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    No se gasten en acusarme de ladrón, desde ahora aviso y admito que esto es una recopilación de chistes casi tan negros como viejos. No podría citar la fuente exacta de cada uno, porque no pertenecen a nadie en particular. Además fueron adaptados para entrelazarse en el hilo de la historia.

 Querido Diario

Lunes 1 de Marzo

   Querido Diario:

  Ayer fue un día que voy a recordar por mucho tiempo. Primero, porque cumplí doce años y segundo porque por fin me animé a decirle a papá que quiero tener ropa propia para poder dejar de usar la heredada de mi hermana mayor. Les expliqué que ya soy grande y que a pesar de que reconozco que jugar al fútbol con pollera es bastante fresco, los tacos de los zapatos se me hunden en el barro y ya tuve varios esguinces en los tobillos. Además todos en la escuela me cargan siempre. Bueno, todos menos el profe de gimnasia, que siempre me regala caramelos y me recibe con un fuerte abrazo por la espalda.
  La verdad que papá se lo tomó mucho mejor de lo que esperaba. El doctor dijo que vuelva la semana siguiente para que me saque los puntos del hombro, pero que es posible que me quede una cicatriz porque tuvieron que abrir un poco para sacar un pedacito de cuchillo que se me rompió adentro.
 
Yo creo que papá va a terminar aceptando, sobretodo porque cuando volví a casa a la noche no me siguió cortando. Sólo enrolló una servilleta y me pegó con eso en la cara. Que lástima que no se dio cuenta de que adentro de la servilleta le había quedado un tenedor.
 
Algún día espero lograr que me quiera como a mis hermanos. Desde chiquito me discriminó por no ser rubio como mamá, él y mis hermanos, pero no sé como hacer para explicarle que no tiene nada de malo que halla salido morocho y de pelo enruladito. Mamá me explicó que salí así porque cuando Dios me estaba haciendo se distrajo con otros nenes y me dejó un rato de mas en el horno.

 

Martes 2 de Marzo

  Querido Diario:

 Hoy fue el segundo día de clases. La maestra que nos tocó este año no le hizo caso a papá que le dijo que me pusiera una silla en el pasillo y me dejó sentarme con los demás chicos. ¡Estoy muy feliz porque dijo que me va a dejar compartir el banco con uno de ellos! El problema es que ya todos tenían un compañero. El único que quedaba estuvo toda la mañana parado, apoyándose en la pared para escribir. Yo creo que debe tener algún problema y el doctor le habrá dicho que no se puede sentar por algunos días. Como esa vez que me quedé a dormir en la casa del tío Martín y jugamos a los indios. Yo me senté en sus piernas y el las movía como si fuera a caballo, pero después me dijo que los indios andaban sin ropa así que tenía que sacarme la mía. Ahora ya sé por qué en las películas cuando se bajan del caballo andan con las piernas abiertas, porque yo no pude sentarme por tres días. Yo espero que se le pase pronto así se puede sentar conmigo y hasta capaz que nos hacemos amigos.

   

Jueves 4 de Marzo

  Querido Diario :

 Ayer Andrés tampoco se sentó conmigo y esta mañana, cuando lo trajeron, el papá se fue a hablar con la directora y después la directora la llamó a la maestra a su oficina. Yo creí que era para contarle lo que le había pedido el doctor, pero cuando entramos al aula nos dimos cuenta de que habían traído una mesa nueva y la seño le dijo a Andrés que se sentara ahí. Yo me puse un poco triste, pero no dije nada. Además, para que entrara esa mesa, tuvieron que correr un poco la mía. Ahora me siento en el fondo, al lado de la jaula del hámster. No sé para que trajeron otra mesa porque entre mi lugar y los otros chicos hay una fila de asientos vacíos. ¡Cómo desperdician!

 Después del recreo pasó la directora por el aula a visitar y le dijo algo a la seño, que le mostró donde estaba sentado Andrés. La directora quiso saber donde estaba el bicho y la seño le señaló para el fondo. ¡Que mala memoria tiene la directora! Si fue ella la que nos dijo que pongamos en ese lugar al hámster...

 

Viernes 5 de Marzo

  Querido Diario:

 Hoy, mientras comía lo que habían dejado mis hermanos en el almuerzo, le conté a mamá como desperdician mesas en mi escuela. Papá se puso a reír y se atragantó con el alfajor que estaba comiendo, pero mamá se fue corriendo a encerrarse en el cuarto y la escuché llorando. Yo creo que le da pena que a los maestros les paguen tan poco y que desperdicien plata en mesas que no hacen falta. Le quise preguntar a papá, pero justo estaba viendo el partido y no se dio cuenta de que estaba ahí. Si me hubiera visto seguro hubiera tirado el diario para otro lado así no me pegaba en la cabeza.

  Me estaba yendo a mi cuarto cuando pasé por la puerta del baño justo cuando mi hermana Ale estaba festejando porque se ganó un premio en un concurso. Ella es egoísta y seguro no me va a querer decir nada para no compartirlo, pero yo vi que tenía un cartoncito en la mano y después la escuché hablar con una amiga en el cuarto. Las dos festejaban porque le había tocado con una sola rayita y no con dos. Mañana le voy a preguntar a mamá si sabe que concurso era ese, así yo también juego. Si deja de llorar, claro.

 

Sábado 6 de Marzo

  Querido Diario:

 Como mamá estuvo ocupada, le fui a preguntar a Ale sobre el concurso. Se ve que ya me está queriendo un poco mas, porque enseguida empezó a tratarme bien en vez de cerrarme la puerta en la cara como hace siempre. Igual me parece que está algo enferma porque se puso toda blanca mientras le contaba lo que había escuchado y se cayó en la cama. Pero se recuperó al ratito y me regaló muchos caramelos. Me contó que el cartoncito que yo había visto le había salido en un paquete de galletitas, pero que después se enteró de que había terminado la promoción. Me pidió que no le dijera nada ni a mamá ni a papá porque sino la iban a retar por andar comiendo galletitas muy viejas. Como hoy me trató muy bien, yo le prometí que no se lo iba a contar a nadie. Ahora entiendo por qué se sentía mal, fue por haber comido esas galletitas viejas. Espero que se recupere del todo, porque la otra semana es su fiesta de quince y no me gustaría que se la pierda por estar enferma de la panza justo ahora que no estamos empezando a llevar bien.

 

Lunes 8 de Marzo

  Querido Diario:

 Hoy mamá me llevó al veterinario para que me revisara la herida del otro día. Mientras esperaba a que me tocara a mi, quise acariciar a un perrito negro que estaba ahí. Este perrito no hizo como los demás, que se ponen a correr hasta que la correa les corta el aire y se desmayan. Esta vez el perrito, que tenía la cola y las orejas vendadas, me mordió la mano. El doctor se puso a gritar como loco y vino corriendo con el botiquín en la mano. Después de varias inyecciones y algodones con alcohol, el doctor le dijo a la dueña del perrito que se quedara tranquila porque su mascota iba a sobrevivir, pero igual ella le gritó a mi mamá y al veterinario que los iba a querellar. Mamá se alegró de que yo no halla perdido ninguno de mis deditos, así que me dejó quedarme con la bolsita donde el doctor los puso después de que se los saqué de la boca al perrito pero no me quiso explicar lo que quería decir “querellar” así que lo voy a tener que buscar en el diccionario. Yo no lo dije nada, pero me parece que al chiquito le falta un pedacito en la punta que no le pude sacar al perrito.

 

Continuará... (a medida que mi vida avance)