Noticias 2004
Diciembre, 2004:
Día 28 - Los expertos confirman la recuperación del oso, con 130 ejemplares en la Cordillera. Un informe de Castilla y León refleja que la población de plantígrados aumentó un 70% desde 1990 en Asturias, León, Cantabria, Palencia y Lugo. Oviedo, María ALONSO. Alrededor de 130 ejemplares de oso pardo están repartidos en dos núcleos poblaciones de la cordillera Cantábrica que cada vez están más cerca de quedar conectados entre sí. Éstas son las conclusiones de un estudio presentado ayer por el consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Carlos Fernández. La población cantábrica de oso pardo se encuentra mayoritariamente en Asturias, aunque también existen ejemplares en León, Palencia, Cantabria y Lugo. Según el informe presentado ayer, existen entre 105 y 130 ejemplares, un 70 por ciento más que a comienzos de la década de 1990.
El estudio titulado «Evolución de la población de oso pardo cantábrico en Castilla y León 1990-2004» analiza la situación de la emblemática especie y confirma al alza los datos esperanzadores sobre los plantígrados que recientemente había anunciado el Principado. Según los datos que baraja la Consejería asturiana de Medio Ambiente, la población de oso pardo cantábrico en Asturias se había incrementado un 57 por ciento en los últimos años, pasando de 75 a 118 ejemplares. Prácticamente, la totalidad de los plantígrados están situados en la zona occidental.
Según el nuevo informe, la población se oso pardo cantábrico se reparte entre un núcleo oriental, que comparten León, Palencia, Cantabria y Asturias, en la zona de Picos de Europa, y otro occidental, entre León, Asturias y una pequeña parte de Lugo.
El núcleo oriental cuenta entre 25 y 30 ejemplares, mientras que el occidental tiene entre 80 y 100, por lo que la población total estimada es de 105 a 130 osos. Estas cifras contrastan con los censos de finales de la década de 1980 y comienzos de la de 1900, cuando estimaban una población osera con menos de 90 ejemplares en total.
El consejero castellano-leonés de Medio Ambiente aseguró que la especie «empieza a recuperarse», aunque considera que el número de ejemplares «sigue siendo limitado para garantizar plenamente su pervivencia en el futuro».
El Consejero subrayó otra circunstancia positiva para el futuro de esta especie, como es el hecho de que el oso cantábrico dispone de un hábitat mayor y de mejor calidad, con lo que considera que «no es improbable» que en el futuro se conecten el núcleo oriental y el occidental. Los equipos que trabajan en la conservación del oso en Castilla y León aseguran tener constancia de que algunos ejemplares de un núcleo están «acercándose» al otro, puesto que han sido detectados en un territorio intermedio, por ejemplo en la zona leonesa de Luna. Según el informe, el gran problema que impide esta conexión es la pérdida de masa forestal, más que la construcción de infraestructuras. http://www.lne.es/
Noviembre, 2004:
Día 18 - El oso se recupera en el occidente de la región, con 18 oseznos. El CSIC hará un seguimiento de los ejemplares y sus áreas de movimiento. Los mejores resultados desde 1995. Según los datos facilitados ayer por el Principado, en 2003 18 oseznos se movían por las montañas occidentales acompañados por sus nueve madres. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizará un seguimiento de la población. Oviedo, María ALONSO. Dieciocho «esbardos» se movían el pasado año por las montañas occidentales de la región acompañados por sus nueve madres. Según los datos facilitados ayer por la Consejería de Medio Ambiente, la población de osos en el occidente asturiano contaba en 2003 con un total de catorce crías seguras y cuatro probables, lo que supone los mejores resultados de la especie en la zona desde 1995, cuando también se detectaron 18 oseznos. En total, existen alrededor de nueve grupos reproductores, es decir, «esbardos» con osas, siete de ellos seguros, y dos probables. Según los datos facilitados por el Principado, cada osa tiene de media dos oseznos a su cargo, lo que también supone una de las tasas más altas registradas en los últimos años.
Todos estos datos ponen de manifiesto los buenos resultados de recuperación de la especie, y el consejero de Medio Ambiente, Francisco González Buendía, destacó la apuesta del Principado por la conservación y estudio de la especie. El Gobierno regional presentó ayer un nuevo proyecto que llevará a cabo el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para el estudio de la especie, que se centrará en el seguimiento de la población de osos en Asturias y en la elaboración de cartografía para determinar con exactitud el hábitat de los osos, así como los corredores que utilizan para moverse por la región. Los concejos de Somiedo, Cangas del Narcea, Teverga, Quirós, Ibias y Degaña acogen a la población occidental de oso pardo, y el nuevo estudio que ha encargado el Principado determinará los límites del que se podría llamar el país de los osos.
Mejora. La situación de la especie va mejorando, si se tiene en cuenta que existen más crías y más grupos reproductores que en años anteriores. En 2000 se estimaba la existencia de trece «esbardos»; en 2001 la cifra bajó hasta diez y en 2002 ascendió hasta quince. Según los datos que maneja la Consejería de Medio Ambiente, la población de oso pardo cantábrico en Asturias se ha incrementado un 57 por ciento en los últimos años, pasando de 75 a un total de 118 ejemplares. Prácticamente todos los plantígrados están asentados en la zona occidental de la región.
Los datos que maneja el Principado están avalados por un estudio genético realizado por biólogos del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, en el que se determina la existencia de diferencias genéticas entre los osos del Occidente -que suponen el grueso de la población de plantígrados- y los del oriente de la región.
La endogamia y el hecho de que existan más machos que hembras son en la actualidad los principales problemas de esta especie protegida en Asturias. Los machos son mayoría en los montes asturianos. La proporción de sexos está ligeramente desplazada a favor de éstos. http://www.lne.es/
Día 2 - Uno de los últimos osos de los Pirineos muere por disparos de cazadores. La osa "Canela", una de las últimos ejemplares vivos de esta especie en los Pirineos, ha muerto a manos de cazadores en la zona pirenaíca de Urdos. "Canela" se encontraba con un osezno de diez meses que ha logrado escapar, aunque su supervivencia corre peligro.
PAU.- Seis cazadores han encontrado a "Canela" con un osezno, de diez meses, que habría atacado a los perros y amenazado a los cazadores, quienes se vieron obligados a disparar sobre la madre, según su propio testimonio.
El osezno logró escapar, pero su supervivencia corre peligro sin la presencia de su madre, han indicado las fuentes.
Tanto "Canela" como su cría eran vigilados por los naturalistas de los Fondos de Intervención Ecológicos (FIEP) locales y habían sido localizados en los acantilados de Urdos.
Los cazadores sabían dónde se encontraba la osa y su pequeño, según el presidente de la FIEP, Gerard Caussimont, quien indicó que "no deberían haber acudido a esa zona con perros".
El ministro francés de Ecología, Serge Lepeltier, ha solicitado la apertura de una investigación para determinar la causa exacta de la muerte de la osa, explicaron las fuentes.
Octubre, 2004:
Día 31 -
«La población del oso pardo ha empezado a recuperarse». GUILLERMO PALOMERO-PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN OSO PARDO. Este experto destaca que la reducción del furtivismo y la mejora del hábitat benefician a los mamíferos en la Montaña Palentina
Texto de/Fernando Caballero. Fotografía de J. Ruiz.
FFUNDADOR y presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero está considerado como una de los expertos más renonocidos sobre este mamífero. Asesor del Ministerio de Medio Ambiente, Palomero controla la población de osos pardos en Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia. La situación actual de este plantígrado fue abordada esta semana en una conferencia organizada por Caja España. Palomero se muestra optimista sobre el futuro del oso pardo cantábrico.
-¿Cuáles son las causas de que el oso pardo haya llegado a la situación de estar en peligro de extinción?
-Es un animal considerado en la normativa española como en peligro de extinción y es una amenaza real. Tradicionalmente, las causas que han afectado al oso y que han condicionado esta situación son la caza furtiva y la pérdida de hábitat. La caza furtiva está remitiendo afortunadamente y el hábitat se trata cada vez mejor, y esto ha condicionado que las poblaciones de oso cantábrico estén respondiendo bien. Aunque siguen estando amenazados de extinción y sigue habiendo pocos ejemplares, la buena noticia es que el oso pardo de la cordillera cantábrica ya no está en proceso de regresión, está empezando a recuperarse.
-¿Qué medidas se deberían tomar desde las administraciones para conseguir incrementar esa población?
-Seguir trabajando mucho desde las administraciones, las oenegés especializadas y desde el mundo científico, trabajar y dedicar muchos esfuerzo y muchos fondos a la conservación del oso y de sus hábitats. Es una especie emblemática y prioritaria para la Comisión Europea. Se están desarrollando medidas contra el furtivismo, se trata de manejar cada vez mejor el hábitat y sobre todo se está trabajando mucho en formación y en sensibilización para que se conozca y se valore el oso en su hábitat. Es fundamental que haya apoyo social para conservar al oso cantábrico.
Treinta ejemplares
-Ante esa situación, ¿cuál es la previsión de evolución de osos pardos en esta zona?
-En la Cordillera Cantábrica hay dos poblaciones de oso genéticamente incomunicadas: la más oriental, donde está la Montaña Palentina, tendrá cerca de treinta osos; la más occidental -Asturias y el Alto Sil leonés- estará por encima de los cien ejemplares. Son cifras todavía escasas, pero son buenas, porque al menos en el occidente cantábrico hay buena reproducción. Dicen los especialistas que lo deseable es que haya varios centenares de osos para estar seguros de que la población es viable. No estamos todavía ahí, pero la evolución es positiva. Se acabó la regresión y estamos en la vía de la recuperación.
-¿Cuándo se puede llegar a ese mínimo exigible?
-A mí me gustaría que pronto, pero eso depende de muchos factores. Hay uno fundamental: el oso reacciona muy lentamente por su propia biología. Aunque todo se haga bien o moderadamente bien, la respuesta de la población de osos será positiva pero lenta.
-¿Cuál el perfil de los furtivos de osos?
-El cazador que mataba un oso y lo contaba ha desaparecido, porque puede ir a la cárcel y le pueden denunciar sus propios convecinos. Ya no puede contarlo. ¿Para qué va a matar un oso? Además, puede cazar osos en países europeos por precios muy razonables. Ahora el peligro con los osos son los lazos y las trampas puestas en el occidente cantábrico para cazar otras especies, como los jabalíes o los ciervos, donde caen y mueren también los osos o quedan lisiados. También tiene peligro el veneno para combatir a los lobos que vuelve a la cordillera cuando creíamos que había desaparecido. Luego perdemos los osos por confusión. Es muy fácil disparar en el curso de una cacería legal contra un oso confundiéndole con un jabalí. Pero el furtivo de antes, que mata al oso y era un héroe popular ha desaparecido afortunadamente.
-En los últimos días se han producido denuncias, incluso desde la misma Fundación Oso Pardo, por cazar ciervos. ¿Sigue siendo preocupante este furtivismo?
-No es conveniente que exista furtivismo en el campo, porque atenta contra un recurso, amenazado o no, que es de todos. Y eso debe atajarse y combatirse. Sí nos preocupa que haya furtivos que utilizan silenciadores. No sabemos de lo que pueden llegar a ser capaces si utilizan herramientas tan sumamente ilegales. No hay que bajar la guardia y aunque se haya ido reduciendo la actividad furtiva, todavía quedan focos y esos focos se pueden sofisticar. El Norte de Castilla
Febrero, 2004:
Día 28 - Parques Nacionales constata el regreso del oso a los Picos tras décadas de ausencia. La guardería del espacio protegido avista en sólo tres meses cuatro ejemplares, una hembra con dos crías en Cantabria y un macho en León
Cangas de Onís, Ramón DÍAZ .
El Ministerio de Medio Ambiente ha constatado el regreso del oso a los Picos de Europa. Después de décadas de ausencia, Parques Nacionales ha observado en sólo tres meses a cuatro ejemplares: una hembra con dos crías en Cantabria y un macho en León. Este último fue localizado durante una cacería que se desarrolló legalmente en el interior del parque nacional gracias a la moratoria de la que disfruta León. Responsables de Parques Nacionales han destacado que estas observaciones confirman la excelente salud medioambiental del parque.
El oso regresa a los Picos de Europa. Después de muchos años de ausencia, la especie más emblemática del norte de España se ha dejado ver de nuevo en el parque nacional. El Ministerio de Medio Ambiente ha constatado la presencia de, cuando menos, cuatro ejemplares en el espacio protegido: una hembra con dos crías en Cantabria y un macho solitario en León. No se han registrado observaciones en la zona asturiana del macizo.
El oso avanza hacia los Picos desde la montaña palentina, su último reducto en la cordillera Cantábrica, donde se estima que pueden vivir unos 20 ejemplares. Salvo una cita aislada en 2002, no se habían producido registros de osos en el interior del parque nacional desde hacía más de una década. El regreso del oso ha sido recibido con júbilo por los responsables de Parques Nacionales, quienes afirman que las observaciones confirman la excelente salud medioambiental de los Picos de Europa.
La última observación se produjo el pasado 4 de enero, durante una batida de ciervas en la zona de La Jundera, en Posada de Valdeón (León). En esta zona existe una moratoria que permitirá aún cazar durante varios años dentro del parque nacional. El plantígrado, ahuyentado por los disparos, salió huyendo en dirección a los puestos de caza. El animal fue visto por cuatro personas e incluso un cazador lo encañonó, pensando que era un jabalí. Al darse cuenta de su error, el tirador avisó de inmediato por emisora a todos los puestos para que se evitara cualquier disparo.
El oso corrió asustado monte abajo, gruñendo y dando muestras de agresividad. Llegó a estar a 8 metros de un cazador, lo que obligó a éste a tirar al aire para espantarlo. Luego desapareció. Al día siguiente, responsables del parque hallaron a más de 1.700 metros de altitud una cueva llena de ramas de árboles, preparada por el oso para hibernar. Anteriormente, el pasado 20 de diciembre, en un monte de Camaleño (Cantabria), fue avistada una hembra de oso con dos crías. Días después, expertos del parque nacional visitaron la zona y comprobaron la existencia de restos de excrementos y huellas frescas en el barro de este grupo familiar. El lugar del registro es una zona óptima para la supervivencia del grupo, dado que se trata de un robledal en el que, este año, abunda la bellota, uno de los alimentos preferidos por esta especie, y el matorral, en el que también hallan alimento y se sienten seguros. http://www.lne.es/
Día 18 - Somiedo registra un auge de osas reproductoras. Fapas contabiliza tres ejemplares con cuatro crías en el parque natural.
ANDRES SUAREZ. Por primera vez desde su declaración como parque natural, Somiedo constata una cierta mejoría en la situación de la población osera que habita en el entorno. Así lo certifica el informe del 2003 elaborado por el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), que hace especial hincapié en la existencia en los bosques del enclave suroccidental de hasta tres osas reproductoras acompañadas de cuatro crías. La determinación de una serie de áreas críticas de protección para la especie, así como los cambios en la regulación de la caza, son los principales responsables de esta, en principio, positiva evolución.
"Se puede certificar una presencia muy estable de osos en aquellas zonas del parque que gozan de una mayor tranquilidad", apunta Roberto Hartasánchez, presidente de Fapas. En concreto, esos enclaves coinciden con las áreas críticas delimitadas por el Principado y las organizaciones ecologistas, en las que la actividad humana está sometida a estrictas limitaciones. Esta calma favorece la reproducción de la especie.
"Es absolutamente necesario que las osas con crías puedan moverse por sitios tranquilos", certifica Hartasánchez, que alaba la efectividad de estas decisiones --áreas críticas y regulación de la caza-- diseñadas en el 2001.
Los trabajos desarrollados por Fapas en Somiedo el pasado año detectaron la presencia de 22 osos, aunque no todos ellos forman parte de la población estable del parque. Algunos se desplazan desde otras zonas como, por ejemplo, los montes leoneses. La Voz de Asturias, FAPAS
Día 17- «Paca» y «Tola», juntas y felices. La llegada de la segunda osa a Cabárceno ha tranquilizado a su hermana y ambas se pasaron ayer la mayor parte del día dormitando. «Paca» y «Tola» están por fin juntas y, al menos aparentemente, felices. La llegada de «Tola» al parque natural de Cabárceno (Cantabria), el pasado domingo, ha tranquilizado a «Paca», que hasta entonces se había mostrado bastante nerviosa y un tanto deprimida. Las dos osas asturianas se pasaron la mayor parte del día de ayer dormitando. No se separaron ni un instante. La rapidísima adaptación al recinto de Cabárceno de «Tola», tal vez influenciada por la presencia de su hermana, sorprendió a los expertos.
Cabárceno (Cantabria), Ramón DÍAZ
Dormidas como benditas. Así se pasaron casi toda la jornada de ayer las osas «Paca» y «Tola» en su retiro temporal del parque de la naturaleza de Cabárceno, en Cantabria. Juntas por fin y, al menos aparentemente, felices. A «Paca», que lleva ya en el exilio cántabro un mes largo, le ha cambiado el humor con la llegada de su hermana «Tola», el pasado domingo. Lo que antes era morriña y nerviosas idas y venidas por el recinto que ocupaba en solitario, se ha tornado ahora calma, sosiego, paz. Diríase que la llegada de «Tola» la ha tranquilizado.
«Paca» lo pasó mal durante los primeros días de sus obligadas «vacaciones» en Cabárceno. Estaba apartada de su hermana por primera vez en su vida. Todo era extraño, incluido el olor de los cerca de sesenta osos centroeuropeos que ocupan un recinto anexo al suyo. Así que pasó varias semanas nerviosa, un tanto estresada. «Tola», mientras tanto, hibernaba en Proaza, a más de un centenar de kilómetros de distancia. Hasta que, el pasado domingo, salió de su letargo y bajó a un comedero, momento que aprovecharon sus vigilantes para encerrarla y, posteriormente, trasladarla a Cabárceno.
«Paca» y «Tola» tendrán que permanecer en Cantabria aún durante varias semanas, hasta que sea reparado el cercado que rodea el monte que ambas ocupan en Proaza, que se rompió el pasado 4 de enero por un desprendimiento. Ya no será tan dura la espera. «Tola», la de mayor envergadura de las dos gemelas, no lo está pasando tan mal como su hermana, quizá precisamente porque está a su lado.
No obstante, se la nota un poco más nerviosa que a «Paca». Así, «Tola» está muy atenta a todos los ruidos, a todos los olores, y levanta la cabeza en cuanto oye o huele algo extraño. Y cuando algo no le gusta, empieza a dar nerviosos paseos por el recinto de mil metros cuadrados que ocupa junto a «Paca». Pero en seguida se tranquiliza y regresa junto a su hermana.
La adaptación de «Tola» en Cabárceno ha llamado la atención a los cuidadores del parque. No resulta habitual que una osa recién llegada se mantenga relajada cuando se acerca a la valla de protección un enorme oso centroeuropeo.
Ayer, cuando le tocó vivir esta experiencia, «Tola» se limitó a olisquear un instante, e inmediatamente hizo caso omiso al posible pretendiente, como si no existiera. El macho, que duplicaba en tamaño a «Tola», se fue por donde había venido con un palmo de narices. «Paca», en su momento, llevó bastante peor el asunto de los vecinos. «Tola» llegó a Cabárceno a las nueve de la noche del pasado domingo. «Todo fue muy bien». Ése era el escueto mensaje del vigilante. Al parecer, «Paca» y «Tola» se reconocieron en cuanto se olieron unos segundos y se mostraron alegres y contentas, si es que los plantígrados pueden expresar semejantes sentimientos.
«Tola» durmió junto a su hermana, en la única cueva que existe en el recinto. Ya no se separaron. Junto a «Paca» comió fruta por la mañana y recibió la visita de varios cuidadores asturianos, quienes, por cierto, les dieron un poco de turrón. Al parecer, fue un truco para que las osas, sumamente golosas como todos sus congéneres, estuvieran tranquilas y felices.
Más tarde, las dos osas asturianas recibieron la visita de dos cuidadores cántabros, que portaban la comida: pan y una suerte de plato cocinado con arroz y legumbres, tal y como ha solicitado el Gobierno del Principado a los dirigentes del parque de Cabárceno. «Paca» y «Tola» ni siquiera hicieron caso a los «camareros»: siguieron dormitando a la entrada del recinto vallado. Y es que ellas son muy suyas: nunca comen en presencia de extraños. Eso sí, en cuanto dejan de sentirse observadas se lo zampan todo. Al menos así lo ha hecho siempre «Paca» durante su asueto en Cantabria.
En Cabárceno hay un silencio casi absoluto sobre «Paca» y «Tola». El Principado lleva directamente cualquier asunto relacionado con las osas, incluidos los permisos para tomar fotografías, pese a que el recinto que ocupan «Paca» y «Tola», aunque apartado de las rutas habituales del parque, puede ser visitado por los turistas. El Ejecutivo asturiano descarta cualquier programa de inseminación artificial en Cabárceno, donde todos los osos residentes, salvo las dos asturianas, pertenecen a la subespecie centroeuropea, de mayor tamaño que la ibérica. La Nueva España
Día 5 - Un estudio revela que los plantígrados se reproducen más en Asturias, pero tienen más opciones de vida en León y Palencia.
Oviedo. Los osos pardos tienen más probabilidades de reproducirse en Asturias o el Norte de León que en el área palentino-leonesa. En cambio, sus opciones de supervivencia son mayores en la zona oriental de la cordillera Cantábrica que en el territorio más occidental. A partir de esta idea, en apariencia sencilla, científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han establecido un nuevo modelo para estudiar el hábitat de especies amenazadas y favorecer su conservación.
El estudio, cuyas conclusiones han sido publicadas en «Conservation Biology», establece un modelo para identificar en territorios habitados por especies amenazadas aquellos factores que dificultan su conservación. Frente al enfoque tradicional, que al estudiar las condiciones de vida de una especie valora conjuntamente todos los factores que condicionan su presencia en un hábitat, los investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) han estudiado de forma independiente los dos factores demográficos claves: reproducción y mortalidad. La reproducción está condicionada sobre todo por la disponibilidad y la variedad de alimento, es decir, por la calidad del hábitat natural; mientras que la mortalidad depende de la presencia y actividad del hombre, lo que determina la calidad del hábitat humano.
A partir de estas consideraciones, los científicos del CSIC han estudiado las condiciones de vida de las dos únicas poblaciones de oso pardo de la cordillera Cantábrica, que suman entre 70 y 90 ejemplares. El trabajo revela que la población oriental de osos de la cordillera Cantábrica ha sobrevivido en un refugio de baja mortalidad, donde el hábitat natural es pobre. Todo lo contrario ocurre en la población occidental, donde el índice de mortalidad es más elevado. En ninguno de los dos casos el hábitat reúne condiciones óptimas de elevada reproducción y baja mortalidad.
Aplicado a una serie de datos históricos, este modelo puede explicar los patrones de extinción del oso en el Norte de España desde Alfonso X. El trabajo ha sido desarrollado por los investigadores de la Estación Biológica de Doñana Miguel Delibes, Javier Naves y Eloy Revilla, en colaboración con el científico del Centro de Investigaciones Ambientales de Leipzig (Alemania) Thorsten Wiegand.
La Nueva España
Enero, 2004:
Día 6- Una avalancha de piedras destroza la cerca de Paca y Tola. La guardería rastrea sin éxito los alrededores del cercado de Proaza, destruido por un derrumbe, y tampoco ha localizado en el interior a las dos osas, que deberían estar hibernando
Foto: Nacho Orejas (LNE) Proaza, Érika VALLES
Las osas «Paca» y «Tola» siguen sin aparecer. Nadie ha podido localizar aún el paradero de las dos hembras de oso pardo desde que, a las dos de la madrugada del domingo, una avalancha de piedras destrozara unos cien metros de la valla que las separaba de la libertad, en el cercado de cinco hectáreas del monte Fernanchín, entre Santo Adriano y Proaza.
Guardas del Principado buscaron ayer a las osas en zonas limítrofes. Los dos ejemplares deberían estar hibernando dentro del cercado, pero el interior de este recinto de abrupta geografía no ha sido rastreado a pie por la peligrosidad que ello supone. Algunos expertos advierten de que el encuentro entre un hombre y cualquiera de las dos osas despertadas de su hibernación puede tener funestas consecuencias. «Los bichos son bichos», sentencian. En el equipo de búsqueda había agentes con rifles cargados, unos con bala, por si aparecen los osos y les atacan, y otros con anestésico.
Por el momento, todo apunta a que «Paca» y «Tola» no han salido de la «casa » que han ocupado desde mayo de 1996. Pero lo que manda en esta búsqueda es la incertidumbre. Se cree que no están fuera: de todas las huellas halladas ayer en el entorno, ninguna correspondía a un oso «y había cientos de otras especies», añade uno de los efectivos. Por si se da el caso de que «Paca» y «Tola» sigan dentro, se ha colocado un cierre provisional para tratar de suplir el cercado de acero que quedó sepultado por toneladas de piedras. Ahora se les intenta impedir el paso con una malla de plástico y una doble línea de pastor eléctrico.
Patrullas formadas por agentes de la Fundación Oso Pardo y de la guardería del Principado, -con el apoyo de agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil- llevan realizando en los dos últimos días batidas continuas en las áreas más cercanas al monte de Fernanchín. Tratan de localizar a las osas en el supuesto de que se hubieran escapado durante las ocho horas que el vallado permaneció roto y sin vigilancia.
La Guardia Civil ha puesto a disposición de los expertos una cámara térmica con la que vigilan la ladera que habitan «Paca» y «Tola» a la espera de que se produzca algún movimiento. Aunque las osas no han sido vistas y no se puede afirmar rotundamente que estén en el interior, todos los indicios hacen creer a los expertos que trabajan en la zona que no se han movido de la cueva en la que llevan hibernando desde finales de noviembre. «Nosotros tanteamos todas las posibilidades y actuamos en consecuencia. La hipótesis más probable es que las osas están dentro, pero también tenemos que buscar fuera, siguiendo el protocolo, por si se hubieran escapado. Es difícil que haya sido así, porque no hay huellas ni señales de movimiento». Así se explica Guillermo Palomero, director de la Fundación Oso Pardo, que el domingo se trasladó desde Cantabria a Asturias para seguir las labores. Pero, como todos los implicados en esta búsqueda, Palomero tampoco las tiene todas consigo: «No obstante, sí es cierto que los osos tienen una hibernación relativamente ligera, es decir, que si se hubieran despertado con el ruido de las piedras, el tiempo de reacción o aclimatación es muy pequeño».
Cuando se confirme que no han salido, «se pondrá en marcha el dispositivo de localización en el interior», indica Francisco Alonso Mier, coordinador de guardería del Principado.
La posibilidad de que las osas no estén en perfecto estado -acaso dañada alguna por el derrumbe- también se ha planteado. «Pero eso lo sabremos cuando las hayamos localizado», asegura el director de la Fundación Oso de Asturias, Javier González. La preocupación radica en que parte de la tierra ha caído sobre una de las zonas que, en otras ocasiones, utiliza una de las osas para hibernar. «Pero no sabemos si este año ha escogido el mismo sitio», añade. González quiere llamar a la tranquilidad: «De ser así, no debemos preocuparnos porque la cantidad de tierra es muy pequeña y ella misma podría quitársela de encima cuando despierte. Los osos son grandes excavadores y, normalmente, cuando despiertan, siempre se encuentran con tierra a la puerta de sus cuevas», explica.Una malla de plástico y dos pastores eléctricos «remiendan» el vallado. Dos pastores eléctricos -los habituales vallados que delimitan fincas y evitan la fuga del ganado- y una malla de plástico naranja como las que pueden verse en las obras cubren ahora los aproximadamente cien metros que quedaron sin protección tras la avalancha de piedras que destrozó el cercado de «Paca» y «Tola» en la ladera del monte Fernanchín. Se trata de un sistema provisional que hará las veces de cerco en un intento de evitar la salida de las osas en el caso de que se despertaran de su hibernación.
Estas medidas sustituyen a una valla de gran resistencia, que se colocó electrificada hace siete años en el monte para evitar que las osas se acerquen a ella. Para aumentar la seguridad del cercado original, existía una segunda valla externa, más sencilla, una malla cinegética, que evita que los visitantes se acerquen a la reja principal.
Los expertos, no obstante, aseguran que éstas son las mejores medidas de protección que pueden tomarse. «Está colocada perfectamente», sostiene Guillermo Palomero, director de la Fundación Oso Pardo. «Es similar a las que se encuentran en los zoológicos. Hemos tenido cuidado, a la hora de ponerla, de hacerlo siguiendo unas estrictas medidas para que no excaven e intenten colarse por debajo, y la altura no es un problema porque los osos no saltan», asegura.
La electrificación hace pensarse dos veces a los osos acercarse al límite. «Es un pequeño chispazo que no les hace nada pero que las asusta lo suficiente como para no querer volver a acercarse», explica Roberto Hartasánchez, presidente del grupo conservacionista Fapas y cuidador de «Paca» y «Tola» durante sus primeros meses de vida.
Restituir el vallado será uno de los puntos esenciales que deberán debatir en la reunión de urgencia que mantendrán los responsables ambientales del Principado con los expertos. Volver a dejarlo como estaba puede llevar aproximadamente un mes. Cómo y por dónde se va a hacer es todavía una incógnita. La posibilidad de cambiar el trazado del cerco, tal y como ha asegurado Cristino Ruano, director general de Recursos Naturales del Principado, es más que alta. «Parte del terreno por el que ahora pasa esa valla es muy inestable. Los geólogos tendrán que aconsejarnos, pero es probable que lo movamos un poco, aunque el cambio no será, en principio, muy importante», asegura. Ruano descarta trasladar las osas de manera estable a otro lugar. «Éste es muy apropiado para ellas».El peligro de entrar a por ellas y la opción del traslado a Cantabria
Las decisiones sobre lo que hay que hacer con «Paca» y «Tola» las tomará el Principado, Administración de la que dependen las osas. En las próximas horas se celebrará una reunión de urgencia, en la que estarán presentes la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, y el director general de Recursos Naturales, Cristino Ruano. Allí se decidirá qué harán.
El primer paso fundamental es, como es lógico, localizar a las osas. Para eso deben autorizar el plan de trabajo de localización y rastreo dentro del cercado. Esta parte no da muchas posibilidades. Los expertos descartan entrar en la zona en su busca. «Es muy peligroso», destacan cuidadores, técnicos y fundaciones. La cámara térmica que detecta el movimiento parece la opción más adecuada. Aunque hay otras, como usar perros rastreadores, trabajar con sensores o colocarles alimentos olorosos, como la miel, para despertar sus sentidos y atraerlas. Una batida ocular también resultaría efectiva. Es muy habitual que los osos, al preparar su cueva para la hibernación, dejen rastros más o menos visibles, como ramas o tierra a la entrada.
Si se decidiera comenzar ya con las tareas de recolocación del vallado, lo más seguro, según algunos expertos, sería sacar a las osas de allí, tanto para ellas como para los propios trabajadores. En ese caso habría que anestesiarlas para trasladarlas y es muy probable que, para anestesiarlas, se las despierte de la hibernación. Dónde se las llevaría es otro punto a debatir. Guillermo Palomero, director de la Fundación Oso Pardo, apuesta por el zoo de Cabárceno (Cantabria), «por la similitud del clima, la cercanía, ser un lugar preparado y con un equipo de veterinarios muy experimentado con osos».
Otra posibilidad que se planteará en la reunión es la de continuar con el vallado provisional hasta que despierten de su hibernación. Una vez despiertas, se las anestesiaría y se las trasladaría durante los aproximadamente veinte días o un mes que pueden tardar en colocar el cercado deteriorado.El cercado. Son cindo hectáreas de terreno ubicadas en el monte Fernanchín, en el límite entre Proaza y Santo Adriano. La ladera situada frente a la casa del oso, en Proaza, está limitada por una doble valla electrificada. Desde el observatorio, al que se accede por la Senda del Oso, se divisa la parte por la que suelen moverse las osas. Se trata de un terreno inclinado, muy abrupto y rocoso, con mucha vegetación que les proporciona parte de su alimentación. Cuenta con numerosas cuevas y zonas ocultas.
Quienes son. Paca y Tola nacieron en enero, en Leitariogos, Cangas del Narcea, en 1989. Este mes cumplen 15 años. Tras matar a su madre, un furtivo se quedó con ellas, hasta que el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil las rescató cuando solo contaban con 5 meses. Las trasladaron a las instalaciones de la orgacización ecologista FAPAS (Fondo para la protección de los animales salvajes), en Llanes, y después a Tarragona, hasta que fueron llevadas a la reserva cinegética del Hosquillo en Cuenca.
Tola recibe su nombre del cazador que avisó a las autoridades del hallazgo de las osas, a quien todos conocian como Antolín -Tolo-.
Paca es un homenaje a la mujer de Roberto Hartasánchez, presidente de FAPAS.
Con siete años, el Principado decidió hacerse cargo de ellas y las trajo de vuelta a Asturias. Desde entonces, viven en semicautividad en el monte Fernanchín, en un cercado buscado especialmente para ellas. Cada día su cuidador, Roberto García, les da la comida a las 12 y la merienda a las 6 de la tarde. A finales de noviembre, antes de comenzar con la hibernación, Paca pesaba 138 kg. y Tola 177 kg. Actualmente están hibernando. Bajaron a comer por última vez a finales del pasado mes de noviembre. Permanecerán en su periodo de letargo hasta finales de febrero.
Los osos en cautividad. Paca y Tola son dos ejemplares hembra de oso pardo cantábrico que nunca han vivido en total libertad. Desde pequeñas han estado cautivas, lo que las imposibita para vivir sin los cuidados del hombre. Actualmente viven en una situación de semilibertad. Están en un amplio terreno de un monte con características muy similares a los hábitats en los que se desenvuelven los osos pardos. Nadie entra en su territorio ni se las tiene controladas, se les proporciona la comida en una zona habilitada como comedero, en la parte baja de la ladera del monte y junto a la llamada Senda del Oso. Ellas bajan a buscarla, a la vista de decenas de curiosos que casi a diario se acercan a verlas. Las dos osas buscan comida dentro de su territorio, pero no sería la suficiente para poder mantenerse por ellas mismas. La Nueva España