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La ofrenda a los muertos es una de las tradiciones más importantes
y de mayor influencia en nuestro país de carácter pagano-religioso,
y de origen prehispánico.
Bajo la Dirección de María del Pilar Ibarra Meré
y el grupo de segundo de preescolar, la escuela normal Queretana Marista,
quiere ofrecer su ofrenda a los difuntos tomando como protector a: San
Marcelino Champagnat, rescatando todos los elementos del altar de
muertos de la región de “YUCATAN”, el cual se caracteriza por sus
cuatro tapetes: de aserrín, tezontle, tierra negra y arena blanca
y las figuras lucientes y coloridas.
Al igual que en la mayoría de los altares de otras regiones,
éste converge en la génesis y la finalidad: que es recordar
a nuestros difuntos y rezar por el logro de su santidad en la vida eterna,
así como demostrarles sentimientos de gratitud, amor y veneración
a las ánimas.
El primero y dos de noviembre, se cuenta, que Dios da permiso a los
muertos para venir a visitar a sus parientes, el día primero
es para los niños y el día dos para los adultos. En algunos
lugares se celebra el día 28 de octubre, de manera especial para
los que murieron trágicamente.