BRAULIO L ÓPEZ


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"Era invierno y ahí me dí cuenta que me había olvidado de los colores de aquí. Los marrones y los grises y los negros." … "Nuestra tristeza. Aquella que yo había llevado. Que era bien mía, pero que se había ido disipando. Tuve la sensación de un gran naufragio. Has ido a dar a la playa y empezás a ver las cosas que el mar te va devolviendo. La gente se acercaba, nos abrazábamos. Y eran demasiados afectos, demasiadas miradas. No podía absorber todo. Estaba lleno de sentimientos contradictorios." … "Decidimos volver el 18 de mayo, día de la Batalla de Las Piedras. Y bueno, cuando llegamos al aeropuerto y vi la gente subida en cuanta cosa había, las banderas… La alegría fue tan inmensa, tan inmensa. Me acordaba de un loco de Treinta y Tres que se paraba en los bancos de la plaza y gritaba: "Yo soy Naploleón. Yo soy Churchill, yo soy Dios".

"Era una alegría que no se podía comparar con ninguna alegría conocida. Algo inconmesurable. No hubo premio más grande que ése. Como artista y como hombre." … "Llegamos al estadio y cuando llegamos estaba todo lleno. Se apagaron las luces y todo encendieron sus encendedores. Es algo que no podré olvidar jamás. La noche muy oscura y aquellas lucecitas."

"Fueron catorce minutos. Habría que ser un García Márquez para transmitir lo que fue. Tenía la garganta hecha un nudo y me temblaban las manos. Banderas, carteles. Banderas blancas, coloradas, del Frente. Qué linda unidad. Tocamos horas."

"Llovía pero la gente no se iba. Alas cinco de la mañana salimos del estadio. Ahí nos dimos cuenta de un fenómeno nuevo en el país. El canto colectivo, que cuando nos habíamos ido era algo chiquitito así…"

Reportaje de Brecha del 2 de junio de 1989.

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