Las empresas multinacionales, apoyadas por los gobiernos, no son trigo limpio. De hecho, generan contínuamente explotación y opresión para beneficio de una minoría que controla las decisiones y accede a los beneficios.
¿Cuáles son las consecuencias? Bajos salarios (en muchos casos de miseria), destrucción de la independencia y autosuficiencia de las comunidades locales, aumento del hambre, expolio del medio ambiente y los recursos naturales, y la supresión de las genuinas necesidades y deseos de la gente.
Vamos a verlo
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