Sábado 10 de julio del 2000

Teatro

Divinas Palabras de don Ramón del Valle-Inclán

Reyna Barrera

 

Desde aquella memorable puesta en escena de Divinas Palabras, de Juan Ibañez, en 1963 en el Teatro del Caballito, con estudiantes universitarios, que lo llevara a obtener el codiciado premio del mejor teatro universitario en Nancy, Francia, no se había vuelto a ver otro montaje de Divinas Palabras, de don Ramón del Valle-Inclán, con arrastre escénico y garra creativa, que mantuviera en expectación a un público joven, interesado en conocer el amargo sabor de la pobreza en tierras de España, en tiempos pasados.

Hoy la dirección de Julieta Hernández y Mayra Mitre ha alcanzado un objetivo múltiple, montar una obra de teatro español, ya clasificada como "clásica", por su importancia, con actores jóvenes y para un público juvenil, al que le sorprende, primero el lugar, después la disposición del escenario y finalmente la desgarradora historia.

Las directoras, con paciencia y sabiduría magisterial dedicaron el más valioso de los tiempos, dentro y fuera del aula la universitaria, para preparar de manera integral a un elenco, cuya edad no va más allá de los veinte años y sus inquietudes poseen el dinamismo del año dos mil.

Sus expectativas han sido rebasadas al demostrar cómo y con qué calidad actoral interpretan a hombres y mujeres muy mayores con experiencia de vida; seres que pululan en la miseria, viven bajo el imperio del fanatismo y los prejuicios, pero sobre todo de la ignorancia.

Los actores se multiplican e interpretan a personajes del pueblo como el sacerdote, el sacristán, el hijo idiota, el ciego, las beatas, los mendigos, los mozos, leñadores, las esposas, hermanas, hijas, ellos son: Rodrigo Ostap, Joaquín del Río, Emilio Méndez Raúl Morquecho; ellas: Ximena Ballinas, Anelvi Rivera, Teresa Barajas, Mayra Mitre, Alma Rosa Jiménez, Nora Castrejón y Natyeli Flores. La coreografía y el entrenamiento dancístico estuvo a cargo de Antonio Sarmiento; la música original, de Iván Tadeo Ireta el diseño del vestuario de Mayra Mitre, Julieta Hernández, Teresa Barajas, Alma Rosa Jiménez y Ximena Ballinas.

Divinas Palabras, obra teatral en tres jornadas consta de veinte escenas que se realizan en una pasarela cuadrangular mientras el público observa desde el centro en sillas giratorias que permiten dominar todos los espacios, y en último de los casos seleccionar alguna de las escenas, que se llevan a cal de manera simultánea.

La acción sostiene un ritmo admirable, el fraseo perfecto y calidad de las voces, de incontables matices, para los diversos p peles que cada actor y actriz interpreta son la urdimbre que sostiene la actuación. Las escenas poseen una rica gama de color, don. a cada emoción corresponde un sinnúmero de expresiones. Los momentos estrujantes dejan en el espectador una honda huella.

Valle-Inclán es un autor vanguardista, quien declaró que palabra era más que un instrumento divino un símbolo del arma hostigadora para ejercer el poder, como en el caso de adúltera inocente Mari Gaila, por quien el vulgo lleva a extremos inhumanos una conducta errática y equívoca; así como convierte en botín "el carretón".

No cabe duda que el arduo trabajo de esta puesta en escena, con actores debutantes muestra su futuro; la disciplina y estudio tienen también sus mieles; el actor y la actriz novel que se mantiene en constante práctica y actuación en el foro, sin más: florecerá con el aplauso.

 

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