26º PEREGRINACION A PIE A LUJAN
30 de septiembre - 1º de octubre
El lema de este año: MADRE,QUE VEAMOS A JESUS EN CADA HERMANO
Domingo
1 de octubre de 2000
PEREGRINACION A LUJAN: EL ARZOBISPO DE BUENOS AIRES DARA UNA MISA
A LAS OCHO COMO CIERRE DE LA MOVILIZACION DE FIELES
Una multitud de jóvenes en la peregrinación a Luján
Pidieron a la Virgen por la reconciliación y la pobreza ·
Salieron a las 13 desde la iglesia de San Cayetano, en Liniers ·
Este año, por celebrarse el Jubileo del 2000, la concurrencia
fue mayor que otros años
PEREGRINOS. La columna de caminantes salió al mediodía de San
Cayetano, en Liniers. Los acompañó el buen tiempo.
MAS INFORMACION
Muchas promesas y pedidos para la Virgen
Masiva muestra de fe
Como si se tratara de una playa junto al mar, la plaza de Morón
reunió ayer a la tarde a miles de personas de cara al sol,
principalmente jóvenes y adolescentes, que hacían su primera
parada de descanso en el camino de peregrinación a Luján.
La mayoría de los caminantes que había partido a las 13 desde
la Iglesia de San Cayetano, en Liniers, aprovechaba el primer
alto en el camino de 63 kilómetros hasta la Basílica de Luján
para almorzar. Como si se tratara de un picnic gigante, había de
todo: los precavidos que habían llevado su sándwich de milanesa
en un táper, con la gaseosa de litro y algunas galletitas, y
también los que compraban en las decenas de puestos que vendían
panchos, hamburguesas, helados, y sobre todo, bebidas para
aplacar el calor y el cansancio.
La tradicional peregrinación juvenil tuvo este año una
convocatoria especialmente multitudinaria, atraída por los
festejos del Gran Jubileo del 2000, la conmemoración de los dos
milenios del nacimiento de Jesús. Con el lema "Madre, que
veamos a Jesús en cada hermano", los peregrinos pidieron
por la reconciliación y la pobreza, y donaron alimentos para
Cáritas.
A la plaza de Morón llegaban incesantes columnas de gente que
ocupaban los espacios que iban dejando otros grupos. Así,
cientos de gorras amarillas eran seguidas de otras cientos,
blancas, que identificaban a las distintas parroquias.
Los peregrinos de distintos lugares del país se unían
convocados por la misma fe: los carteles indicaban que había
creyentes de la Boca, Belgrano, Liniers y otros barrios de la
Capital caminando junto a grupos de Ezeiza o Brandsen.
Excepto los guías que llevaban chalecos fosforecentes, el calor
de las primeras horas de la tarde permitió a los jóvenes llevar
poca ropa. En las remeras se mezclaban los Rollings Stones,
Rodrigo y Los Redonditos de Ricota con la cara de Diego Maradona
y la de Jesucristo. Y muchos prefirieron vestirse con imágenes
alusivas a la Virgen de Luján. Tampoco faltaron las camisetas de
Boca y de River, y los que mostraron el torso desnudo lleno de
tatuajes.
Muchas parroquias habían armado sus propios estandartes, que
llevaba en carritos desde donde alentaban al grueso del grupo con
canciones y consignas emitidas por altoparlantes. Otros eligieron
llevar a cuestas sus grabadores y acompañarse con la música de
Rodrigo y de bailanta.
En varias esquinas se instalaron improvisados puestos que
vendían alpargatas a 3 pesos, ojotas a 2 y plantillas a 1 peso
el par.
Pero muchos de los peregrinos todavía no sentía el cansancio en
sus pies. Y seguía adelante cargando mochilas y bastones para
ayudarse en la extensa caminata.
Desde la escalinata de la catedral de Morón, una mujer alentaba
a los peregrinos apelando a su fe para hacer frente a los
kilómetros que aún tenían por delante.
Enfrente, un camión cisterna ofrecía agua para los que
quisieran llenar sus botellas o preferían mojarse la cabeza para
espantar el calor.
Como no podía ser de otra manera, en los alrededores de la plaza
abundaban los vendedores de objetos religiosos. Estampitas,
virgencitas en miniatura y rosarios a un peso cada uno. Había
para elegir de todos los colores.
Anticipándose a lo que podía ser el final de la marcha, desde
un puesto sanitarios, megáfono en mano, un hombre bromeaba
invitando a los caminantes a participar del "campeonato
nacional de la ampolla". Al caer la noche, miles de fieles
ya habían llegado a General Rodríguez, la última parada antes
de la misa que celebrará el cardenal Bergoglio en la Basílica.
Masiva
muestra de fe
Por SERGIO RUBIN. De la Redacción de Clarín.
Una multitud de jóvenes en la peregrinación a Luján
La multitudinaria concurrencia a la peregrinación juvenil a
Luján volvió a confirmar ayer que se trata de la manifestación
de fe más masiva del país. A las 4 de la tarde, la columna de
peregrinos era compacta entre Liniers, el punto de partida, y la
localidad bonaerense de La Reja (a unos 42 kilómetros); es
decir, a lo largo de las dos terceras partes del recorrido, de 63
kilómetros.
Se trata de una cantidad importante de participantes, en tiempos
en que la respuesta a las convocatorias de toda índole es
escasa. La asistencia a la marcha podría ser motivo de envidia,
por caso, entre los políticos.
La respuesta multitudinaria adquiere más valor si se tiene en
cuenta que no es para un acto en un lugar determinado, sino para
una larga marcha, que demanda un enorme esfuerzo físico: caminar
unas 20 horas, durante la noche y la madrugada. Y luego sufrir
las molestias de conseguir un transporte para el regreso, que
siempre es lento y en condiciones casi de hacinamiento.
Podrá decirse que la juventud fue hecha más para la heroicidad
que para el placer. O que los jóvenes poseen un espíritu
deportivo. Pero nada de eso explica totalmente un fenómeno que
se repite hace 26 años. Porque así como se dice que los
jóvenes tienen poco compromiso político y acaso tengan
buenas razones, debe convenirse que muchos son religiosos.
Más allá de los cálculos matemáticos.