¿Qué intereses políticos pudieron convencer a Clinton de que un bombardeo de Bagdad era una medida oportuna y conveniente?
¿Puede ser tan precaria la paz en el mundo y tan inestable la seguridad internacional, para ser violada como reacción a un discutido informe de un Jefe de misión de la ONU?
Agotar la vía diplomática, antes de iniciar acciones militares de magnitud mortal, es o no es obligación de los gobiernos cuyos países integran la comunidad internacional de la ONU y suscriben su Carta Fundamental ?.
¿Hay proporcionalidad entre la provocación irakíe y la respuesta anglo-norteamericana?
Finalmente, ¿a quién responde la UNSCOM a la ONU o a la Casa Blanca?
Éstas y muchas más, son preguntas que se plantean en el
análisis geopolítico de los espantosos sucesos del Golfo
Pérsico, sobre todo cuando los misiles teledirigidos desde los portaaviones
norteamericanos y las bombas lanzadas desde los aviones ingleses, caían
sobre Bagdad y alrededores esparciendo dolor y muerte en una población
indefensa, destruyendo edificios y sedes militares, entre ellos un hospital
de maternidad, ante la visión aterrada de un mundo que no alcanza
a comprender el porque de una guerra tan desigual.
No podemos evitar preguntarnos, como lo ha hecho la prensa internacional
en su casi totalidad. ¿Qué relación existe entre el
ataque militar y el juicio de destitución de Clinton?. Y entre aquel
y el fracaso de las gestiones de paz en su visita al frente palestino-israelí
?.
Mucha información adicional, pero no por ello menos importante,
ha corrido bajo el puente de los medios en estos días. El informe
de la Agencia Internacional de Energía Atómica, que también
realiza acciones de inspección en Irak, dice que el gobierno de
Bagdad había cumplido con sus obligaciones y que era el momento
de pasar de la inspección nuclear al régimen de control a
largo plazo. Este informe difiere sustancialmente al de la UNSCOM que desencadenó
el ataque aéreo.
Después de la 4ª. Jornada de bombardeos sobre Bagdad, con
sus 73 muertos y cientos de heridos contabilizados por la Cruz Roja Internacional,
el Pdte. Clinton ordenó suspender la agresión afirmando:
"Tengo confianza en que hemos cumplido con nuestra misión ".Igualmente
volvió a insistir en sus amenazas de utilizar otra vez la fuerza,
si Hussein no permite a los inspectores de la ONU continuar su tarea.
El sistema político norteamericano no podrá salir indemne
de esta aventura, en cambio Hussein saldrá reforzado. Lo grave de
la crísis, en su proyección a corto plazo, es que ni los
ingleses ni los norteamericanos tienen una solución diplomática.
El Canciller de la Federación Rusa, Igor Ivanov, declara que "la
violación de la Carta de las NNUU como consecuencia de la acción
militar puede tener graves consecuencias ","Nadie tiene el derecho de actuar
por su cuenta, en nombre de la ONU, y poner en peligro a la población
civil .Las acciones militares deben cesar de inmediato y el Consejo de
Seguridad debe reunirse de urgencia".
Estos conflictos con desenlace militar, no logran ocultar proyectos
de mediano plazo que el mundo debe conocer. Alguna prensa europea comentó
recientemente, que los EEUU y los países de Europa Occidental se
encuentran trabajando aceleradamente una nueva estrategia para la OTAN.
Entre otras propuestas, se trata de autorizar a la OTAN a realizar acciones
militares sin el requisito de una resolución de la ONU y, en algunos
casos, hasta sobrepasando los ámbitos de acción de la OTAN.
No es difícil de entender, que de llevarse a cabo este proyecto
se afectaría seriamente la seguridad internacional, el poder norteamericano
se afirmaría en el mundo, se lesionaría la política
exterior de muchos países, los latinoamericanos entre ellos, y se
debilitaría la opción político diplomática
que es la que se busca privilegiar como garantía de paz y de entendimiento
entre los países de la comunidad internacional.
Las acciones destructivas llevadas a cabo por las fuerzas norteamericanas
e inglesas en Irak, son una clara demostración de cómo se
afecta el sistema internacional de seguridad cuando se violentan los procedimientos
diplomáticos establecidos en la Carta de la ONU y en las resoluciones
del Consejo de Seguridad.