ASEDIO DE TINIEBLAS
Están ahí,
cualquiera los podrá reconocer
por la mirada,
podemos verles
todas las mañanas
con un insomnio secular en las pupilas.
Están ahí,
se reconocen fácilmente por
la tos
esputal de sus pulmones,
por la sonrisa amarga
por su idioma brutal y verdadero
cuando adjetivan la muerte o la
injusticia.
Están ahí,
junto a sus mujeres montoneras
al acecho del pan,
y acechados a su vez por los demonios,
por los que piensan
que el morir certero
es oficio intransferible de mineros.
Están ahí,
firmes en la soledad
manejándose solos,
rodeados de tinieblas
con un sentido taumaturgo de la
vida
y del futuro
se aferran a sus armas duramente,
duramente también señalan
que se han puesto a los hombros
como duros callapos sus rehenes
extranjeros.
No les tiemblan las manos
cualquiera los podrá reconocer
por la mirada:
Los rodea un brutal horizonte
de canes aulladores
con insignias de Patria en los pretines.
|