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16/EL MUNDO El Ciudadano & la región
Jueves 12 de Agosto de 1999
NOCHE Y DÍA
Millones de personas tuvieron la oportunidad de presenciar uno de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza. Para los argentinos sólo fue en la televisión Para el Arzobispado eso no es anormal
La Tierra bajo la sombra lunar

RUBÉN ALEJANDRO FRAGA
Una sombra de 112 kilómetros de ancho barrió ayer la Tierra desde el Atlántico norte y Euro-pa hasta la India en el último eclipse total de Sol del siglo, y mi-llones de personas tuvieron la oportunidad de presenciar uno de los fenómenos más especta-culares de la naturaleza. En tanto, mientras muchos ar-gentinos se contentaban con ver el eclipse a través de la televisión, el mundo siguió girando, sin que se cumplieran los pronósticos apocalípticos de los agoreros. Aunque las nubes y la lluvia oscurecieron el panorama para muchos, quienes vieron en su plenitud el eclipse global de tres horas de duración en su fase central –entre las 6.30 y las 9.36 hora de la Argentina– se queda- ron maravillados. El fenómeno se inició cuando la sombra de la Luna, interpues-ta ante el Sol, comenzó a pro-yectarse sobre las oscuras aguas del Atlántico, a 700 kilómetros al este de Nueva York. Poco des-pués, desplazándose a una velo-cidad de 3.400 kilómetros por hora –casi el triple que la del so-nido– la sombra lunar había al-canzado ya las costas del conti-nente europeo. El eclipse tocó tierra por pri-mera vez a las 7.10 hora de la Ar-gentina (10.10 de Greenwich) en las islas británicas de Scilly y lue-go atravesó Inglaterra, en el pin-toresco condado de Cornualles. Los meteorólogos pronostica-ron que habría pocas probabili-dades de ver el fenómeno en Cornualles, pero a último mo- mento las nubes partieron para permitir dos minutos y seis se-gundos de magia. La gente aplaudió, lloró y destapó bote-llas de champán cuando una es-calofriante sombra cubrió al Sol, la oscuridad descendió sobre la Tierra y el horizonte resplande-ció. La temperatura cayó hasta siete grados centígrados.

El eclipse fue total en una franja de 112 kilómetros en Eu-ropa central, incluyendo Francia, Alemania, Austria, Hungría y Ru-mania. Luego de pasar por el Cercano Oriente, se desplazó por Irán, Irak y Pakistán y acabó en la India, donde el Sol se des-plomó como una gigantesca bo-la negra en la bahía de Bengala. El punto máximo del eclipse, cuando el eje de la Luna pasa más cerca de la Tierra, cayó so- bre la localidad rumana de Rim-nicu Vilcea –a 150 kilómetros de Bucarest–, por dos minutos y 23 segundos, pero las nubes echa-ron a perder la visión para miles de personas que se congregaron allí. Por el contrario, en el borde de la franja de oscuridad el Sol sólo desapareció por unos pocos segundos. Por fuera de esa región, en to-da Europa pudo apreciarse un eclipse parcial, al menos en las zonas que no estaban cubiertas por las nubes. A pesar de la enorme diferen-cia de tamaño, la Luna puede cu-brir totalmente el Sol por unos pocos minutos, ya que ambos aparentan tener igual diámetro vistos desde la Tierra. La causa de ese fenómeno es que el Sol, si bien tiene un diámetro 400 veces mayor que el de la Luna, está al mismo tiempo 400 veces más le-jos de la Tierra. Los especialistas indicaron que el último eclipse del siglo ocurrirá el 25 de diciembre del 2000, después de otros dos de Luna y tres más de Sol. En otro orden, según señaló a El Ciudadano el astrónomo Claudio Carlos Mallamaci, del Observatorio Astronómico Félix Aguilar de la ciudad de San Juan, los argentinos deberán tener pa-ciencia para poder observar “en vivo” un espectáculo similar al de ayer. “Los eclipses más im-portantes que podremos pre-senciar los argentinos en los pró-ximos 35 años, serán el del 14 de diciembre del 2020 y el del 12 de setiembre del 2034”, explicó el especialista.


LA MIR SOBREVIVIÓ


Como profeta, Paco Rabanne es un gran modisto
Los tripulantes de la esta-ción espacial rusa Mir no só-lo sobrevivieron a las pre-dicciones del modisto Paco Rabanne acerca de que ca-erían a tierra durante el eclipse de ayer, sino que tu-vieron una privilegiada vi-sión del fenómeno. Rabanne, quien basó sus temores en una interpreta-ción de las predicciones del visionario del siglo XVI Nos-tradamus, vaticinó que la vieja Mir caería a plomo so-bre París durante el eclipse, envolviendo a la ciudad en una bola de fuego. En vez de ello, los tres cos-monautas a bordo de la Mir se convirtieron en especta-dores históricos del último eclipse total de Sol del siglo, al poder observarlo desde su órbita terrestre. Los dos ru-sos y el francés a bordo de la Mir pudieron ver el fenóme-no en dos ocasiones. “Los cosmonautas presta-ron gran atención a la som-bra de la Luna moviéndose sobre la superficie terrestre. Esto nunca había sido visto desde el espacio”, dijo con orgullo Viktor Blagov, jefe adjunto de vuelos. La televisión rusa mostró una película tomada por los cosmonautas en la que se ve la gran sombra correr sobre la superficie terrestre, en momentos en que estaba sobre Plymouth, Inglaterra. A bordo de la Mir se en-cuentran los cosmonautas rusos Viktor Afanasyev y Ser-gei Avdeyev y el francés Jean Pierre Haignere, quienes de-ben dejar la nave el 28 de agosto. Probablemente, la Mir caerá en el Pacífico.