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Historia Universal
GUERRA FRIA: LOS MISILES SOVIETICOS EN CUBA.
Argentina, Estados Unidos y Venezuela aplican el TIAR
y participan en el Bloqueo a Cuba en Octubre de 1962 

                     Recopilación histórica: Eric Vigouroux S. 02-11-2005
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Comentario inicial:

Rodaba el año 1962, habían unos misiles russos en Cuba apuntando a Norte América, el mundo estaba al borde de una guerra nuclear, Argentina,Venezuela y Estados Unidos aplican el TIAR y se produce el bloqueo a Cuba: en esa época nuestro famoso Almirante Ricardo Sosa Ríos era Comandante de la Escuadra durante la presidencia de Rómulo Betancourt y Comandante de La Armada de Venezuela con carácter de Encargado y yo, un niño que asistía al Colegio Francia de Caracas, tenía solamente ocho años: lo que sucedió ese 22 de Octubre de 1962 hoy día es considerado como el episodio más grave de la guerra fría, estuvo a punto de producirse la III Guera Mundial: un capítulo de la historia universal enfrentados dos bloques: por un lado la superpotencia comunista- lenilista dirigida por  Nikita Kruschev y por el otro la superpotencia democrática ejemplo del mundo libre representada por John F. Kennedy.

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Resumen histórico: En la noche del 22 de octubre de 1962, el Presidente Kennedy se dirigió a su país y al mundo entero en un mensaje transmitido por radio y televisión. Su breve mensaje, expresó que tal como se había anunciado antes, el Gobierno norteamericano había establecido una estrecha vigilancia sobre los movimientos militares soviéticos en Cuba; y que como resultado de ello, se había determinado sin lugar a duda alguna que la U.R.S.S. estaba desplegando en territorio cubano rampas de lanzamiento y misiles.

En consecuencia de ello, agregó que a partir de ese momento, "La política de esta Nación será considerar cualquier ataque nuclear lanzado desde Cuba contra cualquier nación en el hemisferio occidental, como un ataque de la U.R.S.S. contra los EE.UU.". Esos términos tenían el significado claro de que en tal caso, los EE.UU. realizarían un bombardeo atómico sobre la U.R.S.S.

Los términos del bloqueo, establecían una zona de exclusión alrededor de la isla de Cuba, dentro de la cual, a partir de la hora 10 GMT del día 24 de octubre, la Armada de los EE.UU. procedería a inspeccionar todo barco mercante o de guerra que se dirigiera a Cuba, a fin de determinar si conducía equipos o fuerzas militares. En caso afirmativo, el barco sería intimado a retornar, y de no hacerlo, sería hundido.

Los EE.UU. solicitaron también una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la O.N.U., en cuya sesión el representante norteamericano exhibió las pruebas fotográficas; que eran de una claridad absoluta. Los EE.UU. recibieron un gran apoyo internacional en el Consejo de Seguridad y en las Naciones Unidas en general. Pero de todos modos, la comunidad internacional de Naciones y el mundo entero percibió claramente que se trataba de una cuestión en que estaban directamente involucradas las dos principales potencias militares del mundo; y cuya definición quedaría en gran medida sujeta a las decisiones de sus respectivos líderes, el Presidente Kennedy y el Presidente del Presidium Supremo de la U.R.S.S., Nikita Khruschev.

Mientras tanto, al tiempo que el mundo entero quedaba pendiente de lo que pudiera suceder en las horas siguientes, Nikita Khruschev y sus allegados acudían ostensiblemente en Moscú a un espectáculo del Ballet Ruso; sin duda para dar una imagen de distensión y tranquilidad. El mundo supo entonces, que varios barcos mercantes soviéticos se encontraban navegando en dirección a Cuba, y que en cuestión de horas llegarían a los límites de la zona de exclusión.

Lo que nadie sabía, era que el día 18 de octubre, los cuatro submarinos soviéticos habían recibido nuevas órdenes, de posicionarse alrededor de la isla de Cuba, cargar los torpedos atómicos de 15 kilotones (capacidad explosiva equivalente a 15 toneladas de TNT), en sus tubos lanzadores, y permanecer sumergidos manteniendo un total silencio radial. El B36 se estacionó al este de la Florida, a la altura de los Cayos; el B4 lo hizo al oeste de la Florida y al norte de la isla de Cuba; el B59 se ubicó al sur de Cuba, y el B130 al este de la isla de Dominica. Desde sus posiciones, cualquier explosión de sus torpedos lo arrasaría todo en un radio de 10 millas. Indudablemente, también iniciaría la III Guerra Mundial, atómica.

Sus órdenes específicas, eran las de no lanzar sus torpedos salvo que fueran atacados y se encontraran en situación sumamente comprometida, sin posibilidades de escape. Para el momento de comenzar el bloqueo, todos ellos estaban ignorantes de lo que sucedía. Sin embargo, alguno de sus capitanes se encerró a solas con su operador en la sala de radio, y se enteró de las noticias a través de las transmisiones de onda corta de “La Voz de América”.

Una numerosa y poderosa flota norteamericana, con amplio respaldo aéreo, fue desplegada para hacer efectivo el bloqueo declarado por el Presidente Kennedy.

El 23 de octubre, Nikita Khruschev declaró que la U.R.S.S. no reconocía derecho a los norteamericanos para establecer el bloqueo de Cuba, y advirtió que los barcos soviéticos no tenían por qué respetarlo. Si bien Nikita Khruschev había declarado que si los barcos norteamericanos intentaban acciones de bloqueo con los buques soviéticos, serían hundidos; nunca informó que tenían en la zona submarinos equipados con torpedos nucleares. Sin embargo, el 24 de octubre informes de prensa dijeron que los barcos soviéticos que estaban más cerca del borde de la zona de exclusión, al parecer se habían detenido.

A medida que pasaban las horas, aumentaba la tensión en el mundo entero. El enorme riesgo de que en cualquier momento estallara una guerra nuclear devastadora, era claramente percibido en todas partes. Sin duda, los contactos diplomáticos en el marco de las Naciones Unidas y a todo otro nivel, se llevaban a cabo minuto a minuto durantes los tres días en que la espectativa ominosa de la III Guerra Mundial asumía creciente posibilidad.

En alta mar, las tripulaciones de los submarinos soviéticos — movidos por motores diesel — soportaban condiciones extremas. El calor rondaba los 39 grados centígrados; se agotaban las existencias de agua potable y el aire se enviciaba tornándose irrespirable. La transpiración los bañaba permanentemente; y su piel y sus ojos estaban totalmente irritados a causa de ello. Por lo tanto, el 25 de octubre, el capitán del submarino B130 decidió emerger brevemente; pero fue rapidamente detectado por el destructor antisubmarino norteamericano “Blandy”, el cual inició una persecusión lanzando cargas de profundidad de advertencia. Los norteamericanos supieron así que los soviéticos tenían submarinos en la zona, pero nunca sospecharon con qué tipo de armamento estaban equipados.

Finalmente, al mediodía del 26 de octubre, un vocero de la Casa Blanca informó al mundo que el Presidente Kennedy acababa de recibir un mensaje de Nikita Khruschev, en el cual el gobierno soviético declaraba su disposición a suspender el envío de todo material bélico a Cuba, y a retirar de la isla todas sus instalaciones y misiles bajo inspección de la O.N.U.; a condición de que los EE.UU. renunciaran a invadir la isla de Cuba.

Como le comentara el Presidente Kennedy al Gral. Eisenhower al ponerle telefónicamente en conocimiento de la oferta soviética, de todos modos la invasión de Cuba no constituía ya un objetivo norteamericano, toda vez que los misiles fueran efectivamente retirados.

En todo el mundo se lanzó un suspiro de alivio. Pero entretanto, los cuatro submarinos soviéticos permanecían sumergidos, sin contacto alguno con sus mandos superiores, e ignorantes de todo lo que estaba sucediendo — en especial sin saber si los EE.UU. y la U.R.S.S. habían entrado en guerra. Las órdenes permanentes para el uso de proyectiles nucleares requerían — tanto para los soviéticos como para los norteamericanos — una instrucción especial y expresa del Presidente; pero en este caso, los capitanes habían sido instruídos de que dispararan sus torpedos si al ser atacados se vieran en situación de destrucción del submarino.

El 27 de octubre, el destructor norteamericano “Charles P. Cecil” que patrullaba el océano, detectó fugazmente una imagen en el radar, que era la del submarino B36, el cual también había tenido que emerger debido a las insoportables condiciones que existían a bordo. Aunque se sumergió de inmediato al saberse detectado, una flotilla de seis destructores se dedicó a perseguirlo intensivamente, durante 17 horas.

Finalmente, imposibilitado de continuar sumergido, el capitán del B36 decidió emerger, sólo para encontrar un destructor norteamericano a menos de 100 metros de distancia, con todos sus cañones apuntándole.

Según relataron ulteriormente, los capitanes de los submarinos soviéticos, en tales circunstancias, enfrentaron la necesidad ineludible de adoptar una decisión en cuanto a si utilizar o no sus torpedos nucleares contra los barcos norteamericanos que los perseguían. Sin duda, hubiera bastado que sólo uno de esos torpedos fuera lanzado y alcanzara a un barco norteamericano, para que estallara una guerra nuclear; los propios misiles soviéticos instalados en Cuba fueran disparados sobre las ciudades norteamericanas donde estaban en capacidad de causar la muerte inmediata a 80 millones de personas, y los misiles balísticos norteamericanos descargaran sus bombas atómicas sobre las ciudades de la Rusia soviética.

Durante unos minutos, en las aguas del Caribe, al borde del célebre Triángulo de las Bermudas, el 29 de octubre de 1962 un submarino soviético apuntaba su torpedo nuclear hacia un destructor norteamericano, que a su vez le apuntaba con sus cañones; mientras el capitán del submarino se atenía a sus órdenes de no disparar el torpedo que habría desatado la guerra nuclear mundial, mientras no fuera atacado.

El capitán del destructor norteamericano, consciente del significado que ello tenía en el código naval militar, ordenó entonces que las torretas de los cañores giraran 180 grados, dejando de apuntar al submarino, como indicación de que no era su intención hundirlo.

Los submarinos soviéticos recibieron en definitiva, la orden de retornar a sus bases por haberse cancelado la operación de instalación de una base de submarinos en Cuba.

   Fin del Resumen Histórico
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Comentario final:

  Estados Unidos pidió la aplicación del TIAR  y la Amada de la República de Argentina con la Armada de Venezuela fueron los únicos países de América que cumplieron con el tratado del TIAR acudiendo al llamado de asistencia recíproca y acompañando los buques de U.S.A. en el Bloqueo a Cuba y en aquel momento el C./A. Ricardo Sosa Ríos que era el Comandante de la Escuadra y él más que cualquier venezolano debe haber vivido las fuertes tensiones inherentes a su cargo: tensiones superadas porsupuesto gracias a su carácter decidido y pragmático: equipó las naves venezolanas que participaron junto con la ya nombrada República de Argentina y Estados Unidos al bloqueo a Cuba con personal a bordo que supiese hablar inglés, para que pudiesen comunicarse facilmente por radio con cualesquiera de los navíos Norte Americanos, asi como con los Argentinos: El relato histórico con la propia voz del Almirante SOSA RIOS, en este Sitio Web: SIGA<

 ERIC VIGOUROUX S.

La isla de Cuba centro del conflicto nuclear: Crisis delos Misiles soviéticos de 1962

 

Barco de guerra de la Armada aplicando el TIAR y su consecuente Bloqueo a Cuba en Octubre de 1962

 

 

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