La Cena del Señor

 

 

            I.Corintios 14.40.

Es este un acto de culto de gran solemnidad y de profunda meditación. La iglesia del Señor se reunía "para partir el pan" siendo este propósito primordial del culto dominical es absolutamente necesario prestarle toda la atención y participar de ello con toda reverencia.

 Muchas veces podemos caer en el gran error de restarle importancia y hacerlo "a la carrera". A veces hasta sin una lectura bíblica, ni explicación, ni exhortación a participar dignamente.

 A veces se coloca al principio del culto, al medio o al final. No es esencial un orden determinado, pero si una preparación ; tanto de los que lo administran como de cada uno  de los demás participantes.

 Siempre es necesario entrar en un estado de meditación, auto examen, arrepentimiento, confesión, y consagración. Es por lo tanto un acto de adoración que provee una poderosa edificación en la vida de la iglesia y de cada miembro en particular.

 Participar de la cena del Señor escondiendo el pecado, o con irreverencia es grave. Nos puede conducir a la debilidad, la enfermedad y por último la muerte. I Corintios 11.30.

 Así que es necesario que los que administran la cena del Señor Se preparen con anticipación: buscando la lectura apropiada, tratando la manera de crear un ambiente adecuado al propósito de la cena del Señor.

 Deseo dar a continuación algunas sugerencias que podrían ayudar a mejorar este acto de adoración en nuestras congregaciones.   Siendo sobre todo, el propósito de recordar el sacrificio de Cristo por nuestros pecados; sería bueno leer y meditar episodios de esa maravillosa historia como: La negación de Pedro; La traición de Judas; Los falsos testimonios; El juicio injusto; El malhechor Barrabas liberado en lugar de Cristo; La multitud en contra; Su inocencia; Su silencio; La cruz; Los clavos; Las burlas y bofetadas de los soldados; Los esputos; La corona de espinas; La caña en su mano, El manto escarlata; Todas las horas en la cruz; Vinagre y hiel; Sus últimas palabras; Su soledad; Las tinieblas y el terremoto; la confesión del centurión; Su costado traspasado y muchos más.

 Hay además otras explicaciones que podríamos presentar en ese momento: La necesidad de un auto examen (pruébese cada uno a sí mismo), Para informar a las visitas que solamente los bautizados pueden participar y por qué, El gran amor de Dios, El significado del pan y el jugo de la vid, Ideas erróneas acerca de la cena del Señor, Los propósitos, Comparación con los sacrificios del antiguo pacto, Participando dignamente.

 Hay muchísimo más en la Biblia que nos puede ayudar a resaltar ese grandioso momento. Pero tiene que haber la voluntad en los hermanos de hacerlo de la manera más edificante. ¡Hay que ponerle emoción, hermanos! No importa si se derraman lágrimas sinceras. Todo esto junto con un canto apropiado, el silencio de una congregación adecuada y el Espíritu Santo guiando conducirá a grandes alturas espirituales a la iglesia del Señor. ¡Hagámoslo mejor, hermanos! Para la gloria de Cristo, para la edificación de su cuerpo. Estoy seguro que podemos:

Oración: Por favor Padre celestial, te pido  que estas humildes palabras no  caigan en corazones duros, ni oídos sordos. En el nombre de Jesús. Amén.

 

Por: Teodoro Alpizar.