LA
DAMA DE LAS PERLAS
Yo
he visto perlas claras de inimitable encanto,
de
esas que no se tocan por temor a romperlas.
Pero
solo en tu cuello pudieron valer tanto
las burbujas de nieve de tu collar de perlas.
Y más,
aquella noche del amor satisfecho,
del
amor que eterniza lo fugaz de las cosas,
cuando
fuiste un camino que comenzó en mi lecho
y el rubor te cubría como un manto de rosas.
Yo
acaricié tus perlas, sin desprender su broche,
y
las vi, como nadie nunca más podrá verlas,
pues
te tuve en mis brazos, al fin, aquella noche
vestida
solamente ¡con tu collar de perlas!
José A.Buesa