Manuel Belgrano dispuso la inauguración de las baterías para el día 27 de febrero y también había ya decidido que en tal ceremonia se enarbolaría, por primera vez en el territorio de la patria, la bandera azul celeste y blanca que había mandado confeccionar y que constituiría el símbolo de la nueva nación, junto al otro distintivo que usaban los soldados que había sido aceptado por el Triunvirato el 18 de ese mismo mes, a propuesta del propio general (véase Escarapela Nacional).
AI atardecer del día 27 de febrero de 1812, Belgrano recorrió la linea de sus tropas, formadas sobre las barrancas del río, y se dirigió a ellas en los siguientes términos: "Soldados de la patria. En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional; en aquél (señalando la batería Independencia) nuestras armas aumentarán sus glorias. Juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sud será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis decid conmigo: ¡Viva la Patria!".
Luego de recibir análoga exclamación de sus soldados, continuó: "Señor capitán y tropa destinada por la primera vez a la batería Independencia: id, posesionaos de ella y cumplid el juramento que acabáis de hacer".
Cumplida la orden se enarboló, al instante, en ambas baterías, la bandera azul y blanca.
"Alumnos: la Bandera blanca y celeste -
Dios sea loado- no ha sido jamás atada al carro triunfal de
ningún vencedor de la tierra.
Alumnos: esa bandera gloriosa representa la
patria de los argentinos.
Prometéis rendirle vuestro más sincero y
respetuoso homenaje; quererla con amor intenso y formarle desde
la aurora de la vida un culto fervoroso e imborrable en vuestro
corazones; prepararos desde la escuela para practicar a su tiempo
con toda pureza y honestidad las nobles virtudes inherentes a la
ciudadanía; estudiar con empeño la historia de nuestro país y
las de sus grandes benefactores a fin de seguir sus huellas
luminosas y a fin también de honrar a la Bandera y de que no se
amortigüe jamás en vuestras almas el delicado y generoso
sentimiento de amor a la Patria.
En una palabra, prometéis hacer todo lo que
esté en la medida de vuestras fuerzas para que la Bandera
argentina flamee por siempre sobre nuestras murallas y
fortalezas, a lo alto de los mástiles de nuestras naves y a la
cabeza de nuestras legiones y para que el honor sea su aliento,
la gloria su aureola, la justicia su empresa"
Los alumnos puestos de pie y extendiendo el brazo derecho hacia la bandera, contestarán: SI, PROMETO.