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  Acerca de la Solidaridad

La Solidaridad es la actitud humana y cristiana básica, de que se siguen los demás aspectos de conducta moralmente justa y correcta: Para la Doctrina Social de lo Iglesia, la solidaridad se basa en la naturaleza de la persona humana y de la misma sociedad. El Vaticano II señala que estamos hechos de tal manera que necesitamos vivir en sociedad; no es algo optativo, lo exige nuestro ser de personas.

La sociedad existe en, por y para los seres humanos que la forman, mediante la comunicación, el servicio, la justicia y el amor al prójimo, cumpliendo así responsablemente, la propia vocación humana y cristiana al servicio del bien común dentro de la sociedad en que vivimos.

Es básico reconocer y vivir la solidaridad entre persona y persona, entre persona y sociedad, y entre sociedad y sociedad. No puede haber solidaridad entre una sociedad y otra, entre un país y otro, si las personas de estas sociedades y países no pueden o no quieren tener una solidaridad positiva entre ellas. La puesta en práctica de la solidaridad, como lo enseña la Doctrina Social Cristiana exige de nosotros dos virtudes básicas: la Justicia y el amor al prójimo.

La auténtica solidaridad, como actitud de buena voluntad y amor al prójimo, es la primera expresión de ese mismo amor. Quien no ama para nada a su prójimo ni siquiera será justo con el.

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