EL
HADA AZUL
Racó
Poètic - Publicat al Nº 72 (página 21) del periòdic local "Tossal
Gros" de les Coves de Vinromà
I
Cierto
día el Hada Azul,
quiso
a la tierra bajar
y
se mandó preparar
su
gran carroza de tul.
Diciendo:
"A cada mujer
de
las diversas naciones,
les
voy a dar tantos dones
como
pueda conceder".
Bajó
aquí sin dilación,
tocó
su cuerno amarante
y
acudieron al instante
una
de cada nación.
Llamó
y dijo a la italiana:
Tú
tendrás ardientes ojos...
y
tendrás labios tan rojos
que
parecerán de grana.
Por
tu cutis sonrosado,
dijo
a la inglesa, serás
entre
todas las demás
un
tesoro codiciado.
Por
tus nacarados dientes
le
dijo a la austriaca luego,
verás
quemar en el fuego
de
amor a tus pretendientes.
A
la mujer parisiena
le
dio una distinción,
ingenio,
corrección...
y
hasta corazón también.
Y
así fue haciendo lo mismo
pródiga
con todas ellas,
repartiendo
entre las bellas;
a
una sentimentalismo,
a
otra ingenio, a otra blancura,
a
otra claro entendimiento,
a
esa otra un alma pura...
Así
acabó sus dones,
que
entre todas repartió,
cuando
al terminar salió
de
entre todas las naciones
una
gallarda manola
muy
joven, casi chiquilla,
que
lucía una mantilla
de
rica blonda española,
y
que acercándose al Hada,
ruborosa
dijo así:
Según
veo para mí
no
me habéis dejado nada.
Quedóse
el hada un momento
suspensa
de admiración
y
fijando su atención en ella,
con
acento dijo luego:
¿Tú
qué quieres
que
yo te pueda otorgar?
¿Tienes
algo que envidiar
a
todas estas mujeres?
¿No
tienes el pelo acaso
abundante,
negro, hermoso?
¿No
tienes el porte airoso?
¿No
hay en tu mirada clara,
rayos
de sol que fascina?
¿No
es tu sonrisa divina?
¿No
es bellísima tu cara?
Entonces,
¿qué quieres?, di
si
aún juntando a todas ellas,
resultan
menos bellas que tú.
¿Qué
buscas aquí?
Sin
embargo, dijo el Hada:
yo
no quiero que al marcharte
tengas
porqué lamentarte
de
que no te he dado nada.
Y
mirando a la manola
dijo
alzando más el tono:
¡A
ver, que traigan un trono
a
la mujer española!
Y
en este cuento me fundo
si
es que este cuento no engaña,
para
decir que en España
está
lo mejor del mundo.
II
Las
mujeres españolas
se
distinguen por su cuerpo,
por
su cara tan risueña,
su
talento y su salero.
Una
de estas mujeres,
a
ninguna se la iguala,
porque
entrega cuando ama
todo
el candor de su alma.
Mujeres,
como capullos en flor;
vosotras
sois el orgullo español;
mujeres
morenas de labios coral
que
entregáis la vida
y
el alma al besar...
Mujeres
que lleváis en los ojos
las
luces de un tesoro
del
Cielo Español.
Dedico
esta poesía
en
fechas tan señaladas,
a
estas fiestas Covarchinas,
a
las Reinas y sus Damas.
Rosita Denia - España