AMIGO
I
Amigo,
llévate lo que tu quieras, penetra tu mirada en los rincones, y si así lo
deseas, yo te doy mi alma entera, con sus blancas avenidas y sus canciones.
II
Amigo,
con la tarde haz que se vaya este inútil y viejo deseo de vencer. Bebe en mi cántaro
si tienes sed. Amigo, con la tarde haz que se vaya este deseo mío de que todo
el rosal me pertenezca. Amigo, si tienes hambre come de mi pan.
III
Todo,
mi amigo, lo he hecho para ti. Todo estoque sin mirar verás en mi estancia
desnuda: todo esto que se eleva por los muros derechos-como mi corazón- siempre
buscando altura. Te sonríes, amigo. ¡Que importa! Nadie sabe entregar en las
manos lo que se lleva adentro, pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te lo doy... Menos aquel recuerdo... Que en mi heredad vacía aquel amor
perdido es una rosa blanca que se habré en el silencio...
Pablo
Neruda