Un Asunto De Autoridad

(Mat. 21:23-26)

 

               

Por: Rolando Rovira

           

            Autoridad. El poder propio o conferido para actuar. ¿Cuál es la autoridad a la que apelas por la cual crees que puedes hacer estas cosas?  La pregunta era correcta, aunque la actitud y las intenciones no. Quienes le hicieron esta pregunta a Jesús dieron en el punto clave de cualquier discusión religiosa. La autoridad. « ¿Con qué autoridad lo haces?», « ¿con qué autoridad lo prohibes?» Si los sectarios se preguntaran eso, no habría sectarios, sólo cristianos. Pero hoy a muchos no les importa la fuente de autoridad para lo que hacen o dejan de hacer en la iglesia. No están muy preocupados de que sus prácticas o métodos estén o no “autorizados”. Sencillamente piensan: “si funcionan tiene que ser buenos”, o peor aún, se dicen a sí mismos “la Biblia no lo prohibe en tal y cual versículo”. ¡Que peligrosa actitud! Con esta forma de interpretar la Biblia podríamos introducir en la iglesia todo tipo de ceremonias y actividades sectarias. Por ejemplo, ¿hay alguna parte de la Biblia que prohiba directamente el “quemar incienso” durante el culto como acto de adoración?, ¿hay alguna parte de la Escritura donde se diga que es pecaminoso para el hombre “fumar” o “drogarse”?, ¿hay alguna parte del Nuevo Testamento que diga que está prohibido usar “instrumentos mecánicos de música” en la adoración? La respuesta para estas y muchas otras preguntas similares que podríamos enlistar es “No”. La Biblia no prohibe algunas cosas explícitamente, directamente, en tantas y cuantas palabras. Pero no significa que no están prohibidas, simplemente la Palabra de Dios tiene muchas maneras de mostrarnos el camino correcto y el hombre tiene el deber de ser “racional” cuando la estudia.

 

            ¿Qué es ser racional? Ser racional es llegar solamente a las conclusiones que respalde la evidencia. Todos entendemos esto cuando de las cosas del diario vivir se trata, pero a veces nos “falla” la racionalidad cuando el asunto tiene que ver con el campo espiritual. Sin embargo, ser racional no es una opción para el hombre, es un deber y un deber ordenado por la Biblia. Los judíos de Berea fueron considerados por el Espíritu Santo como “más nobles” que los de Tesalónica (y que muchos de nosotros hoy), pues “escudriñaban la Escritura” (Investigaban por la evidencia adecuada) “para ver si estas cosas eran así” (razonaban lógicamente la evidencia y llegaban solamente a las conclusiones que la evidencia [La Biblia] respaldaba). Nosotros debemos tener la misma actitud si queremos ser la iglesia del Nuevo Testamento en todo cuanto hacemos. Sea en el culto o en el ministerio para infantes, sea en el ministerio juvenil o en el evangelismo. Recuerde: “Hablamos donde la Biblia habla, y callamos donde ella calla” . “Examinadlo todo, retened lo bueno” (1 Tes. 5:21).

 

Pienso que hasta este punto estamos todos de acuerdo, y si somos consecuentes lo estaremos hasta el final de este artículo. Debemos estar unidos en la verdad, aunque la verdad algunas veces esté en nuestra contra. Los sentimientos, los gustos personales y el aumento de números en la lista de miembros no deben ser la guía final cuando tratamos con “las cosas espirituales”.

 

            Dicen los lógicos que uno puede engañar con un libro de 400 páginas de argumentos, pero no cuando uno coloca su creencia en un razonamiento de tres líneas donde nuestra idea queda al desnudo. Por consiguiente, quiero comenzar enunciando en forma lógica las proposiciones que sustentan el contenido de la presente exposición:

   A. Si la Biblia enseña explícita o implícitamente o por medio de un ejemplo de acción aprobado que la única y sola forma autorizada por Dios para cantar es el canto congregacional. Entonces

   B. La Biblia enseña que están prohibidos los solos, duetos, tríos, cuartetos, coros y otros semejantes porque no son “congregacionales”.

 

            Con “Si” (condicional) estoy presentando una proposición hipotética, es decir, una creencia que de ser verdadera, entonces haría verdadera mi conclusión. Con “la Biblia enseña” quiero decir que es doctrina del Nuevo Testamento, y por lo tanto obligatoria para la iglesia en todo tiempo. Con “explícita” quiero decir que se dice directamente, claramente. Con “implícitamente” me refiero a que puede ser deducido necesaria e inevitablemente de lo que la Escritura enseña explícitamente. Con “ejemplo aprobado” indicamos las acciones ejemplares de la iglesia del primer siglo aprobadas por la inspiración de la Biblia y conservadas para que las imitemos hoy. Con “la única y sola forma” señalo que es la forma revelada, mandada por Dios y que no hay otra. Con “canto congregacional” me refiero a la acción de la congregación cantando como un todo, juntos y no un grupo cantando aparte de los demás para que ellos escuchen no más.

 

            Lo primero que hay que hacer para llegar a las conclusiones correctas es obtener la evidencia adecuada. Esta evidencia es léxica (significado de las palabras), es sintáctica (la posición de las palabras en la oración), es contextual (toma en cuenta el material previo y posterior con relación al versículo estudiado), es histórica (autor, destinatarios, motivo de la carta o libro) y es analógica (comparación del texto bajo estudio con otros textos tratando el mismo tema en otras partes de la Biblia). Apliquemos estos principios al punto motivo de este escrito:

 

El pasaje clave para demostrar mi proposición es Colosenses 3:16, el cual en la versión Reina-Valera 1960 se lee así: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”. Hay varias cosas aquí dignas de consideración. El lenguaje utilizado aquí involucra necesariamente una pluralidad de individuos (vosotros, enseñándoos, exhortándoos, unos a otros, vuestros corazones). Con esto quedan descartados los solos o cantos de una sola persona frente a la congregación pero no los coros. No por ahora. Segundo, el término griego heautois, traducido al español como “unos a otros” gramaticalmente señalan una acción recíproca pues son pronombres reflexivos acompañando a ciertos imperativos. El canto, según el Espíritu Santo, debe ser “mutuo”. Todos se cantan o se enseñan y exhortan los unos a los otros. ¿Esto se da cuando un grupo se para frente a la congregación y ellos entonan coros mientras los demás escuchamos? Por favor, le pido que sea racional. No vaya más allá de la evidencia. Sin entrar en más detalle (lo cual haremos) para cualquier individuo esta evidencia es muy clara. Así como “cantar” excluye “tocar” (los instrumentos mecánicos de música están prohibidos), “cántense mutuamente” excluye que un grupo le cante a otro. ¿O no? Si volvemos a la forma proposicional sería dicho así:

   A.        Colosenses 3:16 ordena que cuando alabemos a Dios lo hagamos recíprocamente, mutuamente.

   B.        Los coros y demás formas de cantar no están incluidos en la categoría de acción “recíproca” o “mutua”

   C.        Los coros y demás formas de cantar están prohibidos en la alabanza a Dios.

 

            En cuanto a los instrumentos musicales observe la misma forma de razonamiento:

   A.        Colosenses 3:16 ordena que cuando alabemos a Dios lo hagamos cantando, es decir, que usemos música vocal.

   B.        Un instrumento de música no produce música vocal sino música de otra naturaleza, a saber, instrumental.

   C.        Los instrumentos de música están prohibidos en la alabanza a Dios.

 

            Ahora bien, ¿son tan pecaminosos los coros que no pueden ser usados de ninguna forma y de ninguna manera? Ciertamente no. Toda posición extrema es mala y hay cosas que ubicadas en su contexto pueden servirnos de mucho. Pablo y Silas cantaron y “los presos les oían”, ellos no se callaron sólo porque los inconversos les escuchaban y no les seguían. Esto indica que podemos usar los coros como un medio de enseñanza (ya que el canto lo es) cuando estamos evangelizando. La música a veces conmueve de una manera que las palabras meramente pronunciadas no lo hacen y no debemos desaprovechar ese recurso. Esto se llama “evidencia analógica”, comparamos Colosenses 3:16 con otros textos para no tomar posiciones radicales que la evidencia no apoye.

 

            Otra pregunta que cabe muy bien aquí es, ¿entonces están prohibidos los coros cada vez que estemos los cristianos reunidos? No absolutamente. Aclaro, un grupo coral es uno que ha practicado coros nuevos (generalmente) o los coros de siempre pero de una manera más organizada y eficaz. Hay un mandamiento bíblico de cantar pero para poder cantar tenemos que saber coros y para saber coros debemos ser enseñados, y ¿quién mejor que quienes se dedican a cantar organizadamente? Entonces, si un grupo de jóvenes canta con el fin de que la congregación les escuche primero y luego se una a ellos para hacerlo de una forma “mutua” y “recíproca” entonces no veo problema en ello pues sería un método de enseñanza y no una “presentación cultural con material cristiano”. Sin embargo, no sería necesario colocarlos enfrente (aunque no digo que sea pecado) pues podrían sentarse todos juntos en un lugar clave, propicio para que la iglesia se familiarice con el nuevo coro o la mejor manera de cantar. Es mi súplica al Señor que siempre enseñemos y practiquemos sólo lo que Él ha autorizado. Recuerde en religión o las cosas son “de los hombres” o son “del cielo”. Así lo veía JESÚS. ¿Dónde estamos nosotros? Que el Señor nos guíe a siempre respetar SU voluntad.

 

Quizá usted tenga otras preguntas, comentarios o aportes con respecto a este tema. Por favor tenga el amor y la confianza de contactar al autor: rolandorovira@hotmail.com o rovirarolando@yahoo.es o al teléfono (507) 660-7396. El material presentado aquí es responsabilidad de quien lo escribió.