Viernes 2 de junio del 2000

¡Ábrete Sésamo!

Por Silvia Peláez

 

Divinas Palabras

POR SILVIA PELÁEZ

Señoras y señores: ¿Existe en el mundo alguien libre de pecado? y si es así, ¿se ha atrevido a arrojar la primera piedra? Quizá al ver Divinas Palabras desearán ustedes salvarse con Mari-Gaila, encarnación de María Magdalena, y apelarán a estas palabras para no ser condenados.

Escrita en 1920, en tres jornadas, Divinas Palabras cobra fuerza en el mundo de hoy, pues las emociones y sentimientos evocados y convocados en la escena, trascienden los tiempos. Como lo señala Vicente Leñero en el programa de mano: "Sentimientos de odio, celos, amor, compasión, venganza, irreverencia, brotan como brochazos de los personajes de Valle-Inclán durante veinte escenas cargadas todas de un vigor expresionista sin concesiones".

Como sin concesiones es el verdadero teatro que, como en este caso, se yergue en crítico de su propia época, al poner en evidencia la hipocresía de la religión católica decadente, confrontado con una realidad dolorosa y miserable en que se debaten los personajes.

Divinas palabras es una tragicomedia de aldea, como el mismo autor la bautizó, habitada por personajes paradójicos y complejos que dan sentido a un determinado tipo de sociedad: mendigas, ladrones, beatos, tramposos, soldados, chismosas, limosneros y gitanas, cuyos motivos para ser y actuar son reconocibles en cada uno de nosotros.

En fin, de lo que habla Valle-Inclán en Divinas Palabras es de la naturaleza humana vista a través del prisma de los personajes, como si el ser humano se manifestara en todas sus posibilidades deseos, sueños y ambición de ser, de llegar a ser. En esta versión de DivinasPalabras, el prisma se extiende a la propuesta escénica, pues los actores se multiplican en personajes, cabe mencionar que 11 actores encarnan a un total de 59 personajes y que lo hacen con rigor y eficacia; y los espacios se diversifican a partir de algunos elementos escenográficos, los cuales sirven para conducir la poesía contenida en la obra de Valle-Inclán, así como para viajar por el corazón de la historia.

Acercarse a un autor como Valle-lnclán es una experiencia vital y más cuando la compañía que lo interpreta, como en este caso, ha permitido que el espectador se involucre en el drama al envolverlo, propiamente, con la escena y sumergirlo en "la sensualidad de la carne, la sangre, el sudor y el aliento de los personajes".

 

Divinas Palabras

De Ramón del Valle-Inclán. Dirección: Julieta Hernández y Mayra Mitre. Drauco, la compañia de la acción. Con: Ximena Ballinas, Joaquin del Rio, Emilio Méndez, Teresa Barajas, Rodrigo Ostap y Mayra Mitre, entre otros. Ex convento de San Lorenzo. Belisario Domínguez 22, entre Allende y Lázaro Cárdenas, Centro Histórico, viernes sábados y domingos, 18:00 horas.

 

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