Las revoluciones de marzo y noviembre de 1917

Estas revoluciones aún se conocen en Rusia como las Revoluciones de Febrero y Octubre. Esto se debe a que, en esa época, los rusos continuaban usando el antiguo calendario juliano, que tenía 13 días de atraso en relación con el calendario gregoriano empleado por el resto de Europa. Rusia adoptó este último en 1918.

La primera revolución

Comenzó espontáneamente el 8 de marzo cuando estallaron motines en demanda de pan en Petrogrado (San Petesburgo). Los alborotadores fueron reforzados prontamente por miles de huelguistas de una fábrica de armamentos cercana. El ametrallamiento a que fue sometida la multitud con un saldo de más de 150 muertos en el centro de la ciudad, tuvo un efecto decisivo: en tanto los dirigentes vacilaban, se produjo la sublevación de la cuarta compañía del ejército imperial.; los soldados encarcelaron a sus oficiales y se lanzaron a la calle confraternizando con los manifestantes que encontraban. Las muchedumbres se apropiaron de edificios públicos, sacaron prisioneros de las cárceles y se pusieron al frente de estaciones de policía y de arsenales. Nicolás fue informado que tendría que renunciar al trono: el 15 de marzo el zar abdicó en favor de su hermano, el gran duque Miguel. Cuando éste rehusó el nombramiento, el fin de la monarquía rusa quedó sellado.

El gobierno provicional

La Duma, luchando por dominar la situación, estableció un gobierno provicional liberal con el príncipe Jorge Lvov como primer ministro; en julio Lvov fue reemplazado por Kerensky, un socialista moderado. El nuevo gobierno se vio tan abrumado por los enormes problemas que tenía ante sí, y en noviembre tuvo lugar una segunda revolución que destituyó al gobierno provisional e instaló a los bolcheviques.

¿Por qué el gobierno provisional cayó tan pronto?

No sólo adoptó la impopular decisión de proseguir la guerra, sino que la ofensiva de junio, idea de Kerensky, resultó otro fracaso desastroso, a causa del cual la moral y la disciplina del ejército se desplomaron por completo y miles de desertores regresaron a sus lugares de origen.
El gobierno tenía que compartir el poder con el soviet de Patrogrado (Doble Poder), un comité integrado por representantes de obreros y soldados que pretendía gobernar la ciudad. Otros soviets surgieron en Moscú y todas la ciudades provinciales y cuando el de Petrogrado ordenó a las tropas que deberían obedecer únicamente al soviet de su ciudad, se hizo evidente que, en última instancia, el gobierno provisional no podría contar con el apoyo de un ejército.
Kerensky demoró la reunión de la Asamblea Constituyente (parlamento) que había prometido y no hizo nada al respecto a reformas agrarias, con lo que perdió respaldo por todos lados.
Lenin pudo regresar de su exilio en Suiza (abril). Los germanos le permitieron atravesar Alemania vía Petrogrado en un tren especial "sellado", con la esperanza de que su regreso acrecentaría el caos prevaleciente en Rusia. A raiz de una delirante bienvenida, Lenin apremió a los soviets a retirar su apoyo al gobierno provisional.
En medio de la anarquía general, Lenin y los bolcheviques expusieron una política realista y atractiva. Lenin demandaba poder absoluto para los soviets, prometiendo en cambio la terminación de la guerra, la cesión de la tierra a los campesinos y más víveres. Para octubre los bolcheviques tenían el control de los soviets de Petrogrado y Moscú, a pesar de que aún constituían una minoría en el conjunto del país.
El 20 de octubre, alentado por Lenin, el soviet de Petrogrado tomo le decisión crucial de intentar adueñarse del poder. León Trotsky, presidente del soviet, elaboró la mayoría de los planes, los cuales se llevaron a cabo sin el menor obstáculo. Durante la noche del 6 al 7 de noviembre, los Guardias Rojos bolcheviques ocuparon todos los puntos clave y más tarde arrestaron a los ministros del gobierno provisional, excepto a Kerensky, quien logró escapar.

El golpe triunfó porque Lenin había juzgado a la perfección el momento de máxima hostilidad hacia el régimen de Kerensky, y los bolcheviques estaban muy disciplnados y organizados, en tanto que todos los demás grupos políticos se hallaban impreparados.