CONYUGAL
Matrimonios que cuentan apenas
los días que faltan para el desenlace
en sus ojos el odio se adormece.
Ahora sólo restan las disputas
acerca del dinero
para edificar la nueva celda.
Todo es igual, en todas partes.
En todas las retortas se cuecen habas.
Niños que no quieren llegar a ser hombres:
chantajean con su cariño.
Hombres que se olvidan de ser niños:
se convierten en una nuez amarga y seca.
Atragantada de ira,
la energía del corazón se disipa en silencio.
Los días prosiguen sin cicatriz apenas.
ronda una electricidad estéril
sacudiendo el latigazo de sus réplicas.
De esta mugre no brota ningún verso.
Juan Gustavo Cobo – Colombia