Un Asunto De Autoridad
Por: Rolando Rovira
Autoridad. El poder propio o conferido para
actuar. ¿Cuál es la autoridad a la que apelas por la cual crees que puedes
hacer estas cosas? La pregunta era
correcta, aunque la actitud y las intenciones no. Quienes le hicieron esta
pregunta a Jesús dieron en el punto clave de cualquier discusión religiosa. La
autoridad. « ¿Con qué autoridad lo haces?», « ¿con qué autoridad lo prohibes?»
Si los sectarios se preguntaran eso, no habría sectarios, sólo cristianos. Pero
hoy a muchos no les importa la fuente de autoridad para lo que hacen o dejan de
hacer en la iglesia. No están muy preocupados de que sus prácticas o métodos
estén o no “autorizados”. Sencillamente piensan: “si funcionan tiene que ser
buenos”, o peor aún, se dicen a sí mismos “la Biblia no lo prohibe en tal y
cual versículo”. ¡Que peligrosa actitud! Con esta forma de interpretar la
Biblia podríamos introducir en la iglesia todo tipo de ceremonias y actividades
sectarias. Por ejemplo, ¿hay alguna parte de la Biblia que prohiba directamente
el “quemar incienso” durante el culto como acto de adoración?, ¿hay alguna
parte de la Escritura donde se diga que es pecaminoso para el hombre “fumar” o
“drogarse”?, ¿hay alguna parte del Nuevo Testamento que diga que está prohibido
usar “instrumentos mecánicos de música” en la adoración? La respuesta para
estas y muchas otras preguntas similares que podríamos enlistar es “No”. La
Biblia no prohibe algunas cosas explícitamente, directamente, en tantas y
cuantas palabras. Pero no significa que no están prohibidas, simplemente la
Palabra de Dios tiene muchas maneras de mostrarnos el camino correcto y el
hombre tiene el deber de ser “racional” cuando la estudia.
¿Qué es ser racional? Ser
racional es llegar solamente a las conclusiones que respalde la evidencia.
Todos entendemos esto cuando de las cosas del diario vivir se trata, pero a veces
nos “falla” la racionalidad cuando el asunto tiene que ver con el campo
espiritual. Sin embargo, ser racional no es una opción para el hombre, es un
deber y un deber ordenado por la Biblia. Los judíos de Berea fueron
considerados por el Espíritu Santo como “más nobles” que los de Tesalónica (y
que muchos de nosotros hoy), pues “escudriñaban la Escritura” (Investigaban por
la evidencia adecuada) “para ver si estas cosas eran así” (razonaban lógicamente
la evidencia y llegaban solamente a las conclusiones que la evidencia [La
Biblia] respaldaba). Nosotros debemos tener la misma actitud si queremos ser la
iglesia del Nuevo Testamento en todo cuanto hacemos. Sea en el culto o en el
ministerio para infantes, sea en el ministerio juvenil o en el evangelismo.
Recuerde: “Hablamos donde la Biblia habla, y callamos donde ella calla” .
“Examinadlo todo, retened lo bueno” (1 Tes. 5:21).
Pienso que hasta este punto estamos todos de acuerdo, y si somos
consecuentes lo estaremos hasta el final de este artículo. Debemos estar unidos
en la verdad, aunque la verdad algunas veces esté en nuestra contra. Los
sentimientos, los gustos personales y el aumento de números en la lista de
miembros no deben ser la guía final cuando tratamos con “las cosas
espirituales”.
Dicen los lógicos que
uno puede engañar con un libro de 400 páginas de argumentos, pero no cuando uno
coloca su creencia en un razonamiento de tres líneas donde nuestra idea queda
al desnudo. Por consiguiente, quiero comenzar enunciando en forma lógica las
proposiciones que sustentan el contenido de la presente exposición:
Con “Si” (condicional)
estoy presentando una proposición hipotética, es decir, una creencia que de ser
verdadera, entonces haría verdadera mi conclusión. Con “la Biblia enseña”
quiero decir que es doctrina del Nuevo Testamento, y por lo tanto obligatoria
para la iglesia en todo tiempo. Con “explícita” quiero decir que se dice
directamente, claramente. Con “implícitamente” me refiero a que puede ser
deducido necesaria e inevitablemente de lo que la Escritura enseña
explícitamente. Con “ejemplo aprobado” indicamos las acciones ejemplares de la
iglesia del primer siglo aprobadas por la inspiración de la Biblia y conservadas
para que las imitemos hoy. Con “la única y sola forma” señalo que es la forma
revelada, mandada por Dios y que no hay otra. Con “canto congregacional” me
refiero a la acción de la congregación cantando como un todo, juntos y no un
grupo cantando aparte de los demás para que ellos escuchen no más.
Lo primero que hay que
hacer para llegar a las conclusiones correctas es obtener la evidencia
adecuada. Esta evidencia es léxica (significado de las palabras), es sintáctica
(la posición de las palabras en la oración), es contextual (toma en cuenta el
material previo y posterior con relación al versículo estudiado), es histórica
(autor, destinatarios, motivo de la carta o libro) y es analógica (comparación
del texto bajo estudio con otros textos tratando el mismo tema en otras partes
de la Biblia). Apliquemos estos principios al punto motivo de este escrito:
El pasaje clave para demostrar mi proposición es Colosenses 3:16, el
cual en la versión Reina-Valera 1960 se lee así: “La palabra de Cristo more
en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda
sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales”. Hay varias cosas aquí dignas de
consideración. El lenguaje utilizado aquí involucra necesariamente una
pluralidad de individuos (vosotros, enseñándoos, exhortándoos, unos a otros,
vuestros corazones). Con esto quedan descartados los solos o cantos de una sola
persona frente a la congregación pero no los coros. No por ahora. Segundo, el término
griego heautois, traducido al español como “unos a otros”
gramaticalmente señalan una acción recíproca pues son pronombres reflexivos
acompañando a ciertos imperativos. El canto, según el Espíritu Santo, debe ser
“mutuo”. Todos se cantan o se enseñan y exhortan los unos a los otros. ¿Esto se
da cuando un grupo se para frente a la congregación y ellos entonan coros
mientras los demás escuchamos? Por favor, le pido que sea racional. No vaya más
allá de la evidencia. Sin entrar en más detalle (lo cual haremos) para
cualquier individuo esta evidencia es muy clara. Así como “cantar” excluye
“tocar” (los instrumentos mecánicos de música están prohibidos), “cántense
mutuamente” excluye que un grupo le cante a otro. ¿O no? Si volvemos a la forma
proposicional sería dicho así:
En cuanto a los
instrumentos musicales observe la misma forma de razonamiento:
Ahora bien, ¿son tan
pecaminosos los coros que no pueden ser usados de ninguna forma y de ninguna
manera? Ciertamente no. Toda posición extrema es mala y hay cosas que ubicadas
en su contexto pueden servirnos de mucho. Pablo y Silas cantaron y “los presos
les oían”, ellos no se callaron sólo porque los inconversos les escuchaban y no
les seguían. Esto indica que podemos usar los coros como un medio de enseñanza
(ya que el canto lo es) cuando estamos evangelizando. La música a veces
conmueve de una manera que las palabras meramente pronunciadas no lo hacen y no
debemos desaprovechar ese recurso. Esto se llama “evidencia analógica”,
comparamos Colosenses 3:16 con otros textos para no tomar posiciones radicales
que la evidencia no apoye.
Otra pregunta que cabe muy bien aquí
es, ¿entonces están prohibidos los coros cada vez que estemos los cristianos reunidos?
No absolutamente. Aclaro, un grupo coral es uno que ha practicado coros nuevos
(generalmente) o los coros de siempre pero de una manera más organizada y
eficaz. Hay un mandamiento bíblico de cantar pero para poder cantar tenemos que
saber coros y para saber coros debemos ser enseñados, y ¿quién mejor que
quienes se dedican a cantar organizadamente? Entonces, si un grupo de jóvenes
canta con el fin de que la congregación les escuche primero y luego se una a
ellos para hacerlo de una forma “mutua” y “recíproca” entonces no veo problema
en ello pues sería un método de enseñanza y no una “presentación cultural con
material cristiano”. Sin embargo, no sería necesario colocarlos enfrente
(aunque no digo que sea pecado) pues podrían sentarse todos juntos en un lugar
clave, propicio para que la iglesia se familiarice con el nuevo coro o la mejor
manera de cantar. Es mi súplica al Señor que siempre enseñemos y practiquemos
sólo lo que Él ha autorizado. Recuerde en religión o las cosas son “de los
hombres” o son “del cielo”. Así lo veía JESÚS. ¿Dónde estamos nosotros? Que el
Señor nos guíe a siempre respetar SU voluntad.
Quizá usted tenga otras preguntas, comentarios o aportes con
respecto a este tema. Por favor tenga el amor y la confianza de contactar al
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