El sol comenzaba a declinar en el horizonte cuando Legolas abrió los ojos. Se sintió bien al darse cuenta que a cada lado tenía a un fuerte guerrero, que también dormía. Algunas hojas caídas suavizaban el suelo, y se encontraban cubiertos únicamente por sus capas. Volvió a acomodarse en medio de sus ahora amantes, cerrando los ojos. No deseaba que ese momento terminara.
Aragorn abrió los ojos al sentir movimiento a su lado, observó a Legolas primero. Se veía extrañamente cansado. Luego observó a Boromir, que dormía pacíficamente. Aun le parecía increíble lo que había ocurrido hacía tan solo unas horas.
Observó al cielo, y notó que probablemente ya era la hora de cena. Acarició suavemente el bello rostro de Legolas, no deseaba cambiar ese momento, pero debía.
"Legolas…" Aragorn susurró suavemente.
"Mmh… qué pasa?" Legolas preguntó abriendo los ojos, sin desear realmente hacerlo; y encontrándose con los ojos de su amante.
"Creo que debemos levantarnos." Aragorn dijo besando suavemente la frente del elfo. "Los demás deben estar preguntándose donde estamos."
"Tienes razón." Legolas dijo, lamentando el tener que levantarse. Se volvió hacia Boromir y lo movió suavemente. "Boromir, despierta…"
Al poco rato llegaron a donde el resto de la Comunidad cenaba.
Frodo se sorprendió al verlos llegar. "Hasta que aparecen."
"Ya nos tenían preocupados." Sam agregó.
"Parece que Legolas ya les pegó la costumbre de perderse por horas y horas." Pipin dijo a modo de broma.
"Es cierto." Merry lo apoyó.
Legolas se sintió algo contrariado ante este comentario. Pero entonces Aragorn habló. "No es eso, estábamos discutiendo algunas cosas sobre el rumbo que debemos tomar y el tiempo que llevamos aquí en Lórien."
Boromir sintió que la excusa era creíble, así que permaneció en silencio.
"Ah si? Y qué han decidido?" Gimli preguntó.
"Creo que lo mejor será esperar a que la Dama nos de alguna indicación." Legolas respondió.
"O tienen ustedes otro plan?" Boromir preguntó.
"Me parece una buena idea." Frodo dijo. "Después de todo, necesitamos descansar un poco."
Pasaron unos días mas en Lórien, no habrían sabido decir cuantos; Boromir, Aragorn y Legolas siguieron "desapareciendo" misteriosamente durante algunas horas de estos días.
Pero el día de la partida finalmente llegó. Todos estaban tristes de que probablemente nunca volverían a ver el hermoso Bosque de Oro. Pero así también estaban conscientes del deber que tenían.
Luego de una última despedida, en la que la Dama Galadriel obsequió ropas élficas, balsas y unas que otras cosas a cada miembro de la Comunidad, tomaron el camino que las aguas les mostraron; tratando de aplazar la toma de la decisión sobre el camino a seguir.
Boromir proponía que viajasen hacia Minas Tirith, y desde ahí les sería más fácil y menos arriesgado tomar el camino definitivo hacia Mordor. Pero Aragorn opinaba que tomar el camino más fácil no siempre era la mejor decisión.
Al fin, luego de casi ser arrastrados por las corrientes del Sarn Gebir hacia los rápidos; y un asalto sorpresivo por parte de algunos Orcos, en los cuales, fue sólo por la buena vista y agilidad de Legolas al derribar a una extraña criatura que intentó atacarlos y espantarlos con esto, que no lograron lastimarlos.
Tuvieron que recorrer un trecho a pie, cargando en hombros las balsas hasta encontrar nuevamente corrientes que ya no fuesen los rápidos, llegaron a Argonath. El lugar donde habían sido construidos los pilares de los Reyes, Isildur y Anárion.
Aragorn sintió que la nostalgia le invadía el pecho al estar en las tierras que una vez habían sido de sus antepasados.
Tras avanzar un poco más, al fin llegaron a tierra nuevamente.
"Descansaremos aquí esta noche." Aragorn habló a todos. "Hemos llegado a los prados de Parth Galen. Esperemos que ningún mal haya alcanzado este sitio."
Así como dijo, se hizo. La Comunidad escondió las embarcaciones, y acamparon. La noche fue obscura y silenciosa. Mas Aragorn no pudo dormir, muchas cosas rondaban por su mente.
Todo el tiempo que habían utilizado para llegar a Parth Gallen desde Lórien, casi no había cruzado palabra con Legolas, pues al dividirse en las embarcaciones, éste había decidido ir con Gimli. Así que Aragorn se llevó en su balsa a Sam y a Frodo, mientras que Boromir tuvo que llevar a Merry y a Pipin.
No le molestaba el hecho de que Legolas hubiese decidido irse con el enano, pues el que fueran amigos le parecía bueno. Pero no podía dejar de sentirse algo alejado. Se preguntaba si Legolas había hecho esto a propósito para aplazar su decisión también.
Observó momentáneamente al elfo, parecía dormir profundamente, bastante alejado de cualquiera de ambos humanos. Boromir por su parte, parecía no estar durmiendo muy pacíficamente.
Pero, aparte de Legolas, algo mas comenzó a preocupar a Aragorn mientras la noche avanzaba. Al fin, cerca del alba, se dirigió a hablar con Frodo, quien estaba de guardia en ese momento.
"Porqué estás despierto?" Frodo le preguntó, "No es tu turno."
"No sé." Aragorn respondió. "Pero una sombra y una amenaza han estado creciendo en mis sueños. Sería bueno que sacaras la espada."
"Porqué?" preguntó Frodo. "Hay enemigos cerca?"
"Veamos qué nos muestra Dardo" dijo Aragorn, refiriéndose a la espada forjada por los elfos que Bilbo había dado a Frodo antes de partir, y que tenía la cualidad de brillar cuando había Orcos cerca.
Frodo desenfundó la espada, notando que los filos brillaban tenuemente. "Orcos!" dijo.
"Tal como lo temía…" Aragorn dijo. "Sin embargo no creo que hayan cruzado el río aun. Quizá el brillo de Dardo sólo se refiera a los espías de Mordor que están cerca."
El amanecer llegó, y luego del desayuno Aragorn reunió a toda la Comunidad. "Bien," dijo. "Ha llegado el día en que debemos decidir qué rumbo hemos de tomar. Iremos con Boromir al este? O iremos hacia el oeste?" hubo un largo silencio, nadie se atrevió a decir nada. Así que Aragorn volvió a hablar. "Frodo, por ser tú el portador del anillo, creo que debe ser tu decisión."
Frodo lo meditó por un momento. Luego habló. "Sé que no hay tiempo ya, pero necesito de al menos una hora para pensarlo. Déjenme solo."
"Bien, así será." Aragorn dijo.
Frodo entonces se alejó, caminando entre el bosque que los rodeaba, mientras todos trataban de no seguirlo con la mirada. Tras un rato, todos comenzaron a caminar en otras direcciones, sin alejarse demasiado.
De pronto, Legolas notó que Boromir no estaba. Buscó entre los árboles, pero no pudo verlo, así que comenzó a internarse en el bosque para encontrarlo. No había caminado demasiado, cuando llegó hasta un claro.
"Legolas…"
La voz de Boromir lo hizo volverse. "Boromir, qué haces ahí?" Legolas dijo, notando que el humano estaba en una de las ramas altas de un árbol.
"Oh! Sólo pensaba…" dijo dando una última mirada alrededor antes de bajar, como si buscase algo.
"Pasa algo?" el elfo preguntó una vez Boromir bajó.
"No, estaba inspeccionando el lugar, eso es todo." Dijo evadiendo momentáneamente la mirada del elfo.
Legolas sintió un extraño brillo en los ojos del humano. "Y… qué has visto?" preguntó.
"Vaya que eres curioso…" dijo Boromir acariciando la quijada del elfo. "No hay nada interesante aquí que ver… excepto tú."
Legolas sonrió ante el halago. "Casi podría decir lo mismo…"
Boromir entonces se dejó llevar por un impulso en ese momento, besando apasionada y casi salvajemente al elfo. Legolas se sobresaltó por unos segundos, pero luego accedió, entreabriendo sus labios, permitiendo que la lengua de Boromir entrara en su boca.
Pero eso no fue todo, Boromir comenzó a acariciar el cuerpo del elfo, intentando zafarle la ropa.
"Oye… espera…nmh…" Legolas trató de decir, pero los besos de Boromir no lo dejaban hablar.
"Qué tiene de malo?" Boromir dijo. "Me has permitido tenerte aunque Aragorn esté presente… porqué no me dejas hacerlo ahora que estamos solos?"