"ÚLTIMA HORA" -- Albert Orfila

EL DÍA DE LA MUÑECA

Gráficas se exhibe ante el poderoso Breogán y firma ocho triples en veinte minutos.

Gráficas varió su manual. Relentizó su baloncesto y obtuvo uno de esos triunfos terapéuticos cuyo influjo sobrepasa las paredes del vestuario y también se abraza con la hinchada. Breogán, uno de esos equipos cosidos a base de talonario y fabricado exclusivamente para transitar de nuevo entre la élite nacional, claudicó en el Palau. La frialdad de su discurso y la gelidez de su banquillo -tiene mucho y de todo pero su repertorio táctico es muy escaso- toparon con un grupo bien engrasado y que fue superior en todas las facetas del juego; incluso en la lucha bajo los aros -Gráficas capturó diez rebotes más- donde los centímetros del Breogán parecieron evaporarse ante el aliento de Adams y Horton. Instaurado el gobierno de la zona, Gráficas movió siempre el balón con criterio y respondió con una inusitada efectividad siempre que notaba la respiración del ribal en el cogote. 8 triples en veinte minutos y una asfixiante defensa individual sustentaron un espectacular triunfo.


Guillem Coll suele responder cuando la situación lo requiere. La cita con el Breogán precisaba de su talento para evitar las mazmorras de la clasificación. Y no decepcionó. El base mallorquín, que estuvo 37 minutos en pista, anotó, defendió y dió la cara en los moemtos más delicados del partido. Obtuvo una valoración estadística total de 33 puntos. Recibió 12 faltas personales y anotó 25 puntos. Excepcional.