Terrorismo y Financiación
En los campos de batalla de Daguestán fueron hallados centenares
de cadáveres de mercenarios extranjeros mezclados con los cuerpos
de jóvenes chechenos a los que habían utilizado como “carne
de cañón “. Los servicios de inteligencia rusos descubrieron
que el financiamiento de la operación daguestaní corrió
a cargo del millonario saudita Usam ben Laden, el padrino del terrorismo
internacional, que con el apoyo del caudillo independentista checheno Shamil
Bassaiev, adquieren armas en el mercado negro internacional, y con la ayuda
de falsas instituciones “benéficas “de corte radical, con
nexos en Arabia Saudita, desarrollan un proyecto macabro orientado a conseguir
la secesión de Rusia de las repúblicas norcaucasianas y crear
en su lugar los “Estados Islámicos Independientes “.
Cuantiosas sumas de dinero son utilizadas para el entrenamiento terrorista
con el disfraz de “campamentos de verano para el estudio del Corán
“, de allí salen cédulas a Rusia, a EE.UU., a las Embajadas
norteamericanas a las que hacen víctimas de sus atentados, casos
de Kenia, Tanzania y los centros mundiales de comercio de Nueva York
Intereses petroleros
Expertos europeos destacan que el interés de los integristas
islámicos por la región norcaucasiana de Rusia va mas allá
de lo meramente religioso. No debemos olvidar que la cuenca del Mar Caspio
es muy rica en recursos energéticos. Los productores árabes
de petróleo no quieren que ese recurso del Caspio ingrese a los
mercados mundiales y nada mejor que impedir el funcionamiento normal del
oleoducto Bakú-Novorossiysk que pasa por el territorio de Chechenia.Es
fácil entender lo que sería la geopolítica de la Región
con la República de Chechenia en manos de esas bandas armadas de
fanáticos fundamentalistas
El Presidente chechenio Aslan Masjadov, ha sabido siempre de la estrategia
terrorista desarrollada por los fanáticos islámicos, lo ha
tolerado y permitido irresponsablemente. Ante el avance de las tropas rusas
que ya se encuentran a 10 kilómetros de la capital Grozny, ha solicitado
a la comunidad internacional su intervención “en nombre de la paz
“.
Una vez mas el drama de los refugiados chechenos, que huyen de su país a consecuencia de los bombardeos, provoca preocupación en el mundo. El pueblo de Chechenia rechaza a los grupos terroristas que utilizan la violencia en nombre del Islam y siempre ha preferido vivir en el seno de la Federación Rusa. Las aspiraciones de independencia, que pueden ser muy legítimas, no tienen necesariamente que pasar por acciones terroristas contra la población civil inocente. Grave error comete Arabia Saudita al tolerar y apoyar a estos grupos radicales que más temprano que tarde se volverán contra ellos, como sucedió con el Sha de Irán y posteriormente con el gobierno y pueblo de Argelia.
En el Perú tenemos una experiencia muy reciente de lo que fue padecer la violencia fundamentalista. Aún nuestro país no se recupera del daño físico y moral que el terrorismo provocó en la sociedad peruana. Cada vez que se informa de alguna acción sangrienta cometida por los rezagos senderistas, no podemos evitar el recuerdo de esa larga noche negra que nos tocó vivir la última década.Por ello condenamos la insania de los grupos islámicos fundamentalistas desatada contra mujeres y niños inocentes, porque nuestra historia registra hechos similares, hoy felizmente en camino a su extinción definitiva.
Situación Actual
Al parecer la intención del Gobierno ruso es dar una solución
definitiva al problema de estos grupos rebeldes.El Primer Ministro Vladimir
Putin ha manifestado la necesidad de reincorporar Chechenia al “campo Constitucional
de Rusia “. Los llamados del Presidente checheno Masjadov a desatar la
guerra santa contra las fuerzas rusas, no parece dar los resultados que
esperaba. Mas de 120 mil refugiados chechenos han atravesado la frontera
huyendo de la violencia, mientras el cerco militar ruso para capturar al
terrorista Bassaiev parece estrecharse cada vez más.
Moscú ha manifestado su intención de liquidar a los grupos
violentos islamitas y a sus líderes principales, como único
camino para restituir la paz en la Región.
Pero si hay algo que sorprende en la interpretación de este conflicto,
es la actitud complaciente de EE.UU. y de Europa occidental que parecieran
no advertir el peligro que representa la posibilidad de una República
Islámica construida sobre la base de la violencia terrorista y en
manos de fundamentalistas que hacen mal uso de sus principios religiosos.
De darse esta situación el mundo entero viviría la zozobra
de un orden mundial inestable y de una ruptura del equilibrio internacional
que solo favorece al crimen y sus autores.