"Villa Romana de la Olmeda"



 
Se trata de una gran mansión de finales de la época romana, centro de una explotación agrícola donde los gustos y formación aristocrática del dueño están magníficamente reflejados.
En torno a un patio rectangular, con cuatro galerías de mosaico, se distribuyen todas las habitaciones y dependencias de la villa. Cuatro torres en los extremos, dos cuadradas en la fachada norte y dos octogonales en la fachada sur. Entre estas últimas, una gran galería o pórtico de columnas.
Caídos en el interior del patio se encontraron unos arcos de ladrillo que constituían los elementos arquitectónicos de paso de la galería sur al patio central. Completan este esquema de la villa las termas, situadas al NE del gran edificio.


Lo más atractivo de esta villa son la serie de mosaicos que cubren la mayor parte de las habitaciones; elementos geométricos, vegetales y figurativos se combinan y repiten con gran profusión. Destaca entre ellos el bello mosaico de la gran sala de recepciones con tres temas distintos.
La escena principal con la historia del descubrimiento de Aquiles por Ulises en el gineceo de Licomedes, en la isla de Skiros.


En torno a esta escena central una serie de medallones con retratos familiares, con la representación de las estaciones en los ángulos.


 


 


Una espléndida escena de cacería, con una variada representación de animales en distintas posturas entremezclados con cazadores y motivos vegetales.
Rodeando todo una amplia cenefa con escudos hexagonales entrelazados, formando grandes cuadros florales de una gran belleza y riqueza de color.


 

Son muy interesantes los mosaicos de los corredores que ya se pueden admirar en su totalidad. La distribución simétrica de algunas habitaciones y las estructuras arquitectónicas de la casa, que van poniendo de manifiesto las excavaciones, forma todo un conjunto que permiten estudiar el contexto arqueológico de la villa.
Muy próxima al edificio principal se descubrió la necrópolis, con provisión de ajuares funerarios, ricos y variados, cuya exposición puede admirarse en el Museo Monográfico instalado en la iglesia de San Pedro en Saldaña. Es el perfecto complemento y obligada visita para tener una visión general del conjunto.

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