró los ojos y se dejó llevar por los vientos... lejos, muy lejos... llegando a la isla de Juan Fernández: esplendoroso lugar donde destacaba su flora, y entre un copihue y una añañuca, le asombró una rapidez increible: Sus ágiles alas, su elegancia en el vuelo, su precisión al elegir la flor más adecuada para su alimentación y su lujoso colorido, fueron las características en las que se fijó Rowena de ese ser. Admirada frente a tal majestuosidad en tan lejana isla, dedicó su casa al Colibrí.
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