Paz

¿Qué es en efecto la guerra sino el período de tiempo
 en que la voluntad de enfrentarse con violencia
se manifiesta suficientemente con las palabras y los hechos?
El tiempo restante se llama paz.

Hobbes.
De Cive, I, 12.
(citado por N. Bobbio en El problema de la guerra y las vías de la paz,
ensayo "La idea de paz y pacifismo")


La paz del guerrero es el hilo conductor de sus acciones. Lo que no desmerece su combatividad, sino que le proporciona el desapego necesario para situarse más allá de los resultados, es la paz que mantiene en equilibrio las victorias con las derrotas.


    En esta paz está inserta la serenidad, pero no la narcótica desaprensión del que se aisla del entorno, es una paz vivificante, que da mayor espontaneidad a la mirada y mayor hondura a la risa y más contundencia a su tristeza. Cuando se ama desde esta paz, se bendice lo amado.


    No se busca esta paz porque no es posible hallarla al final de una búsqueda. Más bien se trata de un código intransferible que nos descifra las letras del universo en cosas inteligibles, de tal suerte que se persevera en nuestro arrobamiento y se afianzan los juegos de la percepción enriquecida.


    Si se establece en el corazón de la acción, la paz del guerrero es una guía tan eficaz como la muerte, pero menos dada a dramatismos. Impide el flujo encontrado de la violencia, y permite que la fuerza se deslice por los cauces que el desatino del brujo escoja, ganando en fertilidad y abundancia.


    Se trata de reconciliarse primero con esta paz, hacerle un espacio en el núcleo de la libertad, y verla crecer al amparo de tormentas intempestivas y furtivos puñales.


    Una paz de este tipo no admite predisposiciones beatíficas, es más bien una algarabía sin forma que establece con los demás intercambios poderosos y a la vez no agotadores. En esta paz el guerrero se desempeña con claridad y espíritu reluciente, honra su cosmos inmediato con lealtades insospechadas y sorpresas de mago ocurrente, a la vez que se imbuye de los dones del otro cosmos, el desconocido.
Esta paz es el modo inteligente y bello de vivir el silencio.

Mendoza, 25 de noviembre de 1999


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Agradezco tu visita, al fin y al cabo, por vos me tomé el trabajo
y sin vos no tiene sentido que esté fuera del agua.
Galo

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