Hay alternativas ecológicas, económicas y sanas al automóvil privado

En ciudad:

Transporte público (cómodo, con buenas frecuencias y recorridos y bajos precios)

Bicicleta y patines

Caminar (excelente para el cuerpo y la mente)

Taxis y vehículos compartidos (ver columna derecha) o de alquiler

En carretera:

Tren convencional (siempre más seguro, bajos precios con buenos gestores públicos)

Autobús

Car-sharing (mucho más económico que "tener un coche")

¿Qué significa apostar por el transporte público de calidad?

Significa dejar de invertir en construir más autopistas y trenes de alta velocidad (opciones caras y antiecológicas) y dedicar esos recursos a garantizar un sistema de transporte público asequible, coordinado, cómodo y eficaz.

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Car-sharing: el uso de "coches compartidos" (una empresa se ocupa de todo) es una forma de que puedas usar un vehículo cuando realmente lo necesites y adaptado a lo que vayas a hacer con él. Gracias a esto, gastas mucho menos dinero en gasolina y amortización del coche, y puedes desplazarte en transporte público en la mayor parte de los casos. Ahorras dinero y es más ecológico. Por ello, es un paso adelante hacia una movilidad más racional.