No Dejando De Congregarnos

 

 

            No dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre” (Hebreos 10:25)

Desde los primeros siglos del cristianismo se evidencia este problema. Hay cristianos que dejan de congregarse o no lo hacen fielmente. Esto ha causado que se deje en muchas ocasiones a un lado la labor de evangelismo para andar detrás de tales miembros rogándoles volver al redil. Ausentarse de los servicios de adoración causa desanimo y aflicción a los demás hermanos, causa dolor a los predicadores, y el crecimiento de la obra del Señor. Causa también debilidad, inestabilidad, inseguridad en aquel miembro que acostumbra faltar y puede llevarlo a un enfriamiento que le produzca la pérdida del alma.

            Lo mas grave es que desagrada a Dios porque se menosprecia cosa tan valiosa como la comunión de hermanos, la conmemoración de la muerte de Cristo, la alabanza al Señor y un montón de bendiciones.

            La única excusa aceptable es el impedimento de una grave enfermedad. Pero aun así hay hermanos que dan el ejemplo y a pesar de su enfermedad se congregan.

            ¿Hasta cuando hermano habrá que esperar para que seas un miembro fiel del cuerpo de Cristo? Hasta cuando tendrás al señor con los brazos extendidos esperándote?

La paciencia de Dios es grande. ¡pero! ¿sabes cuando se acabara y el día del Señor venga como ladrón en la noche?. Haz el esfuerzo, se fiel.

Por: Teodoro Alpizar