Tras salir del cine, o sin haber visto las películas lo que deseaba un niño era la reproducción a escala de los héroes y los villanos con todos sus accesorios y vestidos de todas las formas posibles. No sólo eran los muñecos, también los cromos, el disfraz, los libros con ilustraciones alucinantes.

El pasar de los años hace que el niño que creció con esta saga se haya ido haciendo mayor y madurando. Las cosas que de pequeño le atraían ya no le atraen. Menos mal que hay alguien en algún lado que piensa en él y en sus necesidades. Aparece u juego de rol de su siempre adorada película. Como llega una edad a la que uno ya elige qué ropa ponerse, también hay camisetas oficiales de Star Wars. Las figuras de coleccionista, que ya no son para jugar sino para mirarlas, los libros de fotos, la banda sonora, los comics y todo tipo de merchandising para el buen fan.

Por fin sale a la venta el centro de todo este negocio, las películas. Primero salen en vídeo tal y como las vimos en cine. Más tarde se venderá la trilogía retocada mediante nuevas técnicas de sonido y con comentarios de su director George Lucas. Cuando ya parece que no hay más que inventar, se piensa que las nuevas generaciones tienen que disfrutar en cine de las tres antiguas películas. Pero, cómo hacer que los que ya la vieron y las tienen en vídeo en su casa vayan a verlas. Es algo complicado y supone un duro trabajo por parte de la factoría Lucas, pero lo consiguen y dan al público algo inimaginable. Más metraje, mejor calidad de imagen utilizando la nueva tecnología digital. Bate records de taquilla como era de esperar. Esto que podría ser el final no lo es.

Ahora, lo que teníamos por primera parte, resulta que era la cuarta. Así que deciden rodar tres nuevas películas, que hechas veinte años después se supone que superan en medios a sus antecesoras. La gente se vuelve loca con este nuevo acontecimiento. En el país de las libertades la gente hace colas durante meses para ver una película. Aparecen copias piratas antes de ser estrenada, pero esto no supone ningún problema económico, ya que la película esta amortizada de antemano gracias a las ventas de todo este material de primera necesidad.

En el lugar donde vivimos tardan unos meses más en estrenarla, suponemos que para dar tiempo a un bombardeo publicitario en dominicales deprensa, telediarios, fanzines (como este por ejemplo) y cualquier otra cosa que entre por los cinco sentidos.

Ya sabes cual es el nuevo fenómeno de fin de siglo, la starwarsmanía. El tío Lucas estará contento con la gallina de los huevos de oro que trajo al mundo hace más de veinte años.
"Que el negocio te acompañe".