autor : EDGARDO BARREIRO

LA  AMANECIDA...



Amanecí cantando
esta mañana
con una música
que llega al corazón,
por una noche
dormido entre tus brazos,
jugando si se puede
jugar en el amor...

Amanecí cantando
esta mañana
y entonces despertóme
la música de un son,
y fue la noche
tan larga y tan hermosa,
que a sangre fría
partióme el corazón...

Amanecí rasgando
las sábanas del tiempo
como en una guitarra
que tiene dulce voz,
y entonces ella dijo,
la música es muy bella
pero le falta
un poco más de amor...

Amanecí cantando 
esta mañana
tocando una guitarra
hasta llegar el sol.
La noche me ha dejado
la musa de tu alma
y el nuevo día,
tal vez me acerque a Dios...


Cristo Nochero...



Si la noche y el Cristo se ríe,
qué divina será la pobreza,
qué divina será tu belleza,
si la noche y el Cristo se ríe.

Qué divina será la pobreza
si la noche y el Cristo se ríe,
y si el Cristo, si el Cristo se llora,
no habrá cielo con luz,
no habrá aurora...

Y si el Cristo, si el Cristo se llora,
no habrá nadie que diga esa hora,
no habrá cielo con luz,
no habrá aurora,
ni muchacha que el aire enamora,
ni guitarra sonando
en la alcoba...

Si la noche y el Cristo se ríe,
qué divina será tu belleza,
qué divina será la pobreza,
si la noche y el Cristo se ríe.

Qué divino será el arco iris
si la noche y el Cristo se ríe.
Qué divinas serán esas noches
y esas tardes de luz inundadas...

Y esas noches mojadas de sueños
y de amores que nunca se cansan,
de buscarse y buscarse las bocas,
y guitarras sonando en la alcoba...

...si la noche y el Cristo se ríe...


ACONTECER DE UN DIA VIEJO...



Déjame comer de esa manzana
que llevas allí entre tus senos,
grávida y extraña cual mañana
que busca parir un día bello...

Déjame comer una mañana,
déjame beber en tus espejos;
que la fruta vale si es temprana,
si mi alma se llena de deseos...

Déjame comer de esa manzana
que este mundo es cruel y no lo quiero,
voy a beber sol de tu ventana,
voy a compartir tu tiempo nuevo...

Déjame soñar una mañana,
déjame beber de tus cabellos
que mi vida huye por semanas,
no me queda más que un día viejo...

Déjame comer de esa manzana,
porque el mundo es hoy y te deseo,
no me queda más que tu ventana
para ver volar el tiempo eterno...


 

Copyright ©  2003 Edgardo Barreiro
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

13