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POR LA NUEVA BANDERA LA BANDERA Muchos los llamados y
pocos los escogidos. No somos los únicos. Todos estamos sujetos a la
tempestad; el viento se lleva las hojas, pero va quedando el grano. En 1927
una gran tormenta y se cribó el PCCH. El Partido ha entrado a una gran
tormenta, todo se va a incendiar; hace tiempo estamos por convertirnos en
centro polar, ya comenzó la convergencia. Nuestro camino está bien; todos los
problemas serán resueltos. Hoy es el día de la
jura de la bandera; pero, la nuestra es Bandera Roja, tiene un distintivo: la
hoz y el martillo. Nuestra Bandera es absolutamente roja; siempre los que se
levantan tienen banderas rojas. La IX Sinfonía es
expresión de triunfo de la burguesía, es larga y hermosa, es el canto de
triunfo de la burguesía. Su autor amaba la libertad, pugnaba por ella; hizo
la III Sinfonía para Napoleón, pero cuando su ídolo holló
la libertad dijo ya no es más para él sino para la libertad. La IX Sinfonía tiene
una característica: un leve rumor creciente y se va forjando una luz hasta
estallar en explosión musical. Entra la voz humana, la voz de la masa coral,
es la tierra que se convierte en voz; sobre fondo de masa coral cantan cuatro
individuos, la masa genera esas voces que cantan más alto, pero hay una voz
que llega más alto aún, nunca antes nadie la pudo cantar, pero en este siglo
se logró luego de muchos intentos y lo a imposible se consiguió. ¡Qué no
haremos los hombres!. Fueron banderas de la
burguesía. Y en su época altas, pasadas están; hoy
viene la nueva humanidad, la humanidad de la alegría. Hoy viene el
proletariado, la única hoguera que jamás se agotará, un pedazo de su chispa
somos nosotros. Somos parte de esa inmensa hoguera; somos humildes chispas
pero no nos corresponde sino encenderlas, con tormentas las chispas se
concentran. Que cada uno cumpla su jornada, dejen al proletariado lo que la
historia le mandó hacer, la clase obrera definirá; nada podrá prevalecer
contra la clase obrera, todo lo derrumbará y un mundo de luz aparecerá
necesariamente. ¿Quién nos podrá contener? ¿qué
somos?: chispas, ¿qué podemos temer? ¿puede el
silencio apagar la tormenta de los cañones, puede una chispa levantarse
contra la hoguera, pueden las espumas envejecidas querer permanecer en la
tormenta? Muchas espumas se pudren en mares fenecidos. Nada podrán las
burbujas que quieren detener el mar. ¿Cómo el silencio va acallar al
estruendo? Las chispas no pueden detener las llamas; las tormentas se gestan
en vórtice de fuego; nada las puede detener. El martillo lo enarbola la clase
obrera, el yunque es la lucha; cada uno cumple su tarea. Necio es querer
destruir la materia. El silencio puede venir
para las personas pero no para la clase. La clase engendra el Partido; el
Partido se levantó y comenzó a andar, es hijo de la tormenta; el Partido
nunca podrá ser aplastado ni destruido, el Partido triunfará necesariamente.
Este Partido se forjó, Mariátegui lo puso a andar,
hecho está; ¿cómo rehacer la historia?. Vino la
Reconstitución; lo hecho, hecho está, no hay que volver atrás; nuestros ojos
tienden a otras albas, otras cosas se levantan, ¿para qué mirar atrás?; hecho
es hecho, no puede ser replanteado. ¿Vamos a revocar el tiempo escrito, el
hecho estampado en materia?. Hacia otros rumbos
debemos levantar el vuelo, pues, ya estamos en una cumbre, rematándola,
culminándola. Hay un viejo canto: "¿Quién es aquélla
que tiende sus miradas como el alba, bella como la luna, esclarecida como el
Sol, imponente como ejércitos de banderas tremolantes?". Para qué mirar atrás si
ya está hecho el balance, hay que mirar adelante, ver el alba que amanece es
el fuego de la revolución. La revolución. Haremos la lucha armada, eso es lo
que hemos de hacer, repitámoslo: ¡eso haremos nosotros, eso haremos nosotros!
¡nosotros! y será hecho porque es necesario y nada
nos puede detener, absolutamente nada puede detenernos. ¿Cómo los granos
podrían detener a las ruedas del molino? serían
hechos polvo. Otro capítulo debe
iniciarse; hay que tender la mirada hacia allá. Hemos de recomenzar de las
faldas de otra montaña para escalar cumbres más brillantes, así será. Lejos
de mí, lejos de todos el pesimismo y desarrollar el optimismo, si algún
pesimismo tenemos es de la iniquidad de ese mundo. Nuestra bandera nido de
esperanza, bandera roja desplegada al viento; qué hay tras todo lo que digo. Hace tiempo a nuestra
línea la querían golpear en dos flancos y dijimos pasaremos por en medio y
pasaremos con la frente alta, batiendo tambores y la vista soñando con el
lejano porvenir. Los hechos te van martillando y tu mente se abre, van
generando la idea. No estamos abandonando banderas como algún necio puede
pensar; nuestras manos no se han hecho para arriar sino para enarbolar. Nuestra bandera tuvo
largo tiempo de flamear sobre una cumbre. Hay que dar un salto en el vacío
pero no para destruirse; ya comenzamos a saltar, la bandera ya está plantada
en una cumbre más alta, una neblina se interpone pero nuestras manos armadas
se levantarán con las masas. La Bandera ya está
puesta en otra cumbre más alta, otra vez ha sido enarbolada, los tambores
comienzan a sonar, el viento se agita. La Bandera es un grito hermoso, en
rojo, a todos nos llama, ascenderemos. Roja Bandera flamea más alto aún,
hacia esa bandera tenemos que ir; así será, nada más podemos hacer, llegar a
la nueva cumbre y cuando lleguemos otra cumbre habrá que ascender. A la
revolución nada la puede detener, ésa es la ley, el destino. ¿Por qué nuestro
silencio?; son nuestras briznas, las quebradizas gotas, apagadas voces que se
oponen; vemos sombrías chispas que quieren negar la hoguera, ¿por qué las
chispas se van a revelar contra la hoguera?. Algunos
qué poca fe tienen, qué poca caridad, qué poca esperanza, nuestras almas
deben ser grandes. Hemos tomado las tres virtudes teologales para
interpretarlas. Pablo dijo hombre de fe, esperanza y caridad. Uno no vale
nada, la masa es todo, si algo hemos de ser será como parte de la masa; ¿a
qué tanto hablar de nuestras glorias individuales? Nuestro amor, nuestra fe,
nuestra esperanza es colectiva, son realizables, son tres en una sola
bandera. Hemos tenido un pequeño
nubarrón y con el marxismo se lo barre; hay ojos que no ven, oídos sordos,
corazones cerrados, que Uds. mismos lo cierran. ¿Qué quieren preservar, el
silencio, la espuma envejecida?; aquí sólo hay algo que enarbolar, la bandera
del Partido que está puesta en otra cumbre. Si hemos de ser izquierda tenemos
que arder con pasión, porque de ese ardimiento vendrá la destrucción de esos
saldos de los que se habla; la hoguera está incendiando; debemos quemar
nuestros viejos ídolos, quemar todo lo que hemos adorado y enaltecer lo que
hemos envilecido, ¿qué otra cosa podemos hacer, o queremos ser burbujas
ensoberbecidas, diciéndole al cosmos detente que yo me desarrollaré? ¡imagínense que carcajada lanzaría! Dicen que esta parte
del cosmos se estructuró como Tierra quince mil millones de años lleva la
Tierra para generar el comunismo, ¿cuánto dura un hombre?, mucho menos que el
simple parpadeo de un sueño; no somos sino una pálida sombra y pretendemos
levantarnos contra todo ese proceso de la materia; seremos un sueño a
fenecer. Burbujas ensoberbecidas ¿eso queremos ser? ¿una
parte infinitesimal que quiere levantarse contra quince mil millones de
años?, ¡qué soberbia, qué putricción!, viejo mar
envejecido, podrido por el tiempo, feudal, burgués, imperialista, aguas
negras en descomposición. ¿Qué más es?: fetidez, ridículo. ¡Seamos pues
materialistas! ¡Comunistas! demostrémoslo, eso es
necesario y nadie puede enfrentarse a la necesidad. Marx comprendió el nuevo
camino a abrir; Lenin asumió encender la hoguera. Mao es Mao porque remontó como
ninguno, ha tenido visión histórica, ha visto los siglos como nadie, en
breves páginas nos muestra miles de años; tenía que cumplir su misión y
cumplió su papel, dijo: he hecho la revolución, derrumbé a Chiang Kai-shek, hice la gran
Revolución Cultural Proletaria, a nada más he servido; hemos avanzado menos
de lo que pudimos hacer, quise alcanzar la cumbre definitiva y he fracasado;
y dice a Chiang Ching: tú puedes hacerlo, si
fracasas te despeñarás y si te despeñas habrá que hacer la guerra de
guerrillas. Y nosotros comunistas
en formación, ¿queremos seguir otro rumbo, qué somos nosotros?, no somos nada
salvo ser comunistas. Es necesario que hoy
mismo definamos el problema, a nosotros se nos presenta el problema que
también se le presentó a la l.o.d. pero somos de
izquierda. Aquí la derecha es subsidiaria, nuestro problema no es con ellos,
si ellos quieren cumplir su papel que asuman su autocrítica. El problema es
la izquierda porque ésta es el Partido, la sal de la tierra, el árbol vivo,
los otros son parásitos. La izquierda debe quemar lo inútil, debe bañarse,
lavarse, quedar limpia, limpiar el establo que tenemos, sacar las costras en
forma franca, veraz, limpia honradamente; ése es nuestro problema y en cada
uno es así. Uno responde por lo que al otro le pase, somos hijos de una misma
causa; fácil es porque somos izquierda; que cada uno demuestre su condición
de comunista, la revolución nos engendró como comunistas; lo que hemos hecho
y somos es el Partido. Somos los incendiarios; la masa está lista, la masa
nos espera, quieren luz no sombras, quieren espadas no mantequillas, fuego no
hielo. La izquierda debe cumplir su papel; el problema es simple, incluso
para los que tienen alma dura; el problema es abrir el corazón con
resolución, es fácil hacerlo, lo demanda la revolución. Basta de podridas
aguas individuales, estiércol abandonado. Nueva etapa: lavarnos el alma,
lavarnos bien. Pensar en la revolución y en el Partido que implica el pueblo
y la clase; la necesidad lo exige, vayamos al fondo de nuestros problemas
pero sin envolver nuestros yoes, vayamos al fondo
de nuestras posiciones para clavar en nuestras almas definitivamente la
bandera del Partido. Algunos sólo ven su
persona, viven en casa de espejos; son comunistas, enarbolen el puño,
estréllenlo y la sangre volverá a hervir, rompan el muro. Eso hay que hacer. Problema es dos
banderas en el alma, una negra y otra roja. Somos izquierda, hagamos
holocausto con la bandera negra, fácil es que cada uno lo haga, de lo
contrario los demás pasaremos a hacerlo. La Bandera Roja
prevalecerá, arranquemos la bandera negra, que cada uno demuestre su
condición de comunista. La bandera flamea en otra cumbre más alta, muchos ya
empiezan a reconocerla; otros vientos se gestan en nuestra patria; cada uno
analice sus problemas dentro de la línea y enlode sus banderas raídas. Algo
nos ayuda: la Bandera está más alta; ¡cómo no vamos a cumplir nuestro papel!
Espero que lo cumplamos, espero. (Del IX PLENO AMPLIADO
DEL COMITE CENTRAL, 7 de junio de 1979). SOBRE TRES CAPITULOS DE
NUESTRA HISTORIA Dijimos algunos días
que queríamos hablar de algunas cosas, hay momentos en que los hombres
recurrimos hablar en símbolos, en metáforas, o en forma no tan directamente
intelectuales, sino que, preferimos que nuestro conjunto de seres comunistas
hablen sotros directa y ampliamente. Quisiera ser breve,
quisiéramos hablar de cómo será vista la historia de aquí a décadas.
Pongámonos en plan de imaginación revolucionaria y miremos desde el futuro;
eso es bueno, es útil y también sirve para fortalecer el alma. Tenemos mentes
claras, voluntad resuelta y pasión inextinguible y la imaginación
revolucionaria coadyuva a fortalecer el alma, a darle más pasión
inextinguible y más mente clara. Bueno es que pensemos un poco y dejemos que
la imaginación hable desde el futuro. Ubiquémonos décadas más adelante. En la
segunda parte del siglo que viene. Estamos en la parte
final del siglo XX, bien pronto veremos correr los años, y bien pronto se
irán a medida que hayamos avanzado en transformar nuestra sociedad, y vendrá
el tercer milenio de la humanidad. El fenecer de los años noventa significan el término de un milenio y el inicio de otro en
el que el comunismo será definitivamente estampado en la historia y la
humanidad habrá dado un salto maravilloso del reino de la necesidad al reino
de la libertad. Pensemos en la segunda
parte del siguiente siglo, la historia estará escrita sotros
y los que sigan son nosotros, los futuros comunistas, porque somos
inagotables; y vendrán otros y otros, y los que vienen son nosotros. Los niños
cuando empiecen a leer, los hombres cuando empiecen a recordar tendrán una
historia que leer y dirán. I. DE COMO PREVALECIERON LAS SOMBRAS Hubo una época en que
prevalecieron las sombras en esta sociedad. No quiere decir que todo fuera
negrura, sino que prevalecieron las sombras. En nuestra patria, en nuestra
América, hay una vieja y larga tradición y lenta historia que hay que
conocer. Buscar las profundas raíces de lo que somos, no porque seamos
nacionalistas; tenemos especificidades históricas y nadie puede hacer la
revolución si no tiene raíces históricas. Tenemos vieja antigüedad. Tiempos atrás hace
veinte mil años, los hombres llegaron acá en forma muy primitiva; pasaron
diez mil años y hace unos seis mil o cuatro mil empezó a desenvolverse la agricultura;
levantaron elementales construcciones para guarecerse del frío y también
comenzaron a tejer para cubrir sus cuerpos. Hace dos mil años ya teníamos una
agricultura muy desarrollada y comenzamos a ser un gran sistema agrario, se
desarrolla la comunidad y comienza a forjarse el ayllu, concreción de la
expresión comunitaria agraria de este pueblo; y con el correr del tiempo,
vinieron los sobrantes, los excedentes y surgió la diferenciación y se
generaron clases, propiedad y Estado. Hace setecientos años
más o menos y seiscientos de nuestra era comenzó a desenvolverse el Estado y
ese Estado comenzó a crecer y conforme creció hubo explotación y comenzó a
generarse la opresión y la explotación y los pueblos se dividieron en
opresores y oprimidos. También estas tierras se dividieron en pequeñas
comarcas, grandes confederaciones, reinos: Huari es
un ejemplo. Corre el tiempo y viene a formarse el imperio incaico. Vino Pachacútec, trajo mayor orden imperial y reordenó el
Estado haciéndolo más fuerte. Hay naciones que explotan a los demás. Las
clases son evidentemente claras y concretas, hay explotados y oprimidos. Pero
bien poco duró ese pétreo reino. Vinieron hombres extraños y descompaginaron
el orden agrario, no es cierto que doblaron la rodilla, hombres resistieron y
defendieron el orden de explotación que habían hecho, pero como era sistema
carcomido basado en explotación se hundieron al choque con un orden superior.
En nuestra patria se
derrumbó el sistema y comenzó un largo proceso de oprobio y explotación
feudal. Los campesinos resistieron y se defendieron. A las gentes las
llevaron a las minas y su sangre la convirtieron en oro y plata, que llevaron
a Europa. Tenemos que ver con el desarrollo del capitalismo en Europa,
producto de la sangre y de la carne de nuestros antecedentes. Pasaron siglos y fueron
amasando un sistema de mestizaje. Vinieron rebeliones, en el siglo XVIII los
campesinos se movilizaron gigantescamente y el sistema se estremeció. Las
acciones mundiales del capitalismo repercuten otra vez aquí y se estremece el
espíritu emancipatorio, pero como no se eliminan
clases, ni se resuelve el problema de la tierra y la soberanía, siguen
existiendo dos viejos problemas: tierra y soberanía. El siglo XIX implica la
transformación del orden feudal en semifeudal y del
colonial en semicolonial. De unos europeos a otros
europeos cambiamos de amos y de manos españolas se pasó a las inglesas y se
entronizaron nuevos explotadores más siniestros que ayer. Pero el pueblo
siempre se levantó pujante combatiente en ardiente lucha de clases sin tregua
aunque con períodos más estremecedores. En la parte final del
siglo pasado surge nuevo orden imperialista, los Estados Unidos, llegaron
tempranamente a estas tierras y en los años 20 su dominio se entroniza. Allí
comienza a ceder la prevalecencia de las sombras.
Una nueva clase amanece, es el proletariado y surge un nuevo capítulo. II. DE COMO SURGIO LA LUZ Y SE FORJO EL
ACERO Surge la clase obrera,
amanece la nueva clase, fue la clase obrera, el proletariado internacional,
que se expresa también en proletariado en nuestro país; eso somos nosotros.
El proletariado empieza a esclarecer la oscuridad, fue la clase que se
expresó aquí. La luz se hizo acero. De 1,895 a 1,919 son
casi 30 años de aguda lucha de clases en que va a desenvolverse el
proletariado peruano y su presencia significó un cambio definitivo en la vida
política de nuestra patria. La lucha de clases, la acción internacional y las
luchas del proletariado y del campesinado permitieron que fuese cuajado el
marxismo y José Carlos Mariátegui bregó como pocos
han bregado en estas tierras de América. Nuestro pueblo no es frívolo, como
gentes estúpidas dicen, han dado grandes hombres, y Mariátegui
es uno de los pocos hombres en estas tierras que aplicó el marxismo-leninismo
a condiciones especiales y nuestro pueblo empieza a encontrar un nuevo
camino, inédito; y comenzó a surgir una luz más pura, una luz
resplandeciente, esa luz la llevamos nosotros, en el pecho, en el alma. Esa
luz se fundió con la tierra y ese barro se convirtió en acero. Luz, barro,
acero, surge el PARTIDO el 28; se forjó el acero, eso somos nosotros, ése es
el problema de cómo surgió la luz y se forjó el acero. El 28 nos fundaron y
nunca hemos caído en el criterio de formar otro Partido. Nos hemos ajustado a
que aquí por el fragor de la clase y de las masas se generó a un José Carlos Mariátegui que constituyó el Partido, nos dio la luz y el
acero y nos puso a andar. Desde ahí hay luz y acero en nuestro país. Digan lo
que digan no se puede volver atrás. Eso será más fuerte mientras haya clases,
no se puede volver atrás, eso es imposible. Esa luz no se pondrá jamás
mientras haya clases; el acero no se deshará jamás mientras haya clases; pero
tuvimos un destino, tuvimos una posibilidad que se deshizo cuando se cegó la
vida del que nos fundó. Lo que no pudo ser realidad quedó como Programa y
Plan que fue negado, soslayado, ocultado; pero la clase lo encarnó, siguió
latiendo en la clase y el pueblo combatientes y en los comunistas. No podemos
negar la acción de la clase y de los comunistas que han bregado y cuya acción
ha permitido que lleguen a donde estamos hoy. El tiempo pasó. Vino la
segunda guerra mundial, la más extensa de la historia, que nos signó y marcó
y puso a andar a más profundidad un sistema de capitalismo burocrático y una
más aguda lucha de clases. La clase obrera siguió avanzando pero nunca en
tranquilidad, sino que en medio de tormentas y tempestades se forjó la clase
obrera y con ella más luz, más acero, más fuerza, más invencibilidad.
Nuestro pueblo fue
iluminado por una luz más intensa, el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung; fuimos primero
deslumbrados, al comienzo rompimiento de luz inacabable, luz y nada más; poco
a poco nuestras retinas comenzaron a comprender esa luz, bajamos los ojos y
comenzamos a ver nuestro país, a Mariátegui y
nuestra realidad y encontramos nuestra perspectiva: La Reconstitución del
Partido. Así el capítulo de cómo se forjó la luz y el acero comienza a
terminar. III. DE COMO SE DERRUMBARON LOS MUROS Y
SE DESPLEGO LA AURORA Hoy comienza un nuevo
capítulo: De cómo se derrumbaron los muros y de cómo se abrió y desplegó la
aurora. Se dirá: nuestro Partido forjado con la luz más fuerte y acero más
puro tuvo un momento de decisión y generó el Plan Nacional de Construcción y
el Partido, a un pedazo de bandera desplegada al viento, se extendió para
iluminar nuestra patria y los comunistas convocados por todas partes, armaron
un sistema nacional, los comunistas se levantaron y la tierra tronó y al
tronar la tierra los camaradas avanzaron. Para esto tuvieron una Conferencia,
piedra miliar y establecieron bases políticas, camino a seguir. Una bandera
fue plantada, una bandera muy alta para una nueva etapa y una nueva meta:
Iniciar la Lucha Armada. Los hombres bregaron y los pocos comunistas que
había se convocaron de varios puntos, y al final se comprometieron y tomaron
una Decisión: forjar en los hechos la Primera Compañía de la Primera División
del Ejército Popular; y, así comenzaron a retroceder las sombras en forma
definitiva, los muros temblaron y fueron horadados; con los puños se abrió la
aurora, la oscuridad se aclaró. Clave fue la I Conferencia Nacional, piedra
miliar y un capítulo empezó. Las almas estaban alegres y los ojos
resplandecían luz. Un capítulo dirá: Mucho esfuerzo costó, dimos nuestra
cuota; y, en momentos difíciles enterramos nuestros muertos, secamos nuestras
lágrimas y seguimos combatiendo. Así se concretó y en el día nacional fue
proclamada la República Popular; y el trabajo se reivindicó y desde allí la
risa comienza a anidar entre nosotros, los campos fructificaron más, la
libertad comenzó a palpitar en nuestro pueblo y lo rojo a guiarnos para
siempre jamás. Nuestra América brillará, es ya un mundo libre y se extiende a
todas partes. Hoy viejos imperios se hunden, son aguas sucias, ceniza
envejecida; mientras el trabajo está reivindicado y los campos florecen en la
República Roja. Dirán ¿qué haremos hoy?
Hoy día avanzamos conjurando para que nunca vuelvan las sombras, para que
nunca la clase obrera pierda el poder. Así dirá la historia; en ese sentido
nos enrumbamos para llegar inevitablemente al comunismo, para llegar a la luz
plena y absoluta. La sangre de los que cayeron clama ¡luz, luz! ¡al comunismo llegaremos! Eso estará escrito; así dirá la
historia. Hoy, hemos tomado una
decisión, es histórica; hemos expresado, puño en alto, dar la vida; cuando
puestos en pie y puño en alto hemos expresado entregar nuestras vidas, en ese
momento ha comenzado el socavamiento de los muros,
ha comenzado a abrirse la aurora. Yo también prometo como
ustedes, pienso igual: bajo las banderas del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, ante la efigie de
nuestro fundador, ante la línea del Partido y las invictas banderas de
nuestro Partido: Yo también brego y pugno por derribar los muros de este
orden, yo también soy un combatiente de la Primera Compañía de la Primera
División del Ejército Popular. Solamente tengo una aspiración, como vosotros:
servir a mi pueblo, apoyarme en las masas que es nuestro sustento y bregar
por el internacionalismo proletario. En el MCI tenemos una solo bandera: Marx la puso a flamear, Lenin
siguió y Mao la llevó más alto, es y será la luz
que nunca será arriada. Nos hemos puesto de pie y cumpliré aquello que tengo
que cumplir. Lo que a mí me importa es cumplir bien mi jornada; los
comunistas no esperamos nada, sólo servir al comunismo; y, mi decisión es la
vuestra. Yo también seré simple combatiente de la lera.
Compañía; haré aquello que haya que hacer, haré aquello que deba, no espero
nada, salvo una cosa: servir al comunismo, esto también es un compromiso: mi
decisión es vuestra y la vuestra es mía, porque somos una unidad. Ha
comenzado el derrumbamiento de los muros y comienza a desplegarse la aurora. (De la CONFERENCIA NACIONAL
AMPLIADA; 3 de diciembre de 1979)
"LA HISTORIA NOS
ENSEÑA QUE UNA LINEA POLITICA Y MILITAR JUSTA NO SURGE NI SE DESARROLLA EN
FORMA ESPONTANEA Y APACIBLE, SINO EN LA LUCHA CONTRA EL OPORTUNISMO DE
"IZQUIERDA" POR UNA PARTE Y CONTRA EL OPORTUNISMO DE DERECHA POR LA
OTRA. SIN COMBATIR ESTAS PERNICIOSAS DESVIACIONES QUE MINAN LA REVOLUCION Y
LA GUERRA REVOLUCIONARIA, Y SIN SUPERARLAS COMPLETAMENTE, SERIA IMPOSIBLE
ELABORAR UNA LINEA JUSTA Y LOGRAR LA VICTORIA EN UNA GUERRA
REVOLUCIONARIA". MAO TSETUNG COMENZAMOS A DERRUMBAR
LOS MUROS Y A DESPLEGAR LA AURORA I. LAS MASAS CLAMAN ORGANIZAR LA REBELION Desde los viejos
tiempos las masas viven sujetas a explotación y opresión y siempre se han
rebelado, es una larga e inagotable historia. La lucha de clases es una
constante, no puede ser suprimida. Desde siempre, desde que combaten, las
masas han clamado por organizar la rebelión, su armamento, su levantamiento,
que se les dirija, que se les conduzca. Siempre ha sido así y seguirá siendo
y después que haya otro mundo seguirá siendo, sólo que de otra manera. Existe miseria y está
junto a fabulosa riqueza, hasta los utópicos lo sabían que ambas andan
juntas: ingente y desafiadora riqueza junto a denunciadora y clamante pobreza. Y es así porque la explotación existe.
La explotación está uncida a la opresión y ésta también existe, asesina a las
masas, las consume por el hambre, las aherroja, las degüella, pero las masas
no son corderos, están formadas por hombres agrupados en clases que se
organizan, generan sus partidos y éstos sus dirigentes. Los dirigentes deben
escuchar el más leve rumor de la masa, escuchar sus vaivenes, otear en el
futuro a lo lejos y poner firme pie en el piso para registrar el más leve
estremecimiento de la masa. Dirigente que no hace eso no es tal. Nosotros somos
comunistas, Marx nos enseñaba que los
revolucionarios tienen por obligación profesional organizar la miseria para
derrumbar el viejo orden y nuestra obligación es hacerlo científicamente,
conocedores de la ley de la lucha de clases y sabedores de la meta hacia la
cual marcha la clase y el pueblo. Esa es nuestra obligación, para eso hemos
venido, para organizar el clamor de la masa, para movilizarla, para armarla,
para eso hemos venido. Porque así el poder desorganizado de la masa exprese
su fuerza, su poder invencible y se convierta en masa creadora de nuevos
órdenes, así socava los más fuertes muros y los derrumba estrepitosamente. Nosotros no podemos
llamarnos comunistas si no actuamos así, no puede haber entre nosotros dirigentes
sordos al clamor de la masa, ciegos ante su fuerza, duros e indiferentes. Eso
es inaceptable. Sin embargo qué hemos
visto? Dirigentes sordos, ciegos, duros e
indiferentes; es que están perdiendo su condición de comunistas? A los comunistas debe temblarles el alma como les
tiemble a las masas, alegrarles lo que les alegra, dolerles lo que les duele,
enardecerles lo que les enardece, levantarles lo que les levanta. Si no la
condición de militante deviene membrete, marchamo, sello, etiqueta. No puede haber
comunistas menos dirigentes que osen desconfiar de la masa, eso es desconfiar
de la única fuerza de la historia. Las "razones" pueden ser muy
elaboradas pero será vacuidad, vacío inaceptable. El Partido no puede seguir
permitiendo que militantes nieguen a la masa y menos dirigentes. No puede
ser. No podemos permitir que mientras los burgueses ven la ola huelguística y
al campesinado que comienza otra vez a encabritarse, los comunistas nieguen
lo que sus ojos ven, lo que sus manos hacen. No puede ser que los comunistas
nieguen a la masa, no tiene sentido, no lo podemos permitir. Cada vez más debemos
ser avisores, ver a lo lejos, tener fino oído para
escucharlos, vista penetrante, talento agudo y penetrante para descubrir la
transformación de la masa. Sin eso no podemos cumplir nuestra misión.
Seguiremos el camino del viejo oportunismo?
Tendremos el corazón duro de la reacción? De esos
camaradas que actúan así qué podemos esperar mañana?,
negros y siniestros cabalgantes sobre las masas. Nunca más permitiremos que
tal cosa comience a suceder mucho menos en dirigentes. Hay un realidad
poderosa en este país nuestro, es la masa, tiene grandiosa historia,
ignorada, pero cada vez que se ha puesto en pie la tierra ha temblado y cada
vez que la masa campesina se ha levantado las bases se han remecido, la
reacción se ha puesto en mil apuros, sólo con sangre y fuego han aplacado con
sus sacristanes oportunistas que desvían, entorpecen; sólo los han aplacado,
pero contenerlos jamás. Antes la tierra se clisa que las masas dejen de ser
lo que son. Engels nos enseñó: dos
poderes hay sobre la tierra, la fuerza armada de la reacción y la masa
desorganizada. Si ese poder lo organizamos, lo que es potencia deviene en
acto, lo que es posibilidad en realidad, lo que es ley y necesidad deviene
hecho contundente que barre todo lo que se cree firme. Nada hay sólido, todo
es castillo de naipes, sino se sustenta en la masa y cuando esa masa habla
todo se estremece, el orden comienza a temblar, las altas cumbres se agachan,
las estrellas tienen otro rumbo, porque las masas hacen y pueden todo. Si esa convicción
comienza a fallar en nosotros, el alma de los comunistas comienza a caerse en
pedazos. Hay que tener vigilancia y que sea inmensa advertencia lo que hemos
vivido en esta Sesión Plenaria: nunca más debe pasar. ¡Ay del Partido si
tiene mandos sordos a la masa!, si así se da derrumbémoslos y destruyamos el
armatoste burocrático pues no será Partido, será un monstruo. Qué nos decía
el Presidente Mao?: los
ateos sólo tenemos una divinidad, las masas; a esos dioses invocamos para que
nos escuchen y cuando eso se produzca se acabó la explotación. Forjemos a los
militantes en estos criterios, hoy más que nunca y mañana más aún. Las masas claman
organizar la rebelión. Por tanto el Partido, sus dirigentes, cuadros y
militantes tienen una obligación, hoy perentoria, un destino: organizar el
poder desorganizado de la masa y sólo se hace con armas en la mano. Hay que
armar a la masa, poco a poco, parte por parte, hasta el armamento general del
pueblo y cuando eso llegue no habrá explotación sobre la tierra. II. QUE LAS ACCIONES HABLEN La II Sesión Plenaria
del Comité Central tiene ya un timbre de gloria, un timbre que la
caracteriza, acordó: Desarrollar la militarización del Partido a través de
acciones. Nos ha costado a los
comunistas violenta lucha establecer una nueva bandera: Iniciar la lucha
armada. Todos somos testigos, en medio de una fragorosa contienda de líneas
se acordó la concreción desarrollada de nuestra línea: ILA. Hemos dado pasos firmes
pero seguros, pues seguros estamos de a dónde vamos y de lo que queremos.
Recordemos a Lenin: Venceremos porque sabemos lo
que queremos. Es bueno pararnos unos
minutos y preguntarnos: ¿Cómo hemos llegado a esta gran definición? a
Desarrollar la militarización del Partido a través de acciones? Ha sido también en intensa lucha: tal vez no ha tenido
la estridencia de otras, pero es más profunda, más densa y tiene muy larga
perspectiva. Dos posiciones
claramente han contendido: Quiénes, siguiendo aquello que desde el VI Pleno
venimos inculcando: convertir el verbo en acción, hoy asumimos convertir el
verbo en acciones armadas. Decisiva concreción, trascendental desarrollo. Lo
que hemos acordado es desarrollar acciones militares, de eso hablamos, eso
late en nuestra mente, palpita en nuestro corazón, bulle en nuestro cerebro y
se agita en nuestra voluntad cuando hablamos de acciones. Unos hemos bregado
porque se acuerde pasar al lenguaje de las acciones militares y otros con pertinacia
se han opuesto con argucias, maniobras y hasta arterías. Pero se ha impuesto,
está definido porque nuestra patria pide definiciones, porque nuestro pueblo
pide decisión; el pueblo clama y nosotros respondemos a ese clamor, a esa
exigencia, sentimos lo que sienten y queremos lo que quieren, quieren que sus
manos hablen el lenguaje preciso y contundente de los hechos armados. ¡Sí!
Desarrollar acciones siempre son los hechos de las masas, del pueblo: Cuando
abre el surco es la acción que habla; cuando el yunque forja es la acción que
habla; cuando los hombres investigan, sacan leyes, es la acción que habla;
cuando manos armadas se alzan, es el pueblo que combate. Primero es el hecho
y luego la idea, y esa idea te lleva a acción más alta cada vez. Somos
reflejos certeros y justos de nuestra realidad. Hemos predicado, llamado a
las armas, a la lucha armada. Nuestra voz no ha caído en el desierto, la
semilla cayó en buen surco, comienza a germinar. Las voces que lanzamos son
ecos poderosos, crecientes, voces que atronarán nuestra tierra. Aquellos a
quienes dijimos ponerse en pie, levantarse en armas, sembrando en su
voluntad, responden: estamos prestos, guíennos, organícennos, ¡actuemos!; y
cada vez nos requerirán más. O nosotros cumplimos lo que prometimos o seremos
hazmerreír, fementidos, traidores. Y eso no somos nosotros. Si hemos sembrado, si
hemos predicado, si hemos organizado y todo da frutos y comienza a marchar,
nuestra obligación es ponernos a la cabeza. Que las acciones armadas
confirmen nuestra prédica, que nuestra sangre se junte con la sangre de los
que tienen que verterla; no tenemos derecho a que esa sangre tirite sola, que
su frío se acune con la tibieza de la nuestra. O no somos lo que somos. En forma casi
insensible devenimos comunistas y es como un largo camino, es como el andar,
mover un pie te exige mover el otro y otro y si te cansas no es para quedarte
sino para tener suave y calmo descanso y seguir ascendiendo. Mañana la
materia nos recogerá en su bélica paz, allí es donde podremos descansar
definitivamente. Para eso nos han
formado como comunistas; para eso vivieron Marx, Lenin, Mao para enseñar a los
demás, para enseñar cómo cumplir, para eso, para convocar a los demás,
organizarlos, levantarlos; para eso la clase los generó. ¿Y qué hemos visto
aquí?, cc. dirigentes que
se oponen a que el Partido dé el paso decisivo de su historia. ¿En nombre de
qué?, de supuesta "falta de condiciones"?
Y en su voz temblorosa ¿quién hablaba? Eran las negras fauces de la opresión
y explotación, las negras fauces llenas de baba y sangre. No olvidar que la
reacción necesita verter sangre a raudales para aplacar al pueblo, es su
sueño de fuego y hierro, pero ese siniestro sueño es la más clara prueba de
que está carcomido. Y cuando cc. y dirigentes quieren
robarnos el alma, la mente, podemos permitirlo? No. Sus
"argumentos" quedan humo, sus "consideraciones" hilachas,
sus "firmezas" pergaminos pudriéndose al sol. Nunca más en nuestro
Partido debemos escuchar esas siniestras voces en comunistas y menos en
dirigentes. Y a quienes osen levantarse aplastémoslos como merecen,
destruyámoslos. Hoy esto es mucho más urgente; aquello es menos permisible
hoy porque es minar, socavar la esperanza de la masa, la obra de quinquenios
y precisamente ¿cuándo?, cuando la masa comienza a concretar en la realidad.
En este momento pacifistas vergonzantes. Muchas lecciones nos
dejan las reuniones a todos, para unos debe ser atronadora advertencia,
contundente llamado de atención. Nunca más. Nosotros tenemos clara y definida
orientación: que las acciones hablen. Acciones para Desarrollar la
militarización del Partido a través de acciones. Convertirlo en realidad es
perentorio, urgente, es una voz de orden, lo demanda la clase, lo demanda la
historia, el pueblo. No podemos obrar de otra manera. Es una necesidad. Lo
que hemos hecho antes nos ha traído hasta aquí. El camino está definido, las
acciones establecidas: cumplirlo. No tenemos otro derecho. Esa es nuestra voz de
orden: que las acciones hablen. III. COMENCEMOS EL DERRUMBE DE LOS MUROS Ya hemos acordado
Desarrollar la militarización del Partido a través de acciones, ¿qué deriva
de ésto?, que comencemos el derrumbe de los muros.
Es presente, de una vez. Hay quienes se han
opuesto, han resistido y hasta quien fugó cobardemente, desertando por
segunda vez, y ha sido defendido. Va a comenzar a ser uso de nuestro Partido
la defensa de la traición y la cobardía? Piensen
quienes eso han hecho. Recuerden "Prometeo", las Oceánides y Hermes: pídenos todo menos la cobardía y la
traición. Dos mil quinientos años atrás, y comunistas en el siglo XX, en un
Partido Comunista que brega por iniciar la lucha armada, debatiendo,
Desarrollar a través de acciones bélicas, escuchamos a dirigentes que alaban,
enarbolan, sostienen, amamantan, protegen la traición. ¿Va a comenzar a ser
uso entre nosotros? No. Desarraiguemos las hierbas venenosas, eso es veneno
puro, cáncer a los huesos, nos corroería; no lo podemos permitir, es putricción y siniestra pus, no lo podemos permitir, menos
ahora; y hasta el fin han estado sosteniendo tal cosa. Desterremos esas
siniestras víboras, esas nocivas víboras, no podemos permitir ni cobardía ni
traición, son áspides. No podemos amamantar
eso, imposible. Y entre nosotros se expresa y en dirigentes, inaceptable,
condenable, marcarlo a fuego. Comencemos a quemar, a desarraigar esa pus, ese
veneno, quemarlo es urgente. Existe y eso no es bueno, es dañino, es una
muerte lenta que nos podría consumir. Tenemos que forjarnos en otro temple,
en otro espíritu. Los que están en esa situación son los primeros que tienen
que marcar a fuego, desarraigar, reventar los chupos. De otra manera la
ponzoña sería general. Venenos, purulencias hay que destruirlas; el cuerpo
está sano, si no las destruimos se irá el vigor. Urgente y perentorio
acabar con eso. No dejemos rastro, para eso debe servir la depuración,
deslindar en los hechos. Quienes en eso han incurrido deben ser los primeros,
será la muestra de su avance. Para derrumbar los muros debemos barrer
escombros y aniquilar venenos. Para que comience el derrumbe de los muros
necesitamos fortalecernos y fortalecer es barrer esa podre
del derechismo en general. Podemos por tanto debemos, y tómese como seria
obligación y una exigencia de altísima vigilancia. Preservar la izquierda; y,
quienes tienen dificultades avanzarán, que eso sea muestra de su acción, que
eso rubrique su promesa. Vamos a ir a las bases
a transmitir, a enarbolar acciones. El haber establecido librar una lucha
contra una derecha descabezada es magnífico, es un gran avance. Pues bien,
nosotros mismos y los que tienen problemas deben dar muestra allí de su
corrección, de su definición, de su seguro enrumbarse en la izquierda, tener
vigilancia. Es factible, necesario, por tanto, hacerlo. Eso es indispensable,
así avanzamos, nos fortalecemos y el hierro cuajará en nosotros. Nadie se llame a
impotencia porque tiene problemas. La potencia vendrá de la acción. Acción es
derrumbe de los muros. Hagamos acciones militares. Fogueémonos en ella. De
novatos que somos devendremos experimentados. Así al aplicar
Desarrollar la militarización del Partido a través de acciones, los muros
serán profundamente socavados y su derrumbe es cosa que comienza. Clave en
esto: los grupos armados, los grupos armados sin armas. Que tus manos
desarmadas arrebaten las armas de quienes las tienen aplicando la astucia y
guiadas por ideas claras. Está bien. Vamos a
generalizar los grupos; vamos a actuar en boicot, cosechas, invasiones,
sabotajes, terrorismo y principalmente en acciones guerrilleras. Ese es
nuestro destino, nuestra necesidad. Todos hemos firmado: que florezca la
violencia concretada en ILA, llevémosla adelante mediante grupos armados;
comenzar por los grupos sin armas, de esas ardientes semillas brotarán
ardientes girasoles. Tienen un sol que los alumbra: el
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, tienen una tierra feraz que las fortalece: la
lucha de clases de las masas en creciente ascensional. ¿Qué nos falta? ¡Que
broten y florezcan los grupos armados sin armas!, de esas humildes florecillas y semillas han de salir monumentos de la
clase que derribarán los muros. Así la aurora aposentará en nuestra patria. Clave: los grupos;
vital: nuestra decisión; base: la masa. ¡Que florezcan los
grupos armados sin armas! Esa es la voz de orden hoy. IV. ENARBOLAR EL OPTIMISMO Y DESBORDAR EL
ENTUSIASMO Somos comunistas, de
temple distinto, de material especial; somos comunistas dispuestos a todo y
sabemos lo que tenemos que enfrentar. Lo hemos enfrentado ya, lo
enfrentaremos mañana. El mañana, hijo del
presente, será más duro pero estaremos templados por el pasado y nos forjamos
hoy. Templemos nuestras almas en la revolución, son las únicas llamas capaces
de forjarnos. Necesitamos un alto
optimismo y hay una razón de tenerla: somos conductores de los hacedores del
mañana, somos guías, estado mayor del invencible triunfo de la clase, por eso
somos optimistas. Tenemos entusiasmo
porque nos nutrimos de la ideología de la clase: marxismo-leninismo-pensamiento
Mao Tsetung. Vivimos la
vida de la clase, participamos de su heroica gesta, la sangre de nuestro
pueblo nos enardece y bulle en nosotros. Somos sangre poderosa y
palpitante; tomemos ese hierro y acero indoblegable que es la clase y
agreguémosle la luz inmarcesible del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Entusiasmo es
participar de la fuerza de los dioses, por eso rebosamos entusiasmo, pues
participamos de las divinidades del mundo actual: la masa, la clase, el
marxismo, la revolución. Por eso tenemos inagotable entusiasmo; por eso somos
fuertes, optimistas, vigorosos del alma y desbordamos entusiasmo. ¿Y qué hemos visto
nosotros acá? dirigentes, militantes huérfanos de optimismo, carentes de
ebullición entusiasta, almas apagadas, voluntades caedizas, pasiones fugaces.
Inaceptable. Bien sabemos su raíz: lo que los sustenta no es el marxismo, la
clase ni la masa, es el corrosivo individualismo; es la podre
reaccionaria que los tiene atemorizados, es el amoldamiento a las cloacas del
orden viejo, es expresión del mundo que muere, son gases letales del pantano
de la reacción; por eso sus espíritus se quiebran, les tiembla el corazón,
les abandona el pensamiento, sus nervios se destruyen, se turba su acción. Esto hay que
desarraigarlo; no puede anidar más entre nosotros. Inaceptable, inadmisible;
quemarlo, volarlo. Esto menos puede darse en el Partido y menos aún pretender
predominar. ¿Y qué hemos visto en un momento?: dirigentes con esas posiciones
y actitudes. Monstruoso. Nunca más debe darse. ¿Y hoy precisamente cuando
necesitamos enarbolar el optimismo y desbordar el entusiasmo, hoy?; si eso es
siempre inaceptable, ahora es corrosión, pura gangrena y menos que nunca debe
darse, hoy es mucho más inaceptable. Si los camaradas no
desarraigan estos males, ¿qué cuadros van a formar, qué militantes van a
formar? Aplicar: una compañía es como su mando. Mando sin optimismo, compañía
sin optimismo; mando pusilánime, compañía pusilánime, derrotada y quebrada
antes de empeñar la batalla. Necesitamos enarbolar
el optimismo y desbordar el entusiasmo. Que nuestra ideología poderosa, línea
acerada y voluntad de comunistas se expresen sobre todo en los dirigentes. Voz de orden:
¡Enarbolar el optimismo y desbordar el entusiasmo! Que se transmita a los
demás, a los cuadros, a las bases. Que el entusiasmo por entrar en acción nos
impulse más, remueva las costras que impiden avanzar y a otros sirva para que
desarraiguen males. Que brille en optimismo y hay en nosotros poderoso entusiasmo.
Es factible; es necesario. Es factible y necesario, por tanto lo haremos. A nadie escapa que ésta
es una contienda de posiciones; esto hemos registrado acá y el resumen debe
ser expresión de lo que hemos visto. Pero, ¿qué primó, qué prima y qué primará?
lo principal, lo positivo, la izquierda. ¿Quién llora lentamente su derrota?
la derecha; que comprenda que ese llanto es inútil, que no queda sino quemar
los viejos ídolos, quemar lo caduco y ponernos el alma a tiempo. El alma a tiempo la
tiene la izquierda, se compagina con lo que nuestra patria, el pueblo, la
revolución claman; no podemos fallar. Si nuestra sangre y vida son reclamadas
tengamos una actitud: llevarlas en la mano para entregarlas; pongámoslas al
servicio de lo que es la causa más justa y más grande. Nuestra muerte por la
buena causa sería el sello de nuestra acción revolucionaria. Que la acción
constante y firme uestra causa marque
indeleblemente nuestra buena vida de combatientes comunistas. Esto es lo que
hemos comprendido mejor, por eso lo positivo pesa inmensamente más. Hemos avanzado, pero
algunos creen que sus males son pasado superado. Eso es pérdida de
vigilancia, "razones" se darán mil, no serán sino agua de cloaca.
Eleven su vigilancia, barran definitivamente el error, destruyan lo malo y
caduco a través de acciones armadas que será el sello real y efectivo. Tal vez piensen algunos
que debimos sólo hablar de lo positivo; existe la luz y la sombra, la
contradicción. Debemos resumir, sacar lección; esta reunión es grandísima
lección, no lo olvidemos. Tenemos una necesidad: preservar la izquierda para
que el Partido cumpla con su papel. Con las acciones que estamos cumpliendo y
con esta muy buena reunión comenzamos a derrumbar los muros y desplegar la
aurora. Podemos resumir en
cuatro voces de orden: 1. Las masas claman
organizar la rebelión. 2. Que las acciones hablen.
3. Comencemos el
derrumbe de los muros. 4. Enarbolar el
optimismo y desbordar el entusiasmo. Este Comité Central
está más fuerte y más fuerte va a ser si todos hacemos lo que corresponde a
cada uno para cumplir las acciones, principalmente el "Desarrollar la
Militarización del Partido a través de acciones". Que los cc. al hablar expresen su
optimismo y entusiasmo, será muestra de su definición. Que mis palabras no
vayan a ser para algunos pretexto de pérdida de
optimismo y repliegue de entusiasmo. Creo que hemos entrado al momento de
superar viejas taras de 50 años. Otro mundo se abre para
nosotros, hemos comenzado a definirnos; esta reunión es de definición. Que
cada palabra nuestra, cada pensamiento nuestro, cada acción nuestra, cada
sentimiento nuestro, cada voluntad nuestra, ratifiquen esto. Es factible,
indispensable, es necesario. Podemos y debemos porque queremos y sabemos lo
que queremos. La reunión es muy
buena, nos ha unido más, nos ha cohesionado. Hemos acordado unánimemente
ceñirnos a la línea militar y su concreción: "Desarrollar la
Militarización del Partido a través de acciones". De este momento para
adelante, que todo exprese nuestra voluntad tensa de cumplir lo acordado. (De la II SESION
PLENARIA DEL COMITE CENTRAL; 28 de marzo de 1980) "NO HUBO EN LA
HISTORIA DEL MUNDO GUERRAS QUE COMENZARAN Y TERMINARAN CON UNA CONTINUA
OFENSIVA VICTORIOSA, O SI LAS HUBO FUERON DE EXCEPCION. Y ESO TRATANDOSE DE
GUERRAS HABITUALES, PERO CUANDO EN ELLAS SE DECIDIA LA SUERTE DE UNA CLASE,
LA ALTERNATIVA: SOCIALISMO O CAPITALISMO, ¿HAY ACASO FUNDAMENTO LOGICO ALGUNO
PARA SUPONER QUE UN PUEBLO, QUE ENCARA POR PRIMERA VEZ ESTE PROBLEMA, PUEDE
HALLAR ENSEGUIDA EL UNICO METODO ACERTADO, LIBRE DE ERRORES? ¿QUE RAZONES HAY
PARA SUPONERLO? ¡NINGUNA! LA EXPERIENCIA NOS DICE LO CONTRARIO. NINGUNO DE
LOS PROBLEMAS QUE DEBIAMOS ENCARAR PUDO SER RESUELTO DE UNA SOLA VEZ, SINO
DESPUES DE REITERADAS TENTATIVAS. SUFRIR UNA DERROTA, COMENZAR DE NUEVO,
REHACERLO TODO, DESCUBRIR LA FORMA DE APROXIMARSE A LA SOLUCION -LA SOLUCION
DEFINITIVA, O POR LO MENOS SATISFACTORIA-: ASI HEMOS ESTADO TRABAJANDO Y HAY
QUE SEGUIR HACIENDOLO. DADA LA PERSPECTIVA QUE SE NOS PRESENTA, SI NO HUBIERA
UNANIMIDAD EN NUESTRAS FILAS, SERIA EL MAS TRISTE INDICIO DE QUE UN ESPIRITU
DE ABATIMIENTO, SUMAMENTE PELIGROSO, HABRIA PENETRADO EN EL PARTIDO. POR EL
CONTRARIO, SI NO TEMEMOS DECIR CON FRANQUEZA LA VERDAD, POR AMARGA Y DURA QUE
SEA, APRENDEREMOS, Y ES DEL TODO SEGURO QUE APRENDEREMOS A VENCER TODAS Y
CADA UNA DE LAS DIFICULTADES". LENIN Ediciones Bandera Roja |
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