Athlétic, 1-Betis, 0. Ganó el valiente
Luis Fernández alineó a Urzaiz junto a Ezquerro, Julen Guerrero y Etxeberría, y se llevó los primeros puntos con merecimiento


IVAN CASTELLO

Uno salió con todo, Luis Fernández, y el otro, Carlos Timoteo Griguol, acabó con todo. Total, 1-0 y tres puntos para el más valiente, para el que arriesgó antes, no para el que apostó desde la excusa de la obligación. La tierra para el que la trabaja. Y ese fue el Athletic, envalentonado con la alineación ganadora de su técnico.Con Urzaiz, más Etxeberría, Julen y Ezquerro, sí que vale el Athletic. Y fue sobrado para desmontar el temeroso entramado de un Betis sin alma, que reaccionó tarde y no tuvo pegada. La apariencia es que este no es todavía el equipo de Griguol. Faltan Crosa, Romero y un Alfonso trascendente, no para jugar las instancias finales. Como si Griguol hubiera salido a cumplir.

Denilson. Si el partido era del Athletic desde muy pronto, faltaba rematarlo. El Betis se quedó por el camino en poca cosa. Tan sólo en un cabezazo de Finidi tras la única arrancada de Denilson (9'). Luego, el desierto. Entre Ríos y Lacruz, el esperado festival de Denilson se suspendió. El brasileño, en el fondo, tampoco estuvo este año en San Mamés.

a ganar. Tras el tanteo inicial (3-4-3 rojiblanco y 3-5-2 verdiblanco), el Athletic ya estaba en disposición de ganar. Y a partir del minuto 20 llegaron las melodías de gol encadenadas. El Athletic se fue decidido a por el partido. Y de manera muy capaz. Lo suyo no fue una exhibición (tampoco quedará su ritmo de juego como ningún ejemplo práctico de manual), pero sí que marcó con entereza su territorio, el inmenso centro del campo, y se afanó por crecer.

La presión le daba la pelota y, con ella, los avances, los centros, el peligro... El Betis sufría en silencio. Filipescu y Karhan parecían el muro de Berlín, a punto de caer. El Athletic, en esas, disfrutó de cuatro oportunidades. Dos fueron para Urzaiz. Una de cerca ante Prats (18'), que afortunado envió a córner. Y la otra de derechazo 'alemán' desde 25 metros que escupió el larguero (33'). Entre tanto, Guerrero envió al limbo un 'toma y mételo tú' de Urzaiz. Ríos, para cerrar la fase de hiperactividad rojiblanca sobre la meta, cabeceó a los 35' para seguir inquietando.

El gol. El Athletic había anunciado sus intenciones y Griguol tampoco rectificó nada al comienzo de la segunda parte. Era cuestión de tiempo que llegara el gol, bien por la persistencia local, bien por algo que allanara el camino. Ahí llegó el error de Karhan (o el guiño del césped para con los locales, ¿ahora, qué, Luis?) y la habilidad de Ezquerro para darle el gol a Etxeberría. El Betis, en la hora de la cuesta abajo y descartado el 0-0, siguió siendo un equipo estrecho, sin gracia. Muy colectivo, eso sí, pero tanto que hasta Finidi trabajaba atrás achicando. Pésima señal.

Epilogo. El final del partido cerró el silogismo. Si Luis Fernández salió con todo, acabó con menos. Y, a la inversa. Se fueron Etxeberría, Urzaiz y Julen Guerrero. Entraron Gálvez y Alfonso. Pero el partido moría, más si cabe con el carrusel de cambios. En el decrépito epílogo, el Betis tuvo, al menos, la dignidad de chutar a portería, que de eso se trata más que nada. Fue Gálvez y se desperezó Imanol Etxeberría para salvar la situación. Nada más. El Betis aún no existe en esta Liga y Luis Fernández ya sabe empezar una Liga con una victoria.

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