El
Guardián
El momento había llegado, a pesar de la altura que me separaba de la calle
en ese quinto piso, ya podía oír las sirenas de los patrulleros acercándose a
mi departamento. Lo buscan y no sé por qué, pero está parado frente a mí y
pienso averiguarlo.
"Así que después de todo, era cierto... existís... "
le dije, mientras nos apuntábamos mutuamente con un revólver.
"Si hubieras escuchado a
todos los que hablaron de mi te hubieras ahorrado los problemas que tenes
ahora... aunque la verdad que te los mereces, yo sólo hice lo que vos no te
animabas a hacer."
Esas palabras me hicieron recordar... cosas que desde chico
había tratado de olvidar. Era cierto, siempre hizo por mi todo lo que yo no
había tenido el valor de hacer. Aunque estaba ahí, nunca noté su presencia,
nunca noté lo que hacia, pero debí sospechar cuando estando en la primaria
después de ver lo que le paso a ese chico... solía molestarme día tras día,
pero dejó de hacerlo y comenzó a temerme, desde un día en que apareció
con su brazo derecho fracturado. Varias veces pregunté a mis amigos sobre lo le
había sucedido, pero sólo obtenía por respuesta una mirada desconcertada, y
al poco tiempo ellos también comenzaron a temerme. Nunca supe por qué...
bueno, hasta hoy.
"Sé en lo que estas pensando"
dijo, "en ese chico de la escuela ¿no? Si,
fui yo. Lo busqué en la calle y lo golpeé por más que sus amigos intentaron
defenderlo. Le dije que si volvía a molestarte, iba a terminar peor. Funcionó
¿no? No sólo no volvió a molestarte sino que además te respetaban"
"¡No es cierto!" grité "¡No me respetaban, me
tenían miedo! ¡Perdí a mis amigos por tu culpa!" Todo eso
que había olvidado volvió como un golpe en mi cabeza... no había sido la
ultima vez que hacía algo así. Estoy seguro de eso, mi familia me miraba
distinto, hasta llegaron a "sugerirme" que visite a un psicólogo. Al
principio les hice caso, pero al ver que no hacia ningún progreso, lo abandoné
al poco tiempo. Después vino lo del accidente... Estoy seguro de que él tuvo
algo que ver.
El profesor al que mis compañeros y yo siempre temimos y odiamos, dejó
la escuela repentinamente luego de tropezar y caer por las escaleras de su
casa... al menos eso fue lo que él dijo que pasó al salir del hospital
recuperado de las importante contusiones que recibió, que llegaron a provocarle
la fractura de algunas costillas y una hemorragia interna. Sólo volvió a pisar
la escuela para un acto de despedida que organizaron los directivos y se
mostraba muy impaciente por irse de allí cuanto antes. Creo que no volvió a
enseñar y se jubiló al poco tiempo.
"¿Vos lo empujaste?" pregunté, con la mirada fija
en sus ojos. "¿A quien?" respondió
con una sonrisa que me estremeció. "¡AH! Tu
profesor ¿no? No, no lo empujé... lo de la escalera fue un chamuyo que
inventó él. Esa noche ni siquiera pudo entrar en su casa, ¿cómo iba a caerse
por la escalera?" y soltó una carcajada. "Entonces
vos lo golpeaste... ¿Por qué habría de mentir? ¿Por que no mandarte preso?"
estaba desconcertado... a este tipo parado en frente mío parecía no
importarle nada, nunca vi a nadie con la sangre tan fría. ¡Es tan distinto a
mi! "Es que el flaco ese quería demasiado
a su familia como para contar la verdad..."
Yo cada vez entendía menos pero él seguía sonriendo "¿Acaso
no querías eso? Yo te escuché decirle a un amigo que te gustaría que se vaya
del colegio ¿O acaso me equivoco?" "¿¡QUE?!
¿¡Estas diciendo que yo te lo pedí?! ¡Estas loco hermano, loco! Pude haber
dicho eso, ¡pero nunca te pediría que hagas algo así!" estaba
empezando a desesperarme, pero él seguía igual de calmo y frío.
Otro recuerdo mas reciente asaltó mi mente. Estando en un bar con mi
novia un tipo bastante borracho quiso tocarla y como se resistió, él le dio un
cachetazo. Ella se quedó mirándome, como pidiéndome que le diga algo, pero el
miedo me tenía paralizado y no hice nada. El tipo y sus amigos se alejaron
riéndose. Un rato mas tarde, mientras caminábamos hasta la parada del
colectivo, dos policías me pidieron los documentos. Al preguntar que había
pasado se rieron y uno de ellos dijo: "¿Ah? No sabes nada Que raro
¿no?, porque apareció un pibe apuñalado por la espalda en el baño con la
billetera intacta y aunque no hay testigos de eso, si hay varios que dijeron que
él vino a provocarte... Mucha casualidad ¿no?" y cambiando el tono
dijo: "Parate contra la pared, pibe. Vas a pasar un tiempito en la
comisaría hasta que averigüemos que pasó. Si sos inocente, rezá porque se
recupere el otro pibe y diga quien fué"
Contrariamente a lo que esperaba, no fue una noche, ni dos. Hasta que
el juez decidió que no había pruebas suficientes para acusarme. El pibe nunca
vio al atacante y el cuchillo estaba tirado en el inodoro, por lo que no
quedaron huellas ni nada que me incrimine. Odié al culpable por hacerme comer
esos seis meses en la cárcel. Podría haber salido antes, pero el psicólogo
dijo que tenía una personalidad agresiva y que era muy probable que fuera el
culpable ¡Justo yo, que nunca le grité a nadie, que nunca maté una hormiga!
"La hiciste bien en el bar, nadie te vio"
le dije con rencor. "Es cierto, lindo
trabajo... Pero si no hubieras sido tan cagón y le hubieses puesto los puntos,
todo lo demás nunca hubiera pasado... ¿ves? no podes echarme la culpa,
¡porque es toda tuya! Pero así y todo me encargué de que no te pase nada en
la tumba ¿te creés que todos la pasan tan tranquilos ahí adentro? ¡Que
ingenuo!" Era cierto... con sólo unos pocos días ahí
adentro todos me respetaban. "¿Cómo hiciste?"
"Es un secreto" y rió con fuerza
"¿Te acordas que le pasó a un tipo al que le
decían El Negro?" "Sí. Era el capo del
pabellón ¿no?" "Buena
memoria. Tenía perpetua por asaltos y homicidio... parece que no aguantaba mas
ahí adentro y se ahorcó en la celda" su sonrisa diabólica me
puso la piel de gallina. "Eso fue a los pocos
días que llegaste vos... ¿Como querías que no te respeten?" "¡¡BASTA!!
¡No te aguanto mas! ¿Por qué mierda haces todo esto?" me
sentía a punto de explotar, nunca conocí a nadie que me ponga tan nervioso. "Vos
me pedís que lo haga. Porque no tenes los huevos para hacerlo vos mismo! Toda
la vida fuiste un cagón y un boludo, te pegaban en la escuela, te cagan tus
novias, tus jefes te explotan..." por primera vez le tembló la
voz, sabia que había dicho algo que yo no debía saber. "¡¿QUÉ?!
¿Qué decís? ¿Qué novia me cagó? ¡Hablá, carajo!"
"La de ahora gil... ¿de donde te crees que
vengo? ¿por que otra razón tenés el edificio rodeado por toda la
Federal?" su voz volvió a ser tan
tranquila como siempre "Anoche la vi con otro
tipo en una plaza, demasiado cariñosos..."
yo sentí que todo me daba vueltas. Me sentía el imbécil mas grande del mundo,
me lo habían dicho todos mis amigos, pero ella me decía de que no era cierto
¡Y yo le creía! "Entonces los
seguí hasta la casa de ella" siguió hablando "entonces
abrí la puerta de una patada y ahí mismo lo boletié, le puse todo el cargador
en el pecho... Volví a cargar el arma para matarla también a ella que no
paraba de gritar, pero no lo hice... sabía que siendo tan boludo la ibas a
perdonar, asi que me fui corriendo." "¿Por
eso te siguen? Ella te buchoneó con la yuta?" pregunté, "Lo
hiciste con el mismo arma con la que me estas apuntando ¿no?" y
ambos bajamos nuestras armas.
"Si, fue con esta... Pero ella no me
buchoneó a mi, porque no me conoce. Ella buchoneó a la parte de mi que conoce,
la parte que se ve, que todos ven... Te buchoneó a vos."
Aquí estoy, parado frente al espejo de mi cuarto, hablándole,
hablándome, sin saber que hacer. Por mas que me salve de la tumba, este
tipo iba a seguir arruinándome la vida. Y lo peor es que no puedo matarlo,
porque es parte de mi. Entonces mi mente se iluminó. Por primera vez en mi vida
tuve el valor para tomar una decisión de la que no podría volver atrás, y sin
oír sus gritos desesperados por convencerme de no hacerlo, salté por la
ventana.
FIN
matias
ariel seoane
PD: Basta, Chmi. No pienso ponerme ese chaleco ni tomar esos remedios... No
voy a hacerlo,
¿ entendiste o te lo vuelvo a explicar ?
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