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Parque Nacional Cerros de Amotape

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      El Parque Nacional Cerros de Amotape, forma parte de La Reserva de Biosfera del Noroeste, reconocida por unesco desde 1977, está ubicada en los departamentos de Tumbes y Piura. La Reserva de Biosfera del Noroeste está constituida por el Parque Nacional Cerros de Amotape, el Coto de Caza El Angolo y el Bosque Nacional de Tumbes, cubre una extensión de 231 402 Ha, siendo su "zona nuclear" el Parque Nacional Cerros de Amotape, de 91 300 Ha, cuyo hábitat es conocido como el de los "bosques secos del norte".

         Los bosques húmedos, como los de Cerros de Amotape, prácticamente han desaparecido en la vertiente occidental de los Andes. Ellos constituyen el último refugio para una gran diversidad de especies de flora y fauna.

La Reserva de Biosfera del Noroeste comprende territorios de dos ecorregiones únicas en el país y en el mundo: el bosque seco ecuatorial y el bosque tropical del Pacífico. La vegetación está constituida principalmente por algarrobales, característicos del norte peruano.

En los bosques secos también existen especies de importancia económica como el hualtaco, el guayacán, el palosanto y otras. El árbol más característico es la ceiba o palo borracho, cuyo tronco, barrigudo, es de color verde intenso. También son notables varias formas silvestres de plantas ornamentales, como el papelillo o buganvilla.

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La campanilla (Ipomoea sp.) posee sustancias tóxicas y alucinógenas.

Pala borracho.jpg (14018 bytes) La majestuosa  ceiba o palo borracho simboliza la fuerza de la naturaleza para desarrollar vida en un medio hostil.

    El bosque tropical del Pacífico es denso, con especies de árboles como el cedro, el cetico y el higuerón. Durante la época de lluvias (diciembre a marzo) el bosque reverdece y se asemeja a los bosques amazónicos. Durante la época de sequía, los árboles pierden sus hojas y el panorama es de un aspecto gris, a excepción de los algarrobales que permanecen verdes.

La fauna de la Reserva es notable por su gran diversidad y por la presencia de especies raras y en peligro de extinción. Entre los mamíferos destacan la ardilla de nuca blanca, el jaguar, el puma, el gato silvestre, el oso hormiguero mediano o shihui, el armadillo de nueve bandas y el venado gris. En las aguas se observa raras veces a la nutria o lobito de río del noroeste, una de las especies casi extintas de la fauna peruana. En el Bosque Nacional de Tumbes existen dos especies de monos: el coto negro o aullador de la costa del Pacífico y el machín blanco. Es el único lugar de la costa peruana donde habitan monos y ardillas.

Las aves están representadas por numerosas especies, 57 de ellas nativas: el perico esmeralda, la chiroca, el peche, el cóndor andino, el buitre real y variedades de palomas y picaflores. En el pasado existía la pava de ala blanca, una de las especies más raras del Perú. Posiblemente todavía exista una reducida población de ésta en las zonas más remotas de la Reserva.

Entre los. reptiles cabe destacar a la boa, la macanche (serpiente venenosa), la iguana y el pacaso. En los lugares más recónditos del río Tumbes queda una pequeña población del cocodrilo americano, especie casi extinta en el Perú.

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El cocodrilo de Tumbes (Crocodylus acutus)

 

El venado gris o cola blanca, tímido y hermoso, se muestra ocasionalmente al observador atento. Una iguana o pacaso se asolea en el algarrobal.

 

    Al dirigirnos al Parque Nacional Cerros de Amotape, el "bosque seco ecuatorial" norteño está constituido de muchas de las especies de la flora amazónica que parecen haber desbordado la selva de los Andes orientales. Pero también tiene vegetación propia. La cadena de Amotape es una formación geológica muy antigua, y su fauna y flora constituyen una interesante amalgama de especies originales con otras que han "migrado" hacia ella. A medida que nos acercamos al ámbito del Parque, el paisaje deja de ser irremediablemente seco y gris. El verdor de los árboles es cada vez más frecuente. Las plantas aéreas cuelgan cual barbas o cubre de pompones orcuros las ramas. Las orquídeas también aumentan, muchas de ellas en flor. La sensación de tesoros escondidos crece junto a los cerros.

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En el Parque Nacional Cerros de Amotape, el verdor del bosque, su exuberante vegetación y las planta aéreas que lo caracterizan, confieren al paisaje un aspecto sorprendente y espectacular.

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