UNA CABALGATA DE LA QUE PARTICIPAN TODOS
LOS
CABALLOS DEL MUNDO
Con fotografías de Yann Arthus-Bertrand
y textos de Jean Luis Gouraud Caballos,
de Ediciones Larivière, revela el lazo fascinante que
-desde hace 4000 años- une al hombre con
este noble animal.
El
libro, de 230 páginas, fue impreso en papel
ilustración de 170 gramos y tapa dura con
sobrecubierta en cuatro colores. Mide 40 x 28 cm.
y contiene 200 fotografías que reflejan una
suerte de gran cabalgata de la que participan las
razas más bellas y variadas del mundo.
Con este objetivo, Yann Arthus-Bertrand convirtió al
planeta en un infinito estudio de fotografía, colocando
en cada escenario un fondo unificador a la manera de telón
para cada ejemplar equino, y cuidando las poses, la iluminación,
las sombras y las luces. De hecho, Bertrand fue el primero
en los años ’90 en valerse de este sistema -como
el que utilizan los fotógrafos de moda con las modelos-
para fotografiar animales. Un buen ejemplo al respecto en
nuestro medio es su libro Arte Rural, también publicado
por Ediciones Larivière.
Todo atrapa en Caballos, no sólo la belleza y diversidad
de razas que desfilan conforme a un orden que -sin ser perfectamente
cronológico ni rigurosamente geográfico, no
por ello deja de tener su lógica- sino también
la secreta complicidad que se advierte a lo largo del libro
entre este magnífico y noble animal y su amigo inmemorial,
el hombre.
Los atractivos textos del periodista y escritor Jean-Louis
Gouraud, que se precia de haber recorrido al paso, al trote
y al galope, hasta 3300 km en 75 días, convierten
a la obra en una enciclopedia de consulta imprescindible
para quienes se interesen por el origen, el desarrollo y
el destino de los caballos en el planeta.
ITINERARIO DE EXCEPCIÓN
Para realizar este libro Yann Arthus-Bertrand trabajó 15
años y dió varias veces la vuelta al mundo.
Pero, como dice Gouraud en el prólogo, no con el propósito
de hacer un relevamiento exhaustivo, sino con la obsesión
por reflejar la belleza coreográfica del caballo.
Las perfectas tomas fotográficas de los equinos y
sus rústicos o elegantes jinetes, se suceden a lo
largo de un viaje que se inicia en Eurasia, la cuna del caballo,
y atraviesa Mongolia, Rusia, Bielorrusia, el Cáucaso
y las estepas; recorre Africa del Norte hasta llegar al Africa
Negra, para mostrar luego magníficas variedades de
España, Portugal y de toda América, con un
número puesto: el criollo argentino. Tampoco falta
lo mejor de Oriente, como el pura sangre árabe y el
caballo de la India, ni el pura sangre inglés, las
razas francesas de silla, los trotones, los caballos grandes,
los pequeños y hasta sus parientes: los asnos y los
mulos.
Arthus-Bertrand hace de este itinerario terrestre una verdadera
fiesta.
"Se necesita valor, e incluso descaro, para atraverse a escapar de las
sacrosantas convenciones del retrato ecuestre. Sus fotografías muestran
a los caballos tal como son y tal como los amamos: vivos, fogosos, despiertos,
móviles, elásticos, e incluso aéreos", dice Gouraud.
Para este eminente especialista, ciertamente, se podría
decir que el trabajo de Yann Arthus-Bertrand es incompleto,
arbitrario e iconoclasta. "Pero nunca antes se había
hecho un libro tan bello sobre un animal tan hermoso"
|