18. En casa, con Jesús

1. Nacimiento de Jesús

AY sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada....@

Dios en un establo... No hay lugar para un Dios de amor en este mundo de violencia. No hay lugar para un Dios de ternura en nuestras vidas llenas de demostraciones de inteligencia y de certidumbres. Cuando un Dios-Niño llama a la puerta, nuestro mundo pone el rótulo Acompleto@.

)Cómo vivió María aquel maravilloso momento? No le resultaría nada fácil creer que aquel ser indefenso y pequeño era el Hijo de Dios. Pero seguro que vivió aquellos instantes con toda la intensidad:

- ADio a luz un hijo@. Ahora encuentra su plenitud aquel Ahágase en mí según tu palabra@, pronunciado conscientemente.

- ALe envolvió en pañales...@ En la insignificancia de este gesto corre el torrente del amor.

- ALe acostó en un pesebre@. Existían ya las cunas en la Palestina de aquel tiempo; es decir, que María advirtió al punto el destino del Señor en las pobres condiciones de aquel nacimiento.

Canto: Tú eres, María, la Madre de Dios.

Tú eres, María, la Madre de Dios.
Tú eres la Madre que Cristo nos dio.

Tú estabas ya presente ante los siglos
cuando el Padre por su amor te regaló
y fuiste tú la Madre de su Hijo,
por eso eres Madre del Amor.

2. Meditaba en su corazón

AY fueron a toda prisa y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Después de verlo, dieron a conocer lo que habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaron de lo que los pastores decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón@.

A medida que el misterio se desplegaba, la disponibilidad atenta de María se fue volviendo aún más delicada.

En tiempos pasados, la piedad popular proyectaba frecuentemente una imagen errónea de María imaginándola, desde el momento de la Anunciación, plenamente consciente de todo lo que estaba dispuesto para ella y para su Hijo. Al contrario, a pesar de sus dones de gracia únicos, el suyo fue un itinerario de fe, como el nuestro. Su Arespuesta de fe@ al mensaje del ángel fue posible gracias a la cooperación con la gracia de Dios que precede y asiste nuestras acciones, y por su apertura a la acción del Espíritu. APor la fe se confió a Dios sin reservas y se consagró totalmente a sí misma, como esclava del Señor, a la persona y obra de su Hijo@.

Es importante para la comprensión del significado y papel del discernimiento en nuestras vidas que captemos lo que se entiende por Arespuesta de fe@ de María.

Responder a Dios supone haberle escuchado.

Escuchar a Dios exige hacer silencio en nuestras vidas, Aretener cuidadosamente todas estas cosas en nuestro corazón@. María nos enseña cómo orar en el silencio del corazón.

Canto: Gracias, Madre.

Gracias, Madre, por tu presencia,
tú nos llevas a Jesús.
Gracias Madre, por tu silencio,
tú estimulas nuestra fe.

Gracias, porque eres muy sencilla,
gracias porque eres llena de gracia,
Gracias, Madre, Gracias.

Gracias por tu vida tan callada,
gracias porque vives la Palabra.
Gracias, madre. Gracias.

3. Haced lo que él os diga

A medida que el misterio se desplegaba, la disponibilidad atenta de María se fue volviendo aún más delicada.

María:

* ESCUCHO, fue un ser atento, abierto, que supo vivir desde dentro.

* GUARDO, y al guardar aquellas palabras, maría guardaba a Dios.

* MEDITO, Aen su corazón....@, no en su mente. El querer de Dios para ella, no era para ser sometido a crítica, para ser juzgado; era para ser amado, para ser saboreado, rumiado.

* PUSO EN PRACTICA, porque la oración es inseparable de la vida. Buscó el querer de Dios, lo amó y lo puso en práctica.

Aquí está la clave de nuestro discernimiento: buscar el querer de Dios en nuestras vidas, amarlo, ponerlo en práctica.... AHaced lo que El os diga@.

Nos cuesta llegar ahí quizá porque nos empeñamos en vivir Asegún nuestra palabra@. Tal vez porque nos identificamos fácilmente con lo que nos parece que somos o con lo que quisiéramos ser, y desde ahí elaboramos nuestros proyectos; eso sí, con muy buena voluntad. Pero nos da miedo descubrir lo que realmente somos, nuestra verdad, y desde ahí dejarnos construir por el querer de Dios, en el que volquemos nuestros esfuerzos. Llegar a hacer nuestro el proyecto de Dios sobre nosotros.

Canto: Angelus

El ángel del Señor lo anunció a María
y concibió del Espíritu Santo.

He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra.

Y el Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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