AVISO

Escribo este cuento como homenaje a todos los "chateadores" que pululan por Internet. Se trata de un cuento de ciencia-ficción. Los personajes, diálogos y situaciones son fruto exclusivo de la imaginación del autor. (Solo faltaba que conversando, la gente se saliera del chat).

El Jefe de Estación (cuento)

-Hola
-Hola
-¿Como te llamas?
-Pablo, ¿y tú?
-Me  llamo Marta
-Te he visto conectado a este chat desde haace varios días
-Yo también he visto que eres una habitual de esta sala
-Veo que eres un hombre muy simpático por llo que dices es la pantalla general
-Gracias Marta, pero si te soy sincero, yo no puedo opinar mucho sobre ti, porque tu casi no participas en las conversaciones.
-Es que soy muy tímida
-Eso lo decís todas
-Te lo juro que es verdad
-Oye, a mí no tienes que jurarme nada. Sé ttu misma, pero al menos cuando alguien cuente un chiste te podrías reír. He visto que nunca lo haces. Todos lo hacemos aunque solo sea por cortesía, y eso que algunos son malísimos.
-Pues no siempre se tienen ganas de reír, aademás a mi me gusta ser fiel a mis principios y ser sincera en todos las circunstancias de la vida
-Wow, que profundo pensamiento y que clara exposición. Quizás debieras ir a una sala en la que se traten temas más filosóficos. jejeje
.......
-¿Marta? ¿Sigues ahí?
-Si
-Te quedaste en silencio. No me contestastee
-Me molestó mucho que te burlaras de mí. Noo creo que tengas ningún derecho
-Oye rica, que ya tengo bastantes problemass en la vida para aguantarte también a ti. Chao


-Hola
-Hombre, la filósofa de nuevo. Pensé que yaa no te volvería a ver por aquí y menos que me enviaras un privado
-Quería disculparme por lo del otro día
> -¿Que pasó el otro día? Yo ya ni me acuerdoo
-Fuiste muy poco delicado conmigo
-¿Y por qué habría de ser yo delicado contiigo? No te conozco. Dices que deseas disculparte y empiezas atacándome. No lo entiendo
-Los hombres suelen ser delicados y amabless con las mujeres, pero con tu actitud es difícil entablar un diálogo...
-Te repito que yo no tengo porqué serlo conntigo. Señorita, con todos mis respetos: váyase Vd. a freír espárragos


-Marta
.....
-Marta
.....
-Marta
-Estoy friendo espárragos
-Touchée :-(
-Marta, ¿puedo hablar contigo un momento? -Creo que dejaste bien clara tu postura el otro día. No tengo nada que decirte
-Es que verás... cuando terminamos de hablaar, antes de cerrar tu ventana de chat, guardé nuestra conversación y hoy la he vuelto a releer. Me he dado cuenta que de fui un grosero y te pido disculpas por ello
.....
-Marta ¿sigues ahí?
.....
-Opps, veo que te has desconectado. Lo siennto


-Marta, veo que no te has conectado en varios días, o lo haces con diferente nick
Por si sigues utilizando éste, te envío este mensaje aunque estés Offline. Cuando te vuelves a conectar, lo recibirás
Deseo ofrecerte mis excusas. Mis más sinceras excusas. Yo me encontraba nervioso el otro día. Tengo problemas familiares y si me conecto a los chats es por liberarme un poco, por olvidarme de mis penas, por evadirme un poco de la rutina diaria
Por eso no deseaba que nadie me hiciera sentir mal por aquí
Perdona, estoy escribiendo como un tonto sin que tu estés al otro lado. Me siento ridículo, pero no me atrevo a decírtelo cara a cara
Cuando te vea conectada te enviaré un privado. Acéptalo al menos para darme la opción a disculparme. ¿Lo harás? Gracias


-Toc, toc ¿Se puede?
-Hola Pablo
-Gracias Marta por contestarme. Veo que no estás en la sala. Te veo conectada pero no estás aquí
-Estoy en otra diferente. No hay gente tan simpática como en la que nos conocimos, pero al menos no tengo que aguantar tus ironías
-:-(
-Así me sentí yo cuando tu me decías esas ppalabras tan rudas
Además tengo que decirte algo. No soy señorita, soy señora
-¿Por qué me dices que eres señora?
-Para indicarte que soy casada
-Pues no soy tan torpe, ya lo entendí. Peroo sigo sin saber que el porqué me lo dijiste
-Tú también me lo dijiste a mí. Pensé que ddebería hacer lo propio
-¿Yo te lo dije a ti? ¿Cuando?
-En el mensaje que me enviaste cuando estabba desconectada y que acabo de leer
-Yo no recuerdo haberte dicho que estaba casado
-Me dijiste que tenías problemas familiaress
-¿Y eso que significa? Puedo tener problemaas con mis padres, con mis hermanos, con mi familia...
-Lo siento, creí entender otra cosa
-Marta, yo también estoy casado. No tengo pporqué ocultártelo, porque no busco por aquí nada morboso. Solo evadirme un rato
-El haberlo confesado te honra Pablo. Hay mmuchos hombres que lo ocultan en los chats
-Pues no lo entiendo por qué lo hacen
-Lo hacen para ligar jajaja
-jajaja. ¿Sabes que es la primera vez que tte veo reír?
-Pues no sé por qué lo hago porque hoy me siento triste. Tengo pocas alegrías en mi vida y muchos momentos de tristeza 
-Pues deberías compartir tanto tus alegríass como tus penas con tus amigos de carne y hueso Para eso están los amigos
-No tengo casi amigos
-¿Y tu esposo?
-Tu lo has dicho: es mi esposo. Solamente mmi esposo...
-Wow Marta, eso suena triste
.....
-Marta
-Dime
-¿Sabes que cada vez me siento más arrepenttido por haberte hablado como lo hice?
-¿Por qué Pablo?
-Porque empiezo a pensar que sufres lo mismmo que yo. El mismo problema, la misma incomunicación, los mismos desencantos, las mismas frustraciones. Por eso yo me refugio en el ordenador, para intentar dar la espalda a la realidad
Sé que eso es cobardía, pero sigo haciéndolo
Porque al menos por aquí veo risas, veo alegría... 
Eso anima mucho y ayuda a sobrellevar la vida
Pero oye, una cosa...
-Dime
-¿Como es posible que una mujer joven como tú esté tan desencantada de la vida?
-¿Y quien te ha dicho que yo sea joven?
> -Pues no sé... lo pensé
-¿Tu eres joven Pablo?
-No Marta... 
-Yo tampoco...
-O sea que somos dos carrozones contándonoss nuestras penas. jajaja
Bueno, yo no me considero un carroza
-Yo tampoco Pablo
Pablo, me tengo que desconectar. Mi marido me está llamando
-Pues dile que espere jajaja
-Es muy violento. Si supiera que estoy habllando con un hombre en privado me mataba
-¿Es celoso?
-¿Si tu esposa supiera que hablas con una mmujer, no se sentiría celosa?
-Pues nunca me lo planteé
-Adiós Pablo, me tengo que desconectar. De verdad, me encanta hablar contigo pero el deber me llama
-¿Puedo enviarte un e-mail?
-Sí, anota mi dirección deprisa, me tengo que ir...
-Adiós Marta..., ya lo hice, un saludo
-Adiós




-Hola
-Hola Marta, me encanta que me saludes cuanndo te conectas 
-Sabes que siempre lo hago. ¿Te fallé algunna vez?
-No, además prefiero que lo hagas tú primerro. No deseo que te sientas acosada por mi parte
-¿En que chat estás?
-Estoy en una sala oyendo chistes y otras ttonterías  jajaja ¿y tú?
-No estoy en ninguna, en cuanto me conecté y te vi, te envié este privado
Me gusta hablar contigo a solas
-Espera Marta, que me salgo  de la salla. También me va empezando a gustar hablar contigo en privado, a solas, sin compartirte con nadie
-Me ruborizas Pablo
-Ni que fueras una quinceañera jajaja
-No importa la edad para que un hombre hagaa ruborizar a una mujer
-En eso estamos de acuerdo. Pero no quisierra hacer nada que te haga sentir mal. Deseo tratarte con respeto, que al conocerte fui muy desconsiderado contigo
-Mira Pablo, las mujeres somos muy sicólogaas en eso y yo intuía que tus palabras eran como una coraza hacia las mujeres. Ya te lo he comentado más veces en el tiempo que nos llevamos escribiendo
No se correspondían en absoluto a tu comportamiento en el chat general
Allí eras muy gentil con todo el mundo, sin propasarte con nadie, ya fuera hombre o mujer
Por eso me extrañó tanto tu actitud  hacia mí
-Puedes tener seguro que soy siempre amablee, pero ya sufrí una vez con una mujer y no deseaba volverlo a tener que soportar
Pensé que buscabas algo... ya me entiendes, cuando me enviaste el primer privado
-¡¡¡PABLO!!!  No te consiento que digaas eso
-Perdona Marta, así es. Es lo que pensé&nbssp; de ti. Por eso fui tan crudo contigo
.....
-¿Marta?
-Me ofendiste
-Perdona, te lo suplico. No fue mi intencióón hacerlo. Solo te expresaba una opinión
Date un par de minutos para pensarlo detenidamente y verás como comprendes mis motivos
-Ok, entendido y perdonado
¿Querías a esa mujer?
-No fue cuestión de amor, ni siquiera hubo romanticismo, fue solo una "experiencia", como un flash. Pero Marta, respétame y no me preguntes más.
-No lo haré, descuida. No soy morbosa y no deseo hurgar en tus heridas
-Marta, ¿sabes que cuando me conecto estoy empezando a desear que lo hagas tú también para charlar?
-Gracias Pablo. A mí me pasa lo mismo. Estáás empezando a ser una válvula de escape en mi vida. Una ilusión nueva. Algo que nunca sentí antes
-A mí me sucede lo mismo contigo Marta. Commo dos almas gemelas con mucho que contarse y mucho que compartir
-Pero a mí me da vergüenza compartir nada ccon un extraño
-No lo hagas si no te sientes relajada y cóómoda conmigo. Lo comprendo
-Me encuentro muy a gusto contigo, muy cómooda...
-¿Entonces?
-Quizás luego te burles de mí. Las mujeres somos muy tontas en ese campo...
Guardaste nuestra conversación del otro día y eso es como una traición
-¿Por qué?
-Porque lo que se habla por aquí es algo ínntimo, algo privado entre solamente dos personas
-Ok, ok, si eso es lo que piensas, no sé quue haces hablando conmigo
-Intento conocerte mejor, saber si puedo abbrirte mi corazón con plena confianza
-No lo hagas hasta que estés verdaderamentee segura de que me merezco ese privilegio
-Eres un caballero y te lo agradezco
-Bueno, no nos pongamos serios. Cambiemos dde tema. ¿Te cuento un chiste?
-Bueno...
-Pero es picante jajaja
-Bueno..., pero no me hagas sentir mal. No soy una mojigata, pero...
-*************************
*************************

-jajaja
-Muy bueno, pillín picantón. ¿Te cuento yo otro?
-Vale, pero que sea verde, más verde... y qque pique mucho más. jajaja
-*************************
*************************

-jajaja. Pues anda con Marta. Que también tte los sabes verdes. jajajaja
-Claro. Soy una mujer adulta, ya no soy unaa jovencita. Te dije que no me hicieras sentir mal porque no sabía como lo ibas a contar. Pero vi que lo hiciste discretamente aunque fuera verde y por eso yo te correspondí con otro del mismo estilo
-Pablo...
-¿Dime?
-Nada, perdona
-¿Que ibas a decirme?
-Me arrepentí cuando ya había dado INTRO....
-¿Muy trascendente debía de ser cuando te aarrepentiste? Las eternas vacilaciones femeninas
-Déjalo Pablo. Es mejor así...
.....
-Pablo ¿puedes concederme UN SOLO MINUTO DEE TU VIDA exclusivamente para mi?
-¿Que quieres Marta?
-Deseo abrazarte
.....
-Pablo ¿sigues ahí?
-Si
-¿Que me contestas?
.....
-Perdóname Pablo, no debí pedírtelo
.....
-Hazlo
-Gracias Pablo, te lo agradezco infinito ......
-¿Puedo pedirte algo yo a ti Marta?
.....
-¿Puedes ofrecerme tus labios?
-Pablo no me beses, por favor. No me lo piddas, no sabría decirte que no. NO ME LO PIDAS
-Te dije que me ofrecieras tus labios. Conffía en mí
-Confío en ti, pero no entiendo...que es loo que te propones
-Demostrarte algo bello. ¿Me los ofreces? .....
-Tómalos
-Acerco mi boca a la tuya lentamente
.....
Ya está a cinco centímetros
.....
A tres
-Ayy
.....
A menos de un centímetro
.....
A un milímetro. Ya siento tu aliento agitado en mi rostro. Tu respiración se entrecorta
-Si
-Deseas sentir mis labios 
-Sii
-Deseas que los aplaste contra los tuyos, áávidos de pasión
-Siii
-Que los muerda hasta hacerlos sangrar. Quee entremezclemos nuestras lenguas cual serpientes furiosas
-Bésame Pablo. Hazlo. Por caridad
-Me separo lentamente Marta. Te miro a los ojos
-??????
-Eso mismo Marta es lo que veo en tus ojos.. Incredulidad. Incomprensión. Extrañeza. No te besé y eso te frustra. 
-No te comprendo Pablo. ¿Que trataste de deemostrar?
-Me dijiste que deseabas conocerme mejor anntes de abrirme tu corazón. Ahora ya sabes la clase de hombre soy. Un hombre que sabe controlar sus pasiones, que sabe tratar a una mujer con dulzura, delicadeza y sobre todo un hombre comprensivo, que entiende que te has dejado llevar por la magia de un momento maravilloso
-Estoy avergonzada Pablo. Me dejé llevar poor tus palabras. Por tus maravillosas palabras. Hace muchos años que no me tratan así. Sentí un extraño cosquilleo dentro de mí. Nunca pensé que se pudiera "sentir" sentada frente a un ordenador
-No es solo eso Marta, es saber que al otroo lado hay alguien con quien te sientes identificada
¿Como piensas que estoy yo? ¿Piensas que soy de piedra? ¿Que no siento ni padezco?
-Te lo hubiera entregado todo. 
.....
-Pablo...
-¿Qué?
-Ámame
-No cielo mío, no destruyas la magia de estte momento. Reclina tu cabeza en mi hombro y deja que te acaricie tu pelo. Suavemente, con dulzura, con cariño. Es suficiente
.....
-Cálmate Marta. Sé como te sientes. Yo me ssiento igual que tú
-Estoy llorando Pablo
-¿Por qué?
-De emoción, por lo tierno que has sido connmigo
-No llores cariño
-Parecemos dos chiquillos
-Si Marta, dos chiquillos asustados ante suu primera experiencia amorosa. Ya ves, a nuestra edad...
-También tenemos derecho a sentir a nuestraa edad
-Tú lo has dicho Marta, el amor no es cuesttión de edad
.....
-Marta, te ruego que te calmes
.....
-Ya estoy más calmada
.....
-Pero estamos casados Pablo. Tenemos a nuesstras parejas. Yo amo a mi esposo y tu amas a tu esposa
-Mira Marta, no hablemos de eso ahora. Desttruirás este momento 
-PERO YO AMO A MI ESPOSO
-Si te empeñas en gritar que amas a tu espooso como una forma de autodefensa, puedes hacerlo. Pero no por mucho gritar conseguirás que lo que ha pasado hoy se borre de nuestras cabezas. Podrá ser como una corona de flores o bien pesarnos como una losa de granito, pero estará siempre presente
-Deseo olvidarlo Pablo. Ya pasó. Fue un mommento de debilidad. Olvídalo tú también
-No puedo Marta, ha sido demasiado maravillloso
-HA SIDO SOLO UN ABRAZO
-No grites..., porque tu sabes que ha sido algo más que un abrazo. Ha sido la unión de dos seres. Ha sido una forma de comunicarse dos cuerpos y dos almas gemelas
-Pablo no deseo seguir hablando de esto. Paasó en un momento de debilidad. Te agradezco que no me poseyeras, que te portaras como un caballero y que no abusaras de mí, pero eso es todo
-¿Estás segura?
-Pablo, tengo que marcharme. Cuídate. Adióss
-Adiós :-(


-Hola Pablo
-Hola Marta
-¿Que tal estás?
-Pues no sé que decirte como estoy. Si te rrefieres a la salud de mi cuerpo, bien. Si te refieres a la salud de mi corazón...

 

-¿Que ha pasado Pablo? ¿Dónde estamos?
-No lo sé. 
-Esto es una estación de tren. Ya no estoy sentada frente a mi Pc
-Si, eso parece. Yo tampoco estoy en mi casa
-Pero te veo frente a frente
-Yo a ti también Marta
Creo que nos salimos del chat
-La gente pasa a nuestro lado, pero no nos ve
-A nadie le importa nuestra presencia. Solo debe importarnos a nosotros. Es el mundo que pasa sin preocuparse unos de otros. El mundo es así de egoísta y cruel
-Van andando como fantasmas. Como si lo hicieran a cámara lenta
-Marta, no sé el milagro que ha pasado o si estamos soñando pero ya que ha ocurrido, permíteme expresarte mis sentimientos cara a cara
-Pablo, no insistas... No hay nada entre noosotros
-Pero ¿como puedes decir que no pasó nada?
-No pasó nada
-Nos abrazamos Marta
-Fue un momento de debilidad por mi parte. Tú supiste reaccionar a tiempo
-¿Estás segura que si yo hubiera seguido, tú hubieras podido parar a tiempo?
-Eso es una pregunta muy poco delicada por tu parte Pablo. Pertenece a mi vida privada, a mi intimidad y tú no tienes ningún derecho a inmiscuirte en ella
-Nunca pensé que me hicieras eso Marta. Que ese abrazo significara tan poco para ti
-Además YO AMO A MI ESPOSO: LE PERTENEZCO
-Grítalo más fuerte, así te lo aprenderás de memoria como el Padrenuestro en el colegio
-Permíteme abrazarte de nuevo Marta
-No Pablo. Aquello ya pasó
-Mírame a los ojos. Ahora son tus verdaderos ojos y sabré leer en ellos
-No deseo hacerlo
-¿Tienes miedo de que vea algo en el fondo de tu corazón si miro a tus ojos?
-No lo sé, pero no deseo mirarte a los ojos, ni deseo que me abraces de nuevo
-Nunca contestaste a mis e-mails...
-Porque me decías cosas que yo nunca compartiré contigo
-Pones un candado a tu corazón y a tus sentimientos Marta
-Así es, me debo a otra persona y tú también. Recuérdalo
-Debiste pensarlo antes de permitir que te abrazara, y antes de que me suplicaras que te besara
.....
-¿Qué fue eso?. Me asusté
-Ha sido el pitido de un tren a punto de saalir
Mira que bonito es. Tiene luces brillantes, la máquina es nueva y se la ve imponente, los vagones se ven muy lujosos y hay mucha gente subiendo. ¿Quieres que montemos en él?
-¿Por que habría de montar yo en un tren coontigo?
-Porque en el destino pone: FELICIDAD
-No deseo compartir contigo ese viaje Pabloo. Ni ese ni ningún otro. Además yo ya soy feliz en mi vida
-Vamos a verlo por dentro antes de que arraanque. Concédeme al menos solo eso 
-Está bien, vamos...
-Pablo, esto no me gusta nada. No se nota uun ambiente agradable pero extraño, me asusta lo que percibo
-A mí tampoco me gusta. Hay mucha gente denntro, pero se les notan personas frías y superficiales. No deseo compartir viaje en mi vida con nadie de esa condición. Vámonos
-¿Lo ves Pablo? No había ninguna razón paraa que compartiéramos un viaje tú y yo 
-Yo también vi que esa no es la forma de coompartir algo en la vida. No es que lo viera ahora, eso lo he tenido claro desde que salí de la pubertad y me hice hombre. Dejémosle que se vaya
-Pablo ¿has visto ese otro tren? Tiene una máquina de vapor, es viejo y destartalado. Vamos a ver lo que hay dentro
-Quizás haya gente que viaje a gusto aquí. Lo importante es a donde llegue al final
-No pone ninguna ciudad. No sabemos a dondee irá
-Lo maravilloso de la vida es no saber a doonde nos llevará el destino Marta. Subamos a ver
-Solo hay dos sillas dentro
-Sí, pero el ambiente es muy acogedor y me siento bien dentro
-Me bajo Pablo. Me siento inquieta aquí. Siiento algo extraño que me asusta...
Pablo, bájate de ahí
-No, me gusta sentirme aquí dentro. Me encuuentro cómodo..., vuelve a subir Marta. Encuentro paz y tranquilidad de espíritu, siéntela tú también. Sentadas frente a frente en una silla y mirándose a los ojos dos personas pueden decirse y hacerse mucho bien. Pueden compartir sus desencantos, sus penas, sus alegrías, sus pesares, sus temores, sus regocijos, sus dichas...,y sobre todo su soledad
Pueden compartirlo todo, entrelazar sus manos, ayudarse mutuamente y si inclinan sus rostros pueden incluso besarse si así lo sienten y así lo desean en algún momento
Vuelve a subir Marta
-No
-Sube Marta, toma mi mano
-No
-Marta este tren está a punto de partir. Veen conmigo
-No Pablo. No deseo hacerlo
-Pues entonces... adiós Marta
-¿Tu estás loco? ¿Que equipaje llevarás en tu viaje?
-Solo tu recuerdo. El recuerdo de todos loss momentos de dicha y felicidad que compartimos en el pasado y sobre todo el recuerdo de ese abrazo tan maravilloso
-Eso no es suficiente para hacer un viaje PPablo... y tú lo sabes
-Es posible Marta, pero al menos yo habré ssido valiente por haberlo intentado. La vida está hecha de recuerdos y los pocos que tengo tuyos son maravillosos...
Adiós Marta. Me sentaré solo frente a una silla vacía y mirando tu foto pensaré que estás conmigo 

    El tren silba y la máquina arranca con unos leves soplidos. Es una máquina antigua y gana velocidad  despacio, muy, muy despacio...
    Marta se queda sola en el andén, viendo como Pablo se va haciendo más y más pequeño en la lejanía mientras le sigue extendiendo la mano. No se arrepiente de no haber tomado el tren al que insistentemente él le invitaba a subir. ¿O sí?
    De pronto ella duda, todavía está a tiempo de subir al tren. Intenta extender su mano para que le espere, pero su brazo se niega a obedecerla. Lucha interiormente consigo misma entre hacerlo o dejar que se pierda en la lejanía.
    Al final se queda absorta viendo como el tren desaparece tras una suave colina. Ya no hay remedio. Lo hecho, bien hecho está, se repite interiormente.

    Marta se vuelve, ha cerrado un capítulo de su vida y desea olvidarlo cuanto antes, está algo aturdida aún y se sobresalta al hacerlo. Frente a ella hay un hombre de aspecto bondadoso, de cara amable, de ademanes suaves. No puede apartar la vista de su rostro y ni se fija siquiera en su indumentaria.


-¿Está Vd. Bien Señora?
-¿Está Vd. Bien Señora? -- repitió el descoonocido
-Sí..., er... creo que sí ¿Quién es Vd.? ¿MMe puede ver?
-Claro que la puedo ver Señora. Yo soy el JJefe de Estación
    Marta se fija ahora en su indumentaria. Claro, ¿como no había reparado en ella antes?.

-¿Sabe Vd. lo que me ha sucedido? Yo estabaa frente a mi Pc y de pronto me encontré en esta estación
-No lo sé Señora. Lo único que puedo decirlle es que a veces la ficción se mezcla con la realidad. Son milagros que ocurren a veces

-Ya, pero...
-¿Y dice Vd. que estaba sentada frente al oordenador? Es curioso, yo soy muy aficionado a los ordenadores también. Como tengo mucho tiempo libre hago programas informáticos... 

    Marta casi ni le escuchaba. Aguzaba el oído para ver si conseguía oír aún el sonido del tren.
    El hombre seguía hablando sin parar de su afición a los ordenadores, pero de repente algo de lo que dijo capta su atención:

-...tengo un programa que permite ver el futuro...

-¿Como ha dicho? Repita eso -- le espetó Marta a bocajarro

    El hombre, lejos de sentirse incomodado por el tono de voz de Marta, le repitió con dulzura:

-Le digo que diseñé un programa para ver ell futuro
-Eso no puede ser. Es imposible
-También es imposible que Vd. estuviera senntada frente a su ordenador hace unos minutos y de pronto se encuentre aquí. Todo es posible. Todo depende con la fuerza que lo deseemos
-Pero yo no deseé nada. Simplemente ocurrióó
-Quizás no lo deseara conscientemente, peroo quizás en su interior Vd. deseaba estar junto a él
-¿Le vio Vd?
-Claro, y vi la angustia reflejada en su roostro cuando Vd. se negaba a montar en el tren y acompañarle. Vi su pena, se le veía cansado de esta vida. Pero Señora, perdóneme, su aspecto no es muy diferente del de él

    Un conato de disgusto y contrariedad se reflejó en el rostro de Marta al oír estas palabras que le sonaron a crítica y reproche, pero al mirar al extraño Jefe de Estación se borró de su faz de inmediato. Su rostro emanaba tanta dulzura, tanto candor que no pudo sino pedirle tímidamente:

-¿Podría mostrarme su programa?
-¿Desea ver el futuro? No se lo recomiendo Señora. Puede ser muy cruel
-Aún así deso verlo
-Acompáñeme pues, pero no diga que no se loo advertí antes

    Marta siguió al hombre hacia el edificio principal. Una vez allí, éste le rogó que se sentara, mientras el manipulaba en unos conmutadores eléctricos. Eran los mandos de los cambios de agujas. La estación era muy pequeña, la iban a clausurar y ya no volvería a parar ningún tren en ella nunca más. Pasarían sin detenerse. Eso Marta lo supo en aquel momento sin que nadie se lo dijera y ese conocimiento le produjo una extraña desazón.
    Después de que hubo terminado, le hizo una leve señal con la cabeza indicándole que le siguiera. Lo hizo. Salieron por una puerta y se encontraron en  una pequeña estancia situada en la parte posterior de la sala de mandos.
    Cuando Marta entró allí se sintió inundada de una paz infinita. No sabría explicarlo pero así era. No era el mobiliario, ni la decoración, ya que ésta se reducía a unas paredes completamente desnudas pintadas de blanco y en cuanto al mobiliario, un ordenador  sobre una mesa y una silla frente a éste. No podía ser mas sobrio y sin embargo emanaba algo especial, algo mágico, algo etéreo.

-Bien, siéntese y vea su futuro
-¿Como se maneja esto?
-Cuando se siente, sabrá como hacerlo

    Marta obedeció y se sentó frente al ordenador no sin cierta aprensión, miró a la pantalla, puso su mano izquierda sobre el teclado y la derecha se dirigió tímidamente hacia el ratón. Cuando sus dedos le rozaron, recibió como una leve descarga eléctrica, pero en absoluto
agresiva, al revés, fue incluso placentera. No le asustó y eso que temía enormemente a la electricidad.
    En aquel momento, en el momento de recibir la descarga, ya sabía lo que tenía que hacer para manejar el programa.
    Vio dos iconos. Abrió el primero y se abrió una ventana frente a ella. En dicha ventana se veía a sí misma sentada frente al ordenador. Su rostro había envejecido, se veía que habían trascurridos muchos años. Miraba atentamente a la pantalla, pero no escribía. Su rostro no reflejaba nada, ninguna emoción. Tenía la vista como perdida.
    Se encontraba en una sala de chat completamente abarrotada de gente. Era la más concurrida de todas las que había encontrado. Miró  los nombres de los nicks. No se encontró entre éstos. Extrañada se volvió al extraño Jefe de Estación y le preguntó:

-¿Quién soy yo? No me encuentro
-Has cambiado de nick Marta. Cambiaste cienn veces por si él te volvía a encontrar. Huías de él al igual que el huyó de ti para no sufrir. Con la única diferencia que el huyó con valentía..., con dignidad... Huyó como un hombre que no deseaba hacerte sentir mal y lo hizo por ti Marta. Con su presencia el sabía que tu estarías mortificándote siempre y el no deseaba eso para ti..., ni para él tampoco. Prefirió sacrificarse por el bien de ambos
-¿Y que hago yo aquí?
-Tratando de evadirte de tu rutina diaria, pero siempre que entablabas una nueva amistad hacías comparaciones y sabes que las comparaciones son odiosas Marta. Nunca a partir de entonces encontraste nadie como él: un hombre sensible, con nobleza, con la cabeza sobre los hombros, con los pies en la tierra, al que podías hablar y que te sabía escuchar, que te pedía consejos y te los agradecía, pero al que tú nunca abriste tu alma ni tu corazón..., y así fuiste envejeciendo poco a poco. Ahora tratas de ahogarte entre el barullo de gente, entre la multitud

-Pero yo amaba a mi esposo, el era solo un amigo

    El hombre no contestó.

-¿Y mi esposo? ¿donde está ahora?
-¿Que importa él ahora? Este es tu futuro, no el suyo. Es tu vida Marta, solo la tuya
-¿Y esto es lo que me espera? Preferiría noo haberlo visto, tenía Vd. razón

    El viejo asintió con la cabeza, y sonriendo dulcemente le dijo:

-Hay otro icono
-¿Y que contiene?
-Cada icono representa como se hubiera desaarrollado tu vida en función de las diferentes decisiones que pudiste adoptar. Recuerda que el futuro no está escrito, lo escribimos nosotros con nuestros actos
-Ciertamente ese futuro no me alegró en abssoluto
-Es el futuro que elegiste no subiendo al ttren 
-Deseo ver el futuro que me hubiera esperaddo si hubiera decidido subir
-Pulsa pues el siguiente icono

    Marta así lo hizo. Se vio frente a la pantalla del ordenador. Había envejecido también, pero su cara reflejaba alegría y felicidad. Escribía frenéticamente y muy a menudo reía a carcajadas. De vez en cuando, su rostro se ensombrecía e incluso lloraba.

-¿Por qué a veces sufro? Estoy con él, peroo a veces lloro
-¿Que te piensas Marta? ¿Qué la vida es un campo de rosas? ¿Que no hay pendientes en el camino que al tren le cuesta a veces superar? En la vida de las personas hay momentos buenos y momentos malos
-¡Pero entonces hice bien no subiendo...! --- exclamó Marta con vehemencia.
-Cuenta los momentos felices y cuenta los mmomentos de lágrimas en tu visión. Haz balance y puedes decidir ahora si te hubiera compensado subir o no

    No hacía falta contarlos. Algunas leves nubes que pronto se disipaban daban paso a largos períodos de alegría y felicidad. Tan real como la vida misma.

-¿Y mi esposo?
-Te repito Marta que este es solo tu futuroo
-¿No hay más iconos?
-No Marta, el icono de no subir y el icono de haber subido
-¿Y no puedo ver más?
-Puedes ver más adelante pero en esas dos úúnicas opciones
-Pues deseo volver al primer icono y verme más adelante
-Pues hazlo Marta

    Marta volvió al primer icono y adelantó la visión. Se vio a sí misma sentada en el salón de su casa. No había nadie con ella. Se miró las ropas de color negro, estaba de luto. Miró al sillón donde habitualmente se sentaba su esposo y le vio vacío. Estaba sola en el mundo y  suspiraba tristemente. A veces sus ojos se llenaban de lágrimas. 
    Marta se volvió lentamente hacia el hombre y le dijo:

-Esto ha sido muy cruel
-Ya te dije Marta que conocer el futuro es muy cruel. Es mejor vivir la vida día a día. Vivir cada momento intensamente 
-¿Pero como hubiera sido mi futuro más adellante de haber subido al tren?
-No lo sé, míralo por ti misma

    Marta así lo hizo. Lo hizo vacilando, con manos temblorosas, como si a la vez lo deseara saber y al mismo tiempo temiera ver que lo que el futuro le hubiera deparado. Se encontró frente al teclado. Sus ropas eran negras también.

-Me veo sola frente al teclado escribiendo<
-¿A quien escribes?
-A nadie -- respondió Marta con apenas un hhilo de voz
-¿Cómo que a nadie?
-No contesta nadie
-¿Pero a quien escribes?
-A él, pero no contesta
-Ah, estará ocupado
-No, llevo escribiéndole más de dos años y nunca contesta. No está conectado. Está muerto. Dios mío está muerto.
-¿Y por qué le sigues escribiendo?
-No lo sé, pero lo hago. Espero que desde eel Cielo el vea que lo hago. Sé que le gustará
-¿Y que le dices Marta?

    Marta no contestó, dos rebeldes lágrimas empezaban a aflorar a sus ojos.

-¿Qué refleja tu cara Marta? ¿Qué ves en ellla?
-Serenidad, tranquilidad, sosiego, paz... -¿Y de donde crees que proviene esa paz Marrta?
-Él me la supo infundir durante los años quue compartimos amistad hasta su muerte
-¿Amistad Marta? Creí entender que todos vuuestros problemas se debían exclusivamente a asuntos..., ¿como diría yo?, más mundanos, más materiales, más sórdidos. Bueno, a asuntos de  instintos, de bajas pasiones, de celos, de reproches, de dudas, de desconfianzas...

    Se le notaba incómodo después de haber dicho estas palabras. Se veía que su alma pura no se sentía tranquila tocando esos temas.

-No..., solo siguió habiendo un bella amisttad entre nosotros, aunque a veces compartimos algún abrazo como el de aquella noche -- confesó Marta, no sin cierto rubor en sus mejillas.

-Es natural entre dos almas que se aman y sse comprenden. Dios sabe lo que sus criaturas necesitan. Dios no es un tirano que atenace los cuerpos de hombres y mujeres. ÉL les hizo el cuerpo y lo hizo con todas sus consecuencias, sabiendo de sus necesidades. Sólo tiene en cuenta al final de cada vida si lo bueno de ellas puesto en una balanza hace inclinarse el fiel hacia ese lado o si por el contrario lo hace hacia el otro lado donde se amontona el mal. Si Dios no hubiera deseado que sus criaturas hicieran uso de su imaginación..., que soñaran..., no les hubiera concedido el Don de pensar. Los pensamientos de los hombres les pertenecen en exclusiva a ellos, son su parcela privada, su sagrada intimidad. Los caminos de Dios son inescrutables a los ojos de los hombres y por eso les ofrece mil formas diferentes de que éstos consigan sobrellevar los sufrimientos y desventuras de la vida.

    Marta se quedó absorta oyendo esas palabras. Le sonaban a música celestial, a canto de coro de ángeles, pero también le sonaban a suave reproche.

-¿Entonces Vd. cree que hice mal no subienddo a ese tren?
-Esa es una pregunta para la que no tengo rrespuesta, debes buscarla en el fondo de tu corazón

    Marta se levantó de la silla, salió de la estancia corriendo, atravesó la sala de mandos y salió al exterior. Iba como loca, poseída de una amargura infinita. Deseaba en su locura que el tren siguiera allí aún. Que no hubiera partido y que Pablo aún le tendiera su mano. 
    Pero no, el tren ya se había ido. El andén estaba vacío. Las vías se extendían paralelas convergiendo en el infinito. Al fondo se divisaba un débil penacho de humo.
    Marta se giró bruscamente hacia la casa y echó a correr hacia ella. Volvió a entrar y con rápida carrera buscó la escalera que la llevara a la planta superior. Subió los escalones de dos en dos. Jadeaba cuando empujó la puerta que supuso que le permitiría acceder a la estancia desde donde podría ver aún el tren.
    Se encontró en una estancia llena de flores: Rosas, claveles, margaritas, orquídeas, petunias, magnolias..., flores de todos los tipos que la impregnaban de un aroma maravilloso e indescriptible. Pero ella ni se fijó, corrió hacia la ventana frontal y apoyando la palma de sus manos en los cerrados cristales susurró:

-Pablo, Pablo...

    Su voz se quebró por el llanto.
    La voz del Jefe de Estación sonó a sus espaldas. Ella no se había percatado de su presencia y no la asustó en absoluto, fue lo que dijo lo que la hizo estremecer. 

-Llora como una chiquilla..., ya que no suppiste comportarte como una verdadera mujer

    Al conjuro de aquellas palabras un penetrante olor a incienso impregnó la habitación, haciendo desaparecer completamente el ya de por sí fuerte olor de las flores. Marta cerró los ojos pero no se volvió, sabía que no encontraría allí a nadie.
    Cuando los volvió a abrir, anegados por las lágrimas y los dirigió hacia la parte superior del ya tenue y distante penacho de humo del tren, vio en el Cielo una brillante luz...

FIN