MADRIGAL

 

 

Tu vientre sabe más que tu cabeza

y tanto como tus muslos

Ésa

es la fuerte gracia negra

de un cuerpo desnudo.

 

Signo de selva el tuyo,

con tus collares rojos,

tus brazaletes de oro curvo,

y ese caimán oscuro

nadando en el Zambeze de tus ojos.

 

De tus manos gotean

las uñas, en un manojo de diez uvas moradas.

Piel,

carne de tronco quemado,

que cuando naufraga en el espejo, ahúma

las algas tímidas del fondo.

 

Nicolás Guillén