En el año 325 a.c., al llegar a las costas
de Fenicia, Alejandro Magno debió enfrentar una de sus más
grandes batallas, al desembarcar comprendió que los soldados
enemigos superaban en cantidad, tres veces mayor, a su gran
ejercito.
Sus hombres estaban atemorizados y no encontraban motivación
para enfrentar la lucha, habían perdido la fe y se daban por
derrotados. El temor había acabado con aquellos guerreros
invencibles.
Cuando Alejandro Magno hubo desembarcado a todos sus hombres en
la costa enemiga, dio la orden de que fueran quemadas todas sus
naves. Mientras los barcos se consumían en llamas y se hundían
en el mar reunió a sus hombres y les dijo:
"Observen como se queman los barcos. Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos no podremos volver a nuestros hogares, y ninguno de nosotros podrá reunirse con sus familias nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por mar. Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos".
Cuántas
veces la falta de fe, el temor y la inseguridad, el estar atado a
lo seguro nos priva de conseguir nuevos éxitos, nos hace
renunciar a los cambios, nos hace renunciar a los sueños, nos
hace negar los anhelos y las metas que están grabadas en los
más profundo de nuestros corazones.
Cuántas veces la seguridad de poseer algo nos hace renunciar a
la posibilidad de conseguir mucho más, cuántas veces lo que
tenemos fácilmente a nuestro alcance nos impide crecer, haciendo
que la seguridad se convierta en mediocridad, en fracaso y
monotonía.
Debemos saber que perseverando todo puede lograrse, que el amor y
la fe nos dan la fuerza necesaria para obrar milagros en nuestras
vidas, si así lo deseamos. Que las personas perseverantes
inician su éxito donde otras acaban por fracasar, que ningún
camino es demasiado para un hombre que avanza decidido y sin
prisas teniendo claro sus objetivos.
El ejercito de Alejandro Magno venció en aquella batalla, regresando a su tierra a bordo de los barcos conquistados al enemigo.
Los mejores hombres no son aquellos que han esperado las oportunidades, sino quienes las han buscado y las han aprovechado a tiempo, quienes han asediado a la oportunidad, quienes la han conquistado.
La conquista puede ser un amor, conocimientos, trabajo, riquezas materiales o espirituales, todo esta a tu alcance, tu puedes plantearte las metas y los objetivos que deseas. Las condiciones para lograr éxitos no son siempre fáciles, no hay otro método que trabajar duro, ser tenaz, soportar, tener fe, luchar, creer siempre, no rendirse, y jamás volver la espalda