MARISMAS

 

 

¡Cómo el tren que llego,

alborota con hierro, pito y humo,

(¡pito temblón y alegre que ellos ya oirán!),

Los rebaños serenos de mi infancia;

las dulces islas del candor,

en donde, un día puro,

pací las flores y bebí las aguas

de primavera! (...A un lado y otro de la vía,

-mas otro, a la en sombra-,

borreguitos redondos, blancos, leves,

blancos, azules, -¡qué balido

de iris y humo!-, sobre el verde,

por el aroma, entre la luz...)

 

Juan Ramón Jiménez