Calibración de componentes
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Parece lo más lógico comenzar calibrando el escaner, ya que es el primer componente que utilizaremos para capturar imágenes, sin embargo el escaner es lo último que calibraremos. PRECALIBRACIÓN
DEL MONITOR |
Si nuestro monitor está en buenas condiciones la pantalla no
presentará ninguna tonalidad dominante, es decir no predominará ninguno de los
tres colores anteriormente mencionados, siendo su tonalidad completamente
neutra.
Esto lo podemos constatar abriendo cualquier imagen de escala
de grises y viendo que no vire hacia ningún color determinado.
Ajustemos el brillo y el contraste a un nivel que nos sea cómodo para trabajar, dependiendo de la luz ambiente y ya estamos preparados.
Seguidamente
abriremos una imágen que encontremos en algún CD de alguna revista ó
cualquier otra que consigamos por Internet. Procuraremos que sea una imagen con colorido
vivo y que contenga una gran variedad de
colores. También procuraremos que contenga zonas
con sombras y degradados suaves. En una palabra una imagen "normal y
corriente" con un contraste normal. Pero por favor, que sea una imagen de
24 bits (16 millones de colores) como mínimo.
Si la vemos
demasiado clara ó demasiado oscura, retocaremos los controles de brillo
y/o contraste hasta mostrarla correctamente en pantalla. ( Las imágenes
de los CD's y las que circulan por Internet se supone que no son imágenes
subexpuestas ó sobreexpuestas, por lo que cabe suponer que su gradación tonal
es la correcta ).
Una vez retocados los controles de brillo y/o contraste, si
ha sido necesario, los dejaremos en esta posición y de momento nos olvidaremos
de ellos.
Con este paso, tenemos "en principio" precalibrado el monitor |
Encendamos seguidamente la impresora y
procedamos a imprimir la imagen visualizada en pantalla, pero con las
opciones por defecto de la impresora, es decir tal como viene de
fábrica, sin modificarle ni brillo, contraste ni variarle la predominancia de ninguno de los
colores (si es que la impresora lo permitiera).
Pero imprimámosla en el papel adecuado y con la calidad de
impresión máxima. Es decir, ya que queremos imprimir algo "digno",
hagámoslo en papel fotográfico, glossy ó film, y
utilicemos el cartucho de calidad fotográfica si la impresora lo permite.
Pero hay que tener en cuenta una cosa, y es que la impresión
saldrá diferente dependiendo del papel utilizado por lo que "en
principio" procuraremos utilizar el papel original de la misma marca que la
impresora, ya que "se supone" que es el más idóneo para ella.
Luego, cuando hayamos cogido experiencia ya tendremos tiempo
para "jugar" con otros tipos y marcas de papel.
Una vez
finalizada la impresión, dejémos que la tinta se "siente" unos
minutos, ya que hay papeles que recién impresos presentan una ligera tonalidad
dominante de algun color específico, tonalidad que desaparece a los pocos
minutos.
Comparemos
la imagen impresa con la que estamos viendo en pantalla y decidamos si está
igualada ó no.
Pueden suceder dos casos: que la imagen impresa sea más
clara que la de la pantalla ó que sea más oscura.
Si la imagen
impresa es más clara podemos probar a subir el nivel de brillo del monitor
hasta igualarla con la copia impresa, pero ojo, solamente si es un ligero
retoque, ya que si habíamos dado por sentado que habíamos
"precalibrado" el monitor a un nivel cómodo para trabajar, si lo
subimos en exceso estaremos trabajando con un brillo de pantalla excesivo y esto
será molesto y dañino para nuestros ojos.
En caso de que la diferencia sea muy grande, hagamos lo
siguiente: Imprimiremos otra copia pero modificando el brillo en las opciones de
la impresora, es decir como la copia salió muy clara con respecto a lo
visualizado en pantalla reduciremos el brillo en dos ó tres puntos y observemos
el resultado.
Después de algunas pruebas llegaremos a la opción correcta,
por lo que recordaremos para siempre que cantidad de puntos hay que variar en la
impresora para conseguir una copia idéntica a la de la pantalla.
Si la imagen impresa es más oscura, bajaremos el nivel de brillo del monitor hasta igualarlos, pero si este retoque resultara excesivo procederíamos a la inversa que en caso anterior, es decir aumentaríamos el brillo en la impresora los puntos necesarios hasta conseguir la igualación.
Por supuesto nos
hemos referido solamente al nivel ó brillo general de la imagen, pero es
válido también en cuanto al contraste, por lo que para igualar éste hay que
repetir los pasos centrándonos en esta opción.
El problema es que cuando hemos hecho una docena de
impresiones, ya no sabemos discernir cual es la que está mejor y que opción le
dimos en la impresora en cada momento, por lo que indicamos un sistema para no
"hacernos un lío":
Hacemos una impresión con unas determinadas opciones y sobre ésta las anotamos con un rotulador, (por ejemplo: monitor posición brillo .4, posición contraste .5, opciones impresora +5 de brillo / -3 de contraste,...etc.), para así ir variando las opciones y luego decidamos a la vista de todas juntas cual es la mejor. |
Hasta
aquí, hemos intentado explicar como conseguir que lo que vemos en pantalla sea
igual a lo impreso en papel, y no es poco, ya que parece ser que es un problema
bastante general entre los no iniciados.
Nos compramos una bonita impresora con calidad fotográfica,
imprimimos un par de "fotos" y nos desilusionamos con los resultados,
por lo que desistimos de continuar en este apasionante mundillo. Y hablamos
así, porque en el Centro de Reprografía JCM, oímos estas afirmaciones con bastante frecuencia a muchas personas, que pretendían
confeccionarse sus propias y personalizadas carátulas de CD's, de cintas de
Video, etc..., y que desisten ante la pobreza de los resultados conseguidos.
Con
este paso, tenemos calibrado el monitor y la impresora |
Bien, sigamos para atrás, vamos a calibrar ahora el escaner:
Invoquemos el
Twain ó la utilidad de adquisición de imágenes apropiada, y escaneemos una
fotografía de cualquier tamaño (10x15, por ejemplo), a los dpi's que queramos y
que presente colorido variopinto, es decir una amplia gama de colores, y
hagámoslo con las opciones por defecto del escaner, es decir en posición
automática y con la opción apropiada, es decir si dispone de escaneado de
fotografías con ésta.
Leer las instrucciones del escaner, normalmente hay que
dejarlo un tiempo de unos 20 minutos encendido antes de utilizarlo hasta que se
estabilice la temperatura de color.
(A mi particularmente me ha sucedido que al escanear
una antigua fotografía de 60x50 en nueve trozos diferentes, la tonalidad del
primer trozo escaneado era distinta a la del último, y esto no es muy grave si
se trata de una fotografía para posterior manipulado en escala de grises, ya que luego hay
que desaturarla, pero si se trata de una fotografía en color hay que proceder a
igualar todas las tonalidades y esta es un trabajo mas laborioso que volver a
escanearlas de nuevo).
A continuación "ver lo que aparece en pantalla" y comparar con la fotografía original: si está demasiado oscuro ó demasiado claro, mucho ó poco contrastado, seleccionar en el escaner la opción manual e ir jugando con los valores de brillo y/o contraste hasta conseguir que "lo que salga en pantalla sea igual a la fotografía original".
Con
este paso, tenemos calibrado el monitor, la impresora y el escaner |
Espero que os
hayan servido de alguna ayuda las anteriores explicaciones; a mi,
este sistema
me ha ido de maravilla, tanto al cambiar de monitor como de
impresora y escaner.
DovArt