- Cuando mamá nos llame para el desayuno, yo voy a decir PINCHE
y tu dirás PENDEJO. ¿Esta bien?
- Esta bien - contestó el pequeñín.
- ¡Niños! Vengan a desayunar - dijo su mamá.
Así que ambos llegaron corriendo a la cocina.
¿Que vas a querer de desayuno? - preguntó la mamá
al mayor de los dos.
- A mí dame un PINCHE plato de Zucaritas.
Obviamente la mamá reaccionó enérgicamente: ¡¡¡ZAAS!!!
El niño salió de ahí deprisa, sobándose el trasero y sollozando entre dientes.
La mamá volteo a ver amenazante al más pequeño:
- Ahora bien, ¿tu que vas a querer de desayuno?
- Pues... no sé... pero de PENDEJO pido Zucaritas.